22 de febrero de 2012

Capítulo 34: Comienzan los cambios.

Narra Evelyn:

Comencé el día desesperada. Ya que me desperté una hora antes de la presentación y tenía que prepararme lo más rápido posible. Por suerte mi representante envió a un vestuarista y aun maquillador a mi casa (vale aclarar que ya no formaba parte del colegio, ahora vivía en una residencia propia) Afortunadamente pude estar lista. Iba preparada para cantar las canciones de mi disco, hoy era el día de su lanzamiento. Y además autografiar los de las personas que estarían allí. Era muy loco como había cambiado el sentido de mi vida. Soñé e imagine miles de veces,  todo esto llegaría algún día, pero nunca pensé que sucedería todo tan rápido.
Cada canción de aquel CD era especial. Había algunas que compuse con Nicholas cuando estábamos juntos, y a esas las consideraba como las más significativas para mí y con las cuales lloré al contarlas, o sentí sensaciones diferentes.

-Evi ¿Ya estás lista para subir y sorprenderlos a todos? – Pregunto mi representante entusiasmado.

- Muy lista. – Respondí con total seguridad. Y por fin lo hice. Subí y cante para las personas que estaban ahí. Según mi representante había como trecientas personas ahí, la mayoría me había oído cantar en radios, o solo conocían mi single y por esa razón se acercaron a escucharme ese día. Fue fantástico. Ver a toda la gente con mi propio disco en sus manos fue asombroso. Después de cantar e interactuar un poco con ellos, baje del pequeño escenario para sentarme y autografiar CD’S. Pueden pensar que eso cansa un poco, pero fue hermoso escuchar los halagos de la multitud, y verlos marcharse con una sonrisa en la cara.

-Eres una gran cantante. – Dijo alguien mientras yo firmaba su CD. Y cuando levante mi vista me lleve una gran sorpresa… Era Derek.

-¡Derek! Qué bueno que viniste. – Exprese contenta.

-Te dije que lo haría. Siempre cumplo con todo lo que digo. – Contesto con una linda expresión en su rostro. 

- ¿Tomamos algo cuando termines todo esto? – Propuso.

-Claro… respondo unas preguntas para una emisora y luego vamos ¿puedes esperarme? – Pregunte aceptando su invitación.

-Por supuesto. – Respondió.
 Así que termine con mi tarea y me dirigí a dar esa breve entrevista para la estación de radio que me promocionaba todos los días.

P: -Evelyn… ¿Estás contenta de estar aquí hoy? – Pregunto aquella periodista.

EV: -Estoy muy feliz de poder hacer esto. Es algo increíble y nunca espere que llegue tan pronto. – Conteste.

P: -¿Estarás presentándote en otras ciudades? -

EV: - Así es. Iré a diferentes ciudades a presentar mi disco. Estoy muy ansiosa por eso. –

P: - Con respecto a las canciones… ¿Estás compuestas para alguien especial? –

EV: -Sí… de hecho compuse algunas con una persona muy especial para mí, que no importa si pasan días, 
meses, años, yo siempre lo voy a recordar. – Respondí reviviendo viejos recuerdos.

P: - ¿Y exactamente qué es lo que quieres lograr con tu música? –

EV: - Lo que yo más deseo es poder transmitirle a la gente sensaciones y sentimientos diferentes, poder ayudarlas, que mi música les llegue al alma. Todas están compuestas desde lo más profundo de mi corazón, y son lo más sinceras posibles.

P: - Por ultimo… ¿Algún mensaje especial para las personas que se suman a apoyarte? –

EV: -Muchas gracias por todo el apoyo, de verdad es muy importante para mí. Les prometo que voy a devolverles todo el cariño, y todo lo que me dan de alguna manera. Gracias por disfrutar de mi música, y estén atentos a todas las novedades. –

Después de responder me fui directamente a buscar a Derek que me estaba esperando a unos pocos pasos. Me despedí de mi representante y la gente que me acompañaba, y me fui a tomar algo junto a Derek. Nos sentamos en un restaurante a unas pocas cuadras y pedimos algo para beber. Creo que los dos teníamos la necesidad de hablar sobre cosas personales para conocernos mejor. Él tenía algo que me inspiraba mucha confianza. Y al parecer yo causaba lo mismo en él. 

-Así que tienes diecisiete años y ya estás viviendo sola aquí, en New York. – Expreso el un poco confundido.

-Si… es una larga historia. Vine aquí porque estaba mi mejor amiga, y bueno, supuestamente yo estaría con ella adentro de un colegio. Pero ella se fue a Paris, y no le importó dejarme sola aquí. Así que decidí hacer mis propias cosas. Y pude llegar hasta donde estoy. – Conté resumiendo mi historia.

-No lo hiciste nada mal. Es una linda historia. – Pronuncio.

-¿Linda? Solo esta parte es linda. Lo demás no. Siempre término sintiéndome abandonaba. Y no logro 
entender porque todo lo que amo se me va.  – Mencione algo apenada.

-¿Por qué dices eso? – Cuestiono el confundido.

-Mi madre me abandono cuando yo era muy pequeña y jamás volví a verla. Mi padre me crio como pudo, formo otra familia, y yo siempre me sentí la oveja negra ahí. Nunca le agrade a su esposa. Y bueno, por eso mi padre me permitió venir aquí, soy como un estorbo para él. – Relate mi triste historia. – Y cuando llegué aquí, se fue mi mejor amiga pero no me dolió tanto, porque había encontrado una persona  que realmente me trajo mucha luz, con el aprendí a amar. Pero también se fue. – Dije con cierta decepción. – Pero ¿Qué hay de ti? ¿De tu vida? – Cuestione cambiando de tema.

-La gente se piensa que soy feliz porque tengo mucho dinero. Pero en realidad solo soy un pobre chico, me 
quede solo, ya no tengo familia, y mis amigos son solo gente falsa que está conmigo por mi dinero. Y por lo tanto, novia no tengo, pues todas las chicas que se me acercaron también lo hicieron por mi dinero. – Expreso también con desánimo y desilusión. – Al menos tú tienes algo bueno… tú haces música y eso es mágico. – Acoto haciendo que una sonrisa apareciera en mi rostro.

-Tú también tienes algo bueno. Lograste que después de mucho tiempo pudiera confiar otra vez en alguien… de esta manera. – Mencione cálida. Y el sonrió levemente al oír mis palabras. Realmente era bueno encontrar a alguien para conversar, y poder descargarme como lo hice. Necesitaba contar con ese apoyo.

Narra Nick:

Finalmente llego el día en el cual conocería a mi nueva “novia”. Me sentía un poco estúpido al hacer todo eso, pero no me quedaba otra opción. Era la única solución a todo. Cumplir con eso, y luego ser felizmente libre y tranquilo otra vez. Mientras iba en el auto hacia el lugar del encuentro, deje una radio puesta. Me llamo la atención una voz conocida y supe quién era al instante. Se trataba de Evelyn. Estaban pasando una entrevista de ella. Admito que mi piel se estremeció al oír cada una de las palabras, y más aún cuando escuche que dijo “compuse algunas con una persona muy especial para mí, que no importa si pasan días, meses, años, yo siempre lo voy a recordar.” Supe desde el principio que se trataba de mí. Sin dudarlo, iba a comprar su disco para oírlo por completo. Y así también torturarme más. Es horrible tener que comportarme de esta manera, y no poder correr en busca de ella. Y mientras seguía conduciendo, fue reviviendo cada recuerdo nuestro dentro de mi mente.

Al llegar al lugar indicado, baje del auto y acepto que estaba demasiado distraído, pero afortunadamente pude concentrarme en todo. Lo primero que observe fue una mujer alta, flaca, y con una sonrisa en su cara.

-Hola. – Dijo. – Soy Delia Godhem. ¿Tú eres Nick Jonas, no es así? – Se presentó.

-Sí, soy Nick. – Afirme. – Es un placer conocerte. – Pronuncie fingiendo simpatía.

-Ya tengo pensado todo lo que haremos. Esta misma noche vamos al cine. ¿Ok? – Indico con seguridad.

-Si… está bien. – Dije. - ¿Cómo quieres que hagamos las cosas? – Pregunte siendo claro.

- Quiero que nos tomemos de la mano al caminar, que nos miremos con ternura, mencióname en todas las entrevistas que hagas, que finjamos ser una perfecta y amorosa pareja. ¿Estás dispuesto?-  Explico detalladamente.

-Si… si lo estoy. – Conteste. – Lo haré lo mejor posible. – Agregué seguro de lo que estaba a punto de hacer.

-Así me gusta… mi amor. – Pronuncio y luego beso mis labios con sensualidad. Quede paralizado por un momento, pues no pensé que todo comenzaría tan rápido. Era extraño sentir esos labios, pues solamente me hicieron extrañar los besos de mi chica. 

[Hola! Acá estoy de nuevo dejándoles el capítulo 34. La acción esta a punto de comenzar... jaja. Espero que les guste el nuevo giro que esta dando la historia. Gracias por leer y comentar siempre. Las quiero♥]

20 de febrero de 2012

Capítulo 33: Nuevos caminos.

CUALQUIER SEMEJANZA DE ESTA NOVELA CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA. 

Comienzo de la segunda temporada. 

Las cosas han cambiado nuevamente en la vida de Evelyn, pero esta vez drásticamente. Después de la partida de Nick, ella queda vacía y desolada y siente que ya no puede seguir adelante con su proyecto musical, pero de todas maneras querrá seguir intentándolo. En medio de toda esta angustia, conoce a Holly, una joven de veintidós años que dedica su vida a vagar por toda clase de fiestas donde pueda divertirse, y emborracharse. Es una buena persona, pero su vida es un desastre. Como no le queda otra opción para distraerse un poco de todo, Evelyn  decide seguirle la corriente a su nueva amiga, y comenzaran a asistir a todas las fiestas juntas.  Y en una de ellas, conocerá a un muchacho muy especial llamado Derek, de veinticinco años. Su aspecto demuestra que es un chico duro, el cual ha sufrido mucho,  y finge odiar a todo el mundo. Pero por dentro esconde un muchacho tierno, dulce, con miles de frustraciones y problemas que espera solucionar, pero no logra encontrar la esperanza y la luz que lo ayude a salir adelante. Evelyn y Derek tiene una conexión instantánea, y comenzara a surgir una bella amistad, que por momentos logra confundirlos un poco. ¿Será amor, y Evelyn podrá olvidar a Nick? ¿O tan solo será una fuerte amistad, donde los dos lograron encontrar aquel amigo/hermano que necesitaban?

Nuevos personajes.

Holly Lehmann: Tiene veintidós años, y es parte de una familia millonaria. Es por eso que todo el tiempo la complacen con dinero, y ella hace cualquier cosa con su vida, pero la realidad es que solo quiere llamar la atención, pues necesita cariño y sentir que la quieren.
Derek Sullivan: Tiene veinticinco años. Es un joven humilde, aunque posee mucho dinero también. Solo sale de fiestas y finge ser un chico malo porque es la única forma que tiene de atraer a las personas. Se siente muy solo porque perdió a la única familia que tenía, su padre.               
Delia Godhem: Es una mujer de veintisiete años con sueños frustrados, que solo llega a la vida de Nicholas buscando fama. Finge todo lo que siente, solo busca un amor por contrato, alguien que le sirva para llegar a lo más alto.
Brian McAdams: Este muchacho, está verdaderamente enamorado de Delia, es por eso que hará todo lo imposible para recuperarla, para terminar con ese contrato que ella tiene con Nicholas. Brian será capaz de todo. 

Capítulo 33:

1 año después de la partida de Nick.

Narra Evelyn:

La música estaba tan fuerte, que no podía oír nada más que eso. Estaba un poco aturdida, un tanto mareada pero no me interesaba. Seguía ahí amontonada entre la gente que bailaba sin cesar, cantando a los gritos como una loca. Más bien una loca que fingía serlo porque por dentro escondía un corazón roto que no lograba recuperarse. Y también me sentía decepcionada de las personas que más quería, Julieta, mi ex mejor amiga, regreso solo unas semanas, y abandono por completo el colegio de música, regresando a París a dedicarse al modelaje. Desde hace tiempo no hablamos…

-¡Evi! ¡Evi! Toma este vaso más… vamos…  con esto olvidarás absolutamente todo. – Dijo mi nueva amiga Holly entregándome otra copa de alcohol, y luego se reía a carcajadas. Tomé aquel vaso entre mis manos, y antes de tomar inútilmente derrame un poco sobre mi ropa, pero no me importo. Lo bebí por completo, y luego pedí más.  Ya comenzaba a sentirme acalorada, perdiendo el control de mi cuerpo, aunque todavía seguía consciente de mis actos. Así que para no cometer ninguna locura de la cual terminaría arrepintiéndome, decidí salir a tomar un poco de aire. Me aleje de aquel gran grupo de gente, y salí por una puerta trasera, que daba a un gran patio, donde había muy pocas personas. Me pasee un poco por allí, dando vueltas sin saber dónde podía detenerme a descansar. Hubiera seguido caminando sin rumbo por aquel patio, hasta que un joven me detuvo.

-¡Hey, espera! ¿A dónde vas? – Pregunto justo al detenerme.  

-¿Quién rayos eres? Déjame en paz. – Exprese totalmente descortés.

-Está bien… - Dijo con tranquilidad. – Solo quería decirte que es peligroso estar por allí a solas, esta oscuro y nadie puede oírte. – Me advirtió.

-¿Y tú qué haces que no estás en la fiesta? – Cuestione.

-No me gustan mucho. Prefiero estar aquí, es mucho mejor. – Respondió. – Oye, tú no eres la chica que canta, la que se hace llamar… ¿Evi Trebor? – Pregunto con certeza.

-Oh sí, soy yo. Mañana es el lanzamiento de mi CD. – Conté.

-¿Mañana? ¿Y estás aquí, en este estado? Deberías estar descansando. – Aconsejo.

-Lo sé. – Conteste segura. – Pero bueno, a veces necesito estar así para olvidarme de algunas cosas. – Explique un poco apenada.

-Ya sé lo que tienes. Tu novio te dejo, estabas muy enamorada y de repente dijo ¡Adiós! ¿No es así? – Expreso acertando complemente a mi problema, sin saberlo. Pues casi nadie sabía que Nick y yo habíamos sido novios.

-Algo así. ¿Cómo pudiste saberlo? – Mencione

-Se te nota en la mirada. – Dijo. – Déjame al menos llevarte a tu casa ahora, así mañanas puedes hacer tus 
cosas como debes. – Propuso.

-Al menos déjame saber tu nombre, tu edad. – Exprese antes de aceptar.

-Soy Derek Sullivan. Tengo veinticinco años. Vivo aquí en New York. – Se presentó.

-Soy Evelyn Trebor. Tengo diecisiete años. Soy Argentina, pero hace dos años que vivo aquí en New York. 
– Conté. – Y acepto que me lleves a casa. – Dije accediendo a su oferta.

Entonces comenzamos a caminar hasta su auto que estaba afuera. Ni si quiera le avise a Holly que me iría sin ella, pues seguramente no le importaría, ni estaría interesada. Ella era una verdadera amante de las fiestas, y me había prohibido molestarla cuando estaba pasándola bien. Subimos al auto de Derek, y allí también fuimos conversando un poco. Daba la impresión de que era una persona centrada, seria pero divertida a la vez, y madura también. Y se portó muy bien conmigo, fue muy educado y caballero. Así que como recompensa, le di un pase para que al día siguiente pudiera ingresar a ver la presentación de mi CD. Afortunadamente el acepto, y al parecer, se puso contento. Al fin algo “bueno” sucedió en una loca fiesta… conocí a una linda persona. 

Narra Nick:

Me hallaba en un avión, a punto de descender de New Jersey. El tiempo había pasado un poco rápido, y Alex al fin me dio la noticia que más esperaba… podía regresar a mi querido país. Había llegado a un acuerdo con los Richardson, que muy pronto me comunicarían a mí. Pero lo que más me emocionaba era volverla ver a ella. Aunque realmente no sabía cómo estaban las cosas entre nosotros, pues nunca pude llamarla de Canadá, por protección. Tal vez ellos rastreaban las llamadas, y podía arruinarse todo. Pero finalmente las cosas ya estaban dichas y hechas. No había vuelta atrás. Pero al menos había oído cosas buenas sobre Evi… escuche canciones suyas en la radio, y supe que estaba a punto de lanzar su CD. Realmente me alegraba saberlo.

A llegar a New Jersey, fui directamente hacia la casa de mis padres donde me encontré con toda mi familia. Estuve un buen tiempo con ellos, y luego llego Alex para hablar sobre aquel acuerdo conmigo.

-Bueno Nick, es un placer tenerte de nuevo aquí, y un alivio que puedas regresar ¿no? – Expreso contento.

-Sí. No te imaginas la tranquilidad que tengo ahora.-  Respondí.

-Lo sé. – Aseguró. – Pero todavía queda cumplir con el acuerdo, el cual no es tan complicado. Lo que debes hacer es simple, fingir una relación amorosa con una chica, ella se llama Delia Godhem. Es cantante, forma parte la discográfica de los Richardson y su carrera está en ascenso, es por eso que necesita ganar fama, y así ellos también ganaran mucho dinero. Estoy seguro de que tú podrás hacer esto perfectamente, solo serán ocho meses, no más. – Explico cautelosamente. Admito que me quede helado al oír lo que debía hacer. 

Nunca había fingido en una relación, y seguramente sería extraño. ¿Ocho meses con alguien que no amo? Suena mal. Pero es la única opción para que definitivamente me dejen en paz, tendré que hacerlo de todas maneras. 

[¡Hola! Como verán, al comienzo explique un poco la sinopsis de la nueva temporada, y di una breve descripción de los nuevos personajes. Espero que les haya gustado, y que lo disfruten. ¡Las quiero!]

16 de febrero de 2012

Capítulo 32: Nunca encontraré a alguien como tú.

Narra Evelyn:

Ya había pasado una semana de aquel secuestro. Las cosas afortunadamente ya se habían normalizado del todo, aunque yo seguía un poco paranoica, pero con el tiempo me iría calmando. Ese día Nick se había ido un poco más temprano de mi apartamento, porque debía hacer algunas cosas en su casa. Así que cuando termine de cumplir con mis responsabilidades, me fui hacia su departamento. El día ya estaba anocheciendo, así que pensé que podíamos cenar juntos. Golpee un par de veces, pero al parecer el no escucho, entonces decidí entrar, la puerta estaba abierta. Cuando di unos pasos allí adentro, observe que había bolsos, y cajas por todos lados, como tiene una persona que está a punto de mudarse. Y minutos después él se hizo presente allí.

-Evi… - Musito un poco complicado.

-Nick… ¿Te vas a mudar? ¿Qué es todo esto? – Pregunté totalmente confundida por la situación.

-Déjame explicarte. – Pidió.

-Explícame. – Respondí seca. Y él me miro con los ojos cristalizados, y supe que estaba pasando algo desagradable.

-Lo siento… no sé por dónde empezar. – Dijo. Yo solo seguía ahí, frente a él, esperando que las palabras salieran de su boca.

-Debo irme. No fue mi decisión, en realidad solo en parte. Pero lo haré por tu bien, para alejarte de toda esa mierda que no me deja en paz. Es lo mejor que puedo hacer ahora, por los dos. – Explico tristemente y pacientemente lo comprendí.

-Bien. – Acepte su explicación con dolor. - ¿Pero a dónde iras? ¿Muy lejos de aquí? – Pregunte con la certeza de que la respuesta seria dolorosa y no me equivoque.

-Lejos… Me voy del país. – Contesto confirmando mis miedos.

-¿Y por cuánto tiempo? ¿Un mes, dos meses? – Cuestione en aquel momento, entre lágrimas. Nicholas se mantuvo en silencio por unos segundos, y luego regreso a hablar.

-Un año… un año o más. – Revelo desanimado, mientras se acercaba aún más hacia mí.

-Perdóname mi amor, perdóname. – Expreso apoyando su frente en la mía, hablándome tan cerca. Y no podía creer que tal vez nunca más lo tendría de esa manera.  Entonces acaricie su rostro, supe que a él también le dolía mucho todo esto, estaba cansado de siempre lidiar con lo mismo, y tener que soportar tantas personas que solamente lo querían lastimar.

-Tranquilo Nick… mi amor, todo estará bien. – Pronuncie para calmarlo un poco. – Te esperaré lo que sea necesario. – Prometí. Y sin decir más nada, solamente me beso, uniendo nuestros labios a más no poder, siéndonos lo más cerca posible... me había apegado a él como si estuviera dispuesta a nunca soltarlo, a nunca dejarlo ir.

-Linda ¿Estás segura de esto? No quiero lastimarte más. – Menciono cuidándome.

-Que sea nuestra última noche… - Logre murmurar apenas entre besos, y la pasión comenzó a aumentar cada vez más. El fuego comenzó a encenderse otra vez, y no podíamos detenernos. Primero nos desprendimos de nuestras remeras. El recorría mi cuello, empezando a descender, mientras mis manos acariciaban su espalda, su perfecta estructura. Y así, poco a poco, terminamos despojándonos de todas nuestras ropas, y demostrándonos ese amor que se mantenía vivo, que incendiaba nuestros cuerpos por completo. Era increíble ser parte de su acto, y sentirlo tan dentro mío… rozar la piel, sentir sus labios, su respiración, y terminar acostada cálidamente sobre su pecho, sintiendo el latir de su corazón, junto a sus agradables caricias.

Narra Nick:

Que agradable manera de despedirnos… sintiendo su cuerpo por última vez, saboreando nuestros besos y guardándome esa hermosa sensación dentro de mí para no olvidarla nunca. Disfrute hasta el último segundo… Disfrutaba tenerla sobre mi pecho, casi dormida, acariciándola, mimándola. Cumplí su deseo, y el mío también… despedirnos dignamente como lo merecíamos.

-No quiero que te vayas. – Dijo ella aferrándose aún más a mí.

-Yo tampoco quiero irme. – Confesé. – Pero si es lo mejor… si por estar ausente un año se acabará todo, haré el esfuerzo. – Explique atentamente. – Pero tú, tú tienes todo aquí, tantas cosas para hacer, un largo camino para recorrer. Sigue haciendo música, sigue adelante con tu proyecto y llega a lo más alto que puedas. ¿Sí? Prométeme eso y me iré tranquilo. – Pedí. No quería dejarla desolada, rendida ante todo. Lo que más deseaba era que siguiera y cumpliera cada uno de sus sueños.

-Lo haré Nick, lo haré por ti…. Y por mí también. – Respondió con una leve sonrisa.

-Confió en ti. – Dije breve. – Te amo, te amo mucho y nunca dejaré de hacerlo. – Exprese totalmente sincero.

-Yo también… te amo y pase lo que pase siempre te amaré. Siempre serás parte de mi vida.- Pronuncio verdadera, y otra vez con los ojos húmedos que me miraban con amor, con dolor, tristeza. Pero en ese instante dejamos de hablar, cerramos los ojos, y nos dormimos así como estábamos, abrazados. En aquel momento lo único que quería era hacer esa noche eterna, que durará para siempre, y nunca más tener que separarnos.

Hubiera querido despertar y notar que todo era un sueño, que no debía irme lejos de ella, pero lamentablemente no era así. Me despertó la alarma, porque mi vuelo salía en apenas dos horas. Me levante cautelosamente, ella estaban tan hermosa, como siempre. Era deprimente caminar por mi casa y ver todos los bolsos, y cajas porque estaba a punto de mudarme. Fui hacia al baño, me duche rápidamente, cepille mis dientes, me arregle un poco el cabello, y me prepare café, para los dos. Ella ya estaba abriendo sus ojos, noté que se levantó de la cama, se vistió rápido, y en segundos estaba frente a mí.

-Bueno… creo que ya llego la hora. – Dijo tristemente.

-Hubiera deseado que no llegara nunca. – Exprese también apenado. - ¿Quieres un poco de café? – Ofrecí cambiando de tema. Evelyn acepto, y bebió la taza que le entregué.

-Esta fría la mañana. – Menciono para no quedarnos en silencio como estúpidos.

-Sí, eso noté. Pero toma, ten esto. – Dije y luego le coloque mi campera de abrigo color negra. – Quédatela, es tuya ahora. – Acoté regalándosela, y vi una pequeña sonrisa formándose en su rostro.

-Tú siempre, tan… tan caballeroso. – Comento y los dos reímos al unísono. - ¿Ya es la hora, no? Te ayudaré a cargar los bolsos a tu auto. – Propuso haciendo las cosas más fácil, pues me costaba tener que despedirme de ella. Subimos entre las dos mis cosas al baúl de mi automóvil, en donde partiría hacia el aeropuerto, y desde allí a Canadá, donde me quedaría durante un largo tiempo, sería mi nuevo país.

-Emm… ya debo partir.- Indique.

-Si… - Dijo con la mirada baja. – No quiero hacer las cosas más difíciles… adiós Nick. – Se despidió afligida, pero con una pequeña sonrisa, proporcionándome un beso en la mejilla, mientras su mano acariciaba mi rostro.

-Adiós linda… te extrañaré. – Me despedí lo más fácil posible. Y también roce mi mano en su suave y bello rostro, mirándola fijamente a los ojos. Subí a mi auto que ya estaba afuera, y ella se quedó mirándome desde la vereda de mi viejo apartamento. Finalmente, lo puse en marcha. Ya todo estaba hecho, todo estaba dicho. Conduje apenas unos centímetros, y observe por el espejo retrovisor que mi chica todavía se hallaba ahí, 
contemplando dolorosamente mi partida. Entonces me detuve, no lo pude soportar un minuto más. Corrí con todo mi amor hacia ella, con el corazón en mis manos, con mis ojos cristalizados, y mis labios que no podían tolerar no haberla besado. Cuando ya estuve otra vez frente a ella, la abrace con fuerzas despegándola del piso, y unimos nuestros labios como nunca antes lo habíamos hecho, nos besamos con tanta pasión, producida por el amor, y todo el dolor que sentíamos al tener que alejarnos. Recorrí sus labios, y ella transitó los míos. La acaricie, y la bese una y otra vez, sentí su perfume, percibí su piel, su cuerpo. La miré fijo.

-Te amo hermosa, siempre serás mi amor, mi único amor. Te lo juro, volveré. – Exprese mientras mi rostro se empapaba por mis lágrimas.

-Te esperaré mi amor, te esperaré porque te amo más que a nada.- Musito débil y adolorida, pero con todo el amor que sentía dentro. – Estaré bien. – Acotó por ultimo con los ojos llenos de lágrimas que se desbordaban poco a poco. Y entonces sí, la abrace por última vez, y volví a subirme a mi vehículo, poniéndolo en marcha y comenzando a conducir hacia donde debía hacerlo, sin contemplar todo lo que dejaba atrás, aunque era inevitable no recordarlo.

Narra Evelyn:

Me fui. Abandone aquel lugar, para ir a mi pequeño departamento. Caminaba lento, estaba devastada. Llevaba el abrigo de Nick encima, cubriéndome, e introduje mis manos en los bolsillos. Nunca pensé que ahí hallaría un papel, una pequeña nota escrita.

“Sé que nunca encontraré a alguien tan increíble como tú, nunca hallaré a alguien que me haga sentirme de la forma en que tú lo hiciste, y lo haces, pero por si acaso tu si encuentras a alguien mejor que yo, otra persona que te haga feliz… ¡adelante! No te prives de nada, y mucho menos de ser feliz. Sabes que yo deseo solo lo mejor para ti. Pero te suplico que nunca me olvides, que siempre me mantengas intacto en tu corazón, recordando los buenos momentos que pasamos juntos.  A veces el amor dura,  y estoy seguro que nuestro amor nunca terminara, pero a veces el amor también duele.”

El que te ama y te amará siempre.

Nick.

[Hola!! Que capítulo triste, ¿no? Bueno, les cuento que acá termina y se cierra como "la primera temporada" de esta novela. Pero no me tomaré un tiempo, ni nada de eso, voy a continuar la novela normalmente, dando comienzo a la "segunda temporada". Así que espero que les guste el capítulo, y gracias por leer y disfrutar de mi novela cada día. Las quiero mucho♥]

14 de febrero de 2012

Capítulo 31: A veces el amor dura, pero otras en cambio, duele.

Narra Evelyn:

La camioneta seguía en marcha, y todavía me hallaba entre los brazos de Nicholas. Sinceramente, no quería despegarme de él. Así me sentía más tranquila, me olvidaba de las cosas espantosas que viví, ya todo había pasado, ahora estaba nuevamente con él.

-Linda ¿Estás bien? ¿Te duele algo? – Preguntó Nick atentamente mientras me acariciaba con ternura.

-Me siento débil. – Dije sincera. –Tengo frío, tengo sed y estoy cansada. – Acoté. – Pero no te despegues de mí. – Pedí dulcemente.

-Tranquila, no lo haré. Te pondrás bien muy pronto, te lo prometo. – Expreso con seguridad, y se acercó aún más hacia a mí para besarme otra vez.

¡Cuánto extrañaba sus labios! ¡Cuánto extrañaba sentirme entre sus brazos, sentir su aroma, su piel, su respiración, sentir su mirada fijamente en mis ojos!
En el camino, Nick había quitado su campera cubriéndome con ella, y no me soltó en ningún momento, pues así se lo había pedido. Le dije que deseaba ir a mi apartamento, y así lo hicimos. Apenas llegamos nos dirigimos allí. Joseph y el otro muchacho (del cual no conocía su nombre) se fueron hacia la casa de Nick.
Al llegar a mi departamento, lo primero que hice fue meterme en el baño, a darme una ducha, y relajarme por completo. Necesitaba sacarme toda esa mala energía de mi cuerpo. Cuando salí, Nicholas me había acomodado mi cama, para poder recostarme en ella, mientras él me preparaba algo de comer.

-Come algo, te hará bien. – Dijo apoyando delicadamente una bandeja con comida sobre mis piernas.

-Lo haré. – Respondí con una delicada sonrisa, la cual también se vio reflejada en su rostro. Tenía al hombre más increíble para mí, a mi lado. Después de todo, seguía sintiéndome una mujer afortunada.

Narra Nick:

Es inexplicable la tranquilidad que sentí al verla nuevamente, y poder abrazarla con fuerzas como solía hacerlo. Finalmente pude respirar y dejar de sentir toda esa angustia y desesperación en mi interior. Ahora lo único que deseaba hacer era estar todo el tiempo con ella, cuidarla, y ayudarla a recuperarse poco a poco.
Cuando ella termino de comer lo que le había preparado, me pidió que me quedara a su lado mientras dormía y así lo hice. Además también pude descansar yo a su lado, después de casi tres noches sin dormir, pude hacerlo tranquilamente y me hizo bien. Me desperté cuando escuche que tocaban el timbre, y me moví para atender. Era Alex junto a Joseph. Dos personas increíbles, no tenía más que palabras de agradecimiento para ellos. Francamente sin ellos no hubiese podido lograr nada.  Pero lamentablemente, Alex no traía buenas noticias.

-Dime Alex… ¿Qué pasa ahora? – Pregunté cansado.

-Nick… los sujetos escaparon. – Revelo. – Y ahora toda la mafia va a buscarte para vengarse de ti. Se van a 
encaprichar nuevamente contigo. Y déjame darte un consejo, esta vez tuvimos suerte, pero la próxima no creo que la tengas. – Expreso severo.

-¿Y qué quieres que haga? Yo ya no puedo manejar toda esta situación, me supera. – Confesé.

-Nick tienes que irte de aquí. Y aunque te duele en el alma debes alejarte de ella, será lo mejor por un buen tiempo. Lo siento… pero es la única opción. Tienes que irte del país. Yo los voy a despistar, y te prometo que encontraré una solución para que dejen de molestarte. Pero tú tienes que prometerme que en una semana ya no estarás en Estados Unidos. ¿De acuerdo? – Explico con inteligencia.

-Espera… me estás pidiendo que la deje… ¿que deje a mi chica así como si nada?- Musite confuso. – No puedo hacerlo. – Me negué.

-Nick es por el bien de ella, por el bien de tu familia. Si de verdad la amas, algo que es totalmente visible, hasta yo noté la manera en que la mirabas. Por esa misma razón, aléjate de ella. Explícale las razones y lo entenderá. – Exclamo insistente. Y pensándolo bien Alex tenía mucha razón. Desde un principio debí abandonar el país, pero no lo hice. Y ella se cruzó en mi camino, y desde ese día todo cambio. Fue una luz, me ilumino en todos los sentidos, en mi ángel. Sé que me dolerá demasiado abandonarla, pero es lo mejor, lo haré por ella, y para que no vuelva a atravesar una situación tan espantosa. Si yo me voy, ella podrá seguir con su carrera, con su pasión, en paz. Brillará, será toda una estrella, sé que la gente la amará. Pero si yo me quedo a su lado ahora, arruinaré todo eso, y no le traeré más que problemas, y complicaciones en su vida.

-Lo haré Alex. Lo haré por ella. – Prometí conscientemente. Joseph me contemplo, y supo que todo sería muy doloroso para mí, y me sonrió comprensivamente. Finalmente, me despedí de ellos para seguir pasando el tiempo con mi chica… nuestros últimos momentos juntos. Cuando cerré la puerta, gire y la vi a ella parada frente a mí. La observe lentamente…

-Estás hermosa, hermosa como siempre. – La alagué. Ella sonrió un poco tímida.

-Gracias por todo, mi amor. No te das una idea de todo lo que significas para mí, te amo más que a nada. – Expreso cálida y con sumo amor.

- Perdóname… todo lo que paso fue por mi culpa y lo sé. Nunca más volverás a sufrir así, jamás. – Juré. – Y yo también te amo más que a nada, eres todo para mí, bonita. – Exclamé totalmente sensible. Me acerque hasta sus labios, posando mis manos en su espalda, mientras ella rodeaba mi cuello con sus brazos, y así comenzamos a besarnos con pasión, después de cuatro largos días sin poder hacerlo.
Desde que me enteré que debía irme, los días comenzaron a pasar rápido, es por eso que los disfrutaba a más no poder, estando casi pegado a ella. Me costaba tanto aceptar que iba a dejarla sola, escapando de todos los problemas, pero abandonándola a ella. Claro que pensé en llevármela conmigo, pero es algo demasiado egoísta, voy a privarla de cumplir sus sueños, y no quiero hacer eso. Me destruye tener que dejarla, pero es la única opción para que las cosas mejoren, para los dos. Tal vez en un tiempo, cuando regrese, ella siga esperándome, o quizás encuentre otra persona… alguien mejor que yo, y alguien que pueda hacerla más feliz.

“No pasa nada, encontraré a alguien como tú. No deseo nada más que lo mejor para ti. No me olvides, te lo ruego. Yo recuerdo que tu dijiste… a veces el amor dura, pero otras veces duele.”

12 de febrero de 2012

Capítulo 30: Volverte a ver.

Narra Nick:

Lentos, extensos, y desesperantes fueron los cuatro días que pasaron antes de recibir el segundo llamado. Llegue a un momento en donde pensé salir corriendo a buscarla por donde sea, y como sea, porque no podía más seguir esperando a que el teléfono sonara. Pero antes de que yo cometiera una locura, sentí que chillaba. Espere unos segundos antes de atender, como Alex me aconsejo, y luego lo hice, lleve el teléfono a mi oído, mi mano temblaba un poco, y mi corazón palpitaba muy rápido. 

-Hola… - Murmure con firmeza.

-Nicholas. – Vocifero aquel hombre tras el teléfono. - ¿Estabas ansioso por volverlo a escuchar, no es así? – Pregunto con ironía.

-Dejen en paz a mi novia, suéltenla. – Pedí en vano. No iban a hacer realidad mis pedidos tan fácilmente.

-No estás en condiciones de ordenar nada, Nicholas. – Reprocho. – Además ella esta… bueno, a decir verdad no está bien, pero… - Comenzó a hablar pero lo interrumpí.

-¿Se encuentra bien? ¿Qué rayos le hicieron? – Cuestione sobresaltado.

-La chica es una rebelde, quiso hacerse la fuerte y tal vez por eso tiene algunos golpes, pero solo la pusieron en su lugar. -  Menciono. Y al oír esas palabras sentí que me clavaban miles de cuchillos en mi alma.

-No… - Musite totalmente débil. – No le hagan daño. – Suplique frágil.

-Tranquilo, ella es muy muy hermosa, y aunque este lastimada todos los hombres de aquí desean estar con ella, hasta me ofrecieron dinero por tenerla una noche, y estoy considerando las propuestas.- Exclamo torturándome duramente con cada una  de las palabras.

-¿Qué? ¿Qué estás diciendo? El problema es conmigo,  mátenme a mí, pero no la toquen a ella.- Regresé a reclamar. La verdad no sabía cómo expresarme en ese instante, me hallaba perdido en el dolor, en la desesperación.

-De verdad te golpeamos en tu punto más débil… esta vez no fallamos. – Pronuncio triunfador.- Ya no quiero hablar contigo ¿quieres decir algo más además de tus inútiles suplicas? – Cuestiono.

-Con ella… puedo hablar con ella, te lo ruego. – Suplique y pedí por última vez.

-Que sea rápido. Y cuidado con lo que dices, puedo oírlo todo. – Advirtió.  Pero yo no podía creer que había accedido a mi pedido, estaba ansioso por oír su voz y realmente no tenía conocimiento sobre mi reacción al volver a escucharla.

-Nick… - Dijo su dulce voz. Fue raro oírla de esa manera.

-Mi amor, quédate tranquila. Cierra los ojos, respira, y no olvides que te amo. – Exprese con toda la sinceridad del mundo, mientras mis lágrimas comenzaban a recorrer mi rostro con velocidad. Por unos segundos sentí su llanto débilmente, y luego volví a escuchar sus palabras.

-Yo también te amo, y pienso en ti todo el tiempo. – Menciono con ternura entre sollozos.

-Te prometo que te sacaré de ese lugar como sea… - Comencé a hablar pero al parecer, alejaron el teléfono de ella. Escuche que gritaba mi nombre, y cada vez su voz se hacía más débil, baja, alejada, hasta oír el tono del teléfono, y me di cuenta que habían terminado la llamada. Y al instante me derrumbe a llorar sobre la mesa que estaba en la sala. Levante la mirada y note la mirada de mis dos compañeros sobre mí. Se notaban confundidos.

- ¿Qué paso Nick? – Preguntó Joe preocupado.

-Nada… en realidad hable con ella. Por eso estoy así. – Confesé. – Alex ¿pudiste hacer algo? Necesito buscarla ya y lo haré sea como sea. – Expresé seguro, cambiando de tema.

-Tengo toda la información necesaria. Sé dónde está, la iremos a buscar ahora mismo, pero primero nos vamos a organizar. – Y antes, Nick ¿Ellos te dijeron algo que nos pueda servir realmente? – Cuestiono.

-No… no creo. Me dijo que la golpearon, y que había gente que ofrecía dinero por estar con ella. – Conté totalmente enojado por esas palabras.

-Bien, sácate esas palabras de la cabeza. Lo que ellos quieren lograr es torturarte psicológicamente. Y no quiero que lo logren. Así que concéntrate en mí, y en todo lo que te voy a decir ¿Está bien? – Sugirió.  Y yo asentí. - ¿Joseph, tu vendrás con nosotros? – Preguntó luego.

-Claro que sí, no voy a dejarlos solos. – Respondió.

Entonces Alex salió hacia afuera, dirigiéndose a su chata, abrió el baúl de la misma, donde se encontraban un montón de elementos que iban a servirnos para ser utilizados en nuestro procedimiento. Primero nos entregó un chaleco anti-balas. El mismo iba debajo de la camisa, para que no notaran que lo llevábamos puesto. 
Luego, nos dio algo difícil de utilizar, y lo más peligroso… un arma de fuego. Jamás en mi vida había utilizado una. Sabía cómo funcionaban porque lo había observado y visto en las películas, pero no se podía comparar con la realidad.

-Chicos, tengan en cuenta que es un objeto muy peligroso, e intenten no disparar en lo posible… solo en casos muy extremos. Y no queremos matar a nadie, así que si sienten que es muy necesario disparar, háganlo pero en ninguna parte vital ¿entendido? – Explico Alex con sabiduría y seguridad. Y los dos respondimos afirmativamente.

-Principalmente tu Nick… sinceramente dude en darte esto. Porque cuando se trata de asuntos emocionales, la gente reacciona sin pensarlo. Pero sé que tú eres diferente, tú vas a ser inteligente y no pondrás en juego la vida de ella, ni la tuya. Actuaras conscientemente y razonablemente, lo sé. Y espero que así sea. – Menciono. 
En este poco tiempo compartido con Alex, noté que una de sus mayores virtudes era la sinceridad, y la capacidad que tenía para hacerte entrar en razón.

-Puedes confiar en mi… no haré ninguna estupidez. -  Revelé.

Pero dentro de mí sabía que si tenía que entregar mi vida por la de ella, lo haría sin pensarlo. No podía soportar verla sufrir por mi culpa, verla atrapada dentro de toda esa situación. Las cosas se me fueron de las manos, se fueron demasiado lejos. Y si todo volvía a la normalidad, tomaría medidas muy serias aunque me dolieran en el alma.
Finalmente, cuando todos estábamos listos, subimos al vehículo de Alex, y el comenzó a conducir hacia el sitio donde la encontraríamos. Condujo cerca de quince minutos… la zona cada vez era más alejada de New York, y se tornaba más oscura y peligrosa, pero no importaba porque sabía que allí estaba ella. Al llegar, estaciono el coche una cuadra antes del lugar indicado, para que no notaran que alguien estaba irrumpiendo el lugar. Nos acercamos caminando lentamente, y saltamos una pared que se encontraba rodeando tres galpones ubicados de diferentes maneras. Había autos estacionados allí.

-Es aquí. Nos vamos a dividir ¿ok? Tengan mucho cuidado, mucha precaución. – Advirtió Alex, y nos dejó ir a recorrer cada uno por su lado. Primero Joe y yo fuimos juntos a espiar uno de los galpones, y pudimos ver varios tipos sentados alrededor de una mesa redonda, conversando y fumando tranquilamente. Al parecer, ella no se encontraba en ese lugar. Así que fuimos al siguiente.

-Joe, quédate fuera vigilando, yo entraré. – Indique, y mi hermano acepto.

Sinceramente, tenía un poco de miedo, pero cuando pensaba en ella todo eso se me olvidaba, desaparecía. Entre por una puerta que estaba entre abierta, y lo hice en silencio. Camine cautelosamente, llevando mi arma frente, pero al notar que no había nadie, la guarde. Pero si noté que había otra pared que dividía aquel gran depósito. Y también había una puerta. Me acerque precavido, e intente observar por el pequeño agujero de la puerta, pero una llave puesta del otro lado me impedía la vista. Así que sin más pensarlo empuje un poco la puerta, para quitarme las dudas. Y cumpliendo mi deseo, la vi ahí. No en las mejores condiciones, pero la había encontrado. Creo que me quede tildado por segundos, pero velozmente reaccione. Se encontraba atada en la pared, con unas cuerdas que venían desde arriba. Había un tipo, sí, un hombre. Evidentemente, noté sus intenciones, y como ella corría el rostro de los labios de aquel perverso, y me volví loco, me enfurecí demasiado, explote definitivamente, aunque pensé con inteligencia, y me acerque en silencio para atacarlo por la espalda, ya que él no se había percatado de mi presencia.

-¡Aléjate! ¡No la toques! – Le grite a aquel sujeto mientras lo golpeaba con todas mis fuerzas, dejándolo desmayado sobre el suelo. Al instante me di vuelta hacia ella.

-Nick, aquí estás, por dios, me salvaste, te extrañe tanto, tengo tanto miedo. – Comenzó a exclamar ella entre lágrimas.

-Te voy a sacar de aquí, sea como sea ¿sí? Nos vamos a ir, tranquila mi amor. – Pronuncie calmándola, al mismo tiempo que desataba las cuerdas. Y cuando lo hice, la abrace con todas mis fuerzas, sintiéndola otra vez allí, apoyada en mi pecho, oyendo los latidos de mi corazón.

Narra Evelyn:

Después de soportar tantas cosas, volví a sentirme otra vez entre los brazos de mi amado, y no podía sentirme más feliz, aunque todavía seguía asustada y no conseguía dejar de llorar como una estúpida. Nicholas me envolvía con fuerzas, y luego me seco las lágrimas con ternura, y me beso directamente en los labios.

-Perdóname, nunca quise que esto pasará. – Expreso mientras las lágrimas recorrían su rostro. – Te amo, y te pondrás bien, lo sé mi amor. – Pronuncio esperanzador.  Yo en ese instante no tenía palabras para expresarme, así que lo único que hice fue besarlo con pasión, y en cuando unimos nuestros labios se mezclaron las lágrimas que desbordaban de nuestros ojos.

-Te amo. – Susurré débilmente. Era tanta la emoción mezclada con el horror y la adrenalina que sentía que 
iba a desmayarme en cualquier momento, pero Nicholas me sostuvo un poco.

-Toma mi mano con fuerzas, nos iremos de aquí en seguida, pero hay que hacerlo con cuidado. Tu solo sígueme. – Indico inteligentemente. Abrí mis ojos sorprendida cuando vi que mi chico saco un arma de su bolsillo ¡un arma! Nunca lo había visto de esa manera… sentía que estábamos formando parte de una película de acción, algo totalmente irreal. Caminamos precavidamente hasta salir de aquel galpón. Y vi a Joseph, él nos estaba esperando allí. Una gran sonrisa se formó en su rostro al verme, y en seguida me abrazo cálidamente. El pánico en mí ya casi se estaba yendo… Hasta que ellos volvieron a aparecer. Estaban los dos que estuvieron custodiándome todo el tiempo, apuntándonos con una pistola.

-Denme a la chica. – Menciono uno de ellos. – O nos dan a la chica o los mato a los dos. – Acoto el otro. En ese instante me puse de espalda a ellos, apoyando mi rostro sobre el hombro de Nick. No quería ver más nada, no quería oírlos, ni volver a sentir sus sucias manos sobre mí.

-No mi amor, por favor no dejes que me lleven de nuevo. – Pedí a Nicholas llorando. Y él me rodeo con uno de sus brazos.

-No dejaré que vuelvan a tocarte, tranquila. – Dijo calmándome un poco.

-A ella no la volverán a tocar… me tendrán a mí. – Expreso y al instante bajo su arma al piso, dejándola ahí. 

– Ve con Joe. – Susurro. Y así lo hice. Joseph se puso delante de mí protegiéndome.

Nick comenzó a acercarse lentamente hacia a ellos, que lo miraban un poco confusos. Creo que no tenían 
idea de lo que harían. Pero de repente vi a un muchacho que venía por detrás de estos sujetos. Y supe que estaba de nuestro lado cuando golpeo a uno de ellos, quitándole el arma. Mi chico, sin perder el tiempo, hizo lo mismo con el que se encontraba al lado. Aquellos delincuentes  quedaron tendidos casi inmóviles en el suelo, y nosotros aprovechamos para correr y escapar. Yo iba aferrada a la mano de Nicholas, el me guiaba en el camino, y aunque me sentía muy débil, saque todas mis fuerzas para poder correr con velocidad. 
Finalmente, y para mi gran alivio, subimos a una chata, que en segundos comenzó a marchar. Y otra vez me encontraba entre los cálidos brazos de mi chico, que me presionaban suavemente sobre su pecho. Mis lágrimas caían una tras otra, y no podía detenerlas, no comprendía exactamente porque lloraba, pero una mezcla extraña de emociones era parte de mi interior. Sentía miedo, alivio, tranquilidad, emoción,  todo eso y más sentimientos juntos. Realmente viví un infierno… pero afortunadamente lograron liberarme de él. 

[Hola lindas, acá les dejo el capítulo ¡30! uno de los que más me gusto, uno de mis favoritos hasta ahora. Espero que a ustedes también les guste. Gracias por leer, por estar siempre, y por dejar siempre esos hermosos comentarios. Las quiero♥]

10 de febrero de 2012

Capítulo 29: Desesperanza.

Narra Evelyn:

El tiempo pasaba, y esta vez pase de estar tirada sobre el suelo, a estar amarrada sobre una incómoda silla, mi cuerpo se hallaba prácticamente inmóvil, y ni si quiera podía hablar o gritar, ya que una cinta sobre mis labios me lo prohibía. Como no podía mantenerme completamente erguida todo el tiempo, por momentos bajaba mi cabeza, y cerraba los ojos, intentando mantener la calma, tratando de convencerme a mí misma que todo iba a pasar, que la solución a todo llegaría pronto. De repente sentí voces, que hablaban cada vez más fuerte, cerré mis ojos fingiendo que dormía, quería escuchar lo que decían. Y al parecer, estaban planeando algo.

-¿Hablaste con el chico? – Pregunto uno de ellos.

-Acabo de hablar con él hace unos minutos… está como loco. No te imaginas lo desesperado que estaba. – 
Dijo y luego lanzo una breve carcajada y rieron al unísono. – Esta es la mejor manera de hacerlo sufrir, te lo dije. – Resalto glorioso.

-Evidentemente, no te equivocaste. – Lo alago. – Entonces esta chica es nuestra ahora ¿no es así? – Cuestiono un poco dudoso.

-Sí… en realidad vamos a esperar un poco. Queremos hacerlo sufrir, que se sienta desesperado, al borde de cometer una locura, ahí recién le diremos donde la tenemos, la vendrá a buscar, creyendo que va a verla a ella, pero en realidad solo se encontrará con el fin de su vida. – Contó el plan, sin otro detalle. – Mis ideas son magníficas. – Expreso  engreído.

  -Sensacional. – Pronuncio el otro sujeto. – Estoy ansioso por verlo muerto… - Acoto malévolo. 

Aquel instante acelero aún más los latidos de mi corazón, oír aquellas palabras fue como si clavaran otro puñal en mi alma. No podía resistir a la idea de saber que matarían al amor de mi vida, y yo había sido testigo de ese plan, pero no podía detenerlo de ninguna forma. Todo era tan frustrante, tan desesperante, y definitivamente la peor situación que había vivido en toda mi vida. Y no pude evitar que mis ojos comenzaran a derramar lágrimas, una tras otra. Quise detenerme, no quería llorar allí, pero realmente no lograba contenerme, dentro de mí acababa de plasmarse  un gran agujero negro, lleno de tristeza, pena, y desesperanza.

Narra Nick:

Hacía tan solo unas horas que había recibido aquel llamado, y al parecer Alex pudo localizar el sitio donde se hallaban, y lo único que yo quería hacer en ese momento era correr a rescatarla y traerla conmigo. Pero Alex tenía otros planes, y no me quedaba otra opción que obedecerlo, porque él tenía conocimiento sobre este tipo de problemas.

-Nick lo siento, pero no podemos ir ahora, no debemos tomar decisiones apresuradas. – Expreso con sensatez.

-Pero no se trata de decisiones, la tengo que ir a buscar si o si, está sola, indefensa, y quien sabe en qué condiciones se encuentra ¿comprendes? – Explique algo alterado.

-Lo sé Nicholas, intenta tranquilizarte un poco, por favor hazlo. -  Pidió pacifico. – Te explicaré porque no podemos hacerlo ahora… sé que está en juego una persona, pero piensa un poco, ellos te quieren matar a ti, no a ella ¿es así, cierto? – Pronuncio Alex. Y yo asentí afirmando sus palabras. – Entonces piensa… ellos quieren que caigas en su trampa, tal vez el lugar desde donde recibimos el llamado es un completo engaño, y tu iras apresurado ahora mismo, y probablemente te encontraras con tipos, con armas, que no harán más que dispararte. – Siguió explicando, mientras yo escuchaba todo atentamente. – Sé que tú lo entiendes. Es por eso que esperaremos al segundo llamado. Cuando lo hagan, tú pedirás hablar con ella, y estoy seguro que accederán, si es que están en el mismo lugar. Y de esa manera sabremos donde la tienen realmente. – 
Expreso finalizando sus ideas. – Ahora sí… ¿Estás de acuerdo Nicholas? – Preguntó respetuoso.

-De acuerdo. – Respondí comprendiendo y aceptando completamente su procedimiento. – Y discúlpame Alex… pero siento que no puedo tolerar esta situación ni un minuto más. – Me disculpe educadamente, como sabía hacerlo.

-Te entiendo. Pero te prometo que pronto la traeremos de vuelta a casa ¿confías en mí? – Exclamo extendiéndome la mano amistosamente. Y yo instantáneamente le correspondí el leal gesto.

-Confió en ti. – Menciono con sinceridad.

Como ya era muy tarde, Alex me pidió algún lugar para dormir, así que le brinde la pequeña habitación de huéspedes que tenía en mi departamento, él debía descansar. Joseph se despojó unas horas en mi cama, y yo me quede en el sofá, extendido allí, casi sin dormir y bebiendo café toda la noche.  Creo que solo llegue a conciliar el sueño por una hora y media, pero lo único que hice fue dormitar un poco, no alcance a dormirme íntegramente. Y el día siguiente fue aún peor, las horas pasaban, y no llegaba ningún llamado nuevo, era tan desesperante. En la tarde de aquel día, alguien toco el timbre de mi casa, así que atendí, y me encontré con Lucas. Lo notaba un poco furioso, se acercaba cada vez más a mí, pero no me aleje, me quede ahí intacto, esperándolo.

-¡¿Dónde está Evelyn?! – Preguntó alterado. - ¿La secuestraron, no es así? – Supuso con certeza. – Su padre me está llamando insistentemente, quiere saber qué sucede con ella ¿Qué rayos quieres que le diga? ¿Qué por culpa de su novio la secuestraron? – Comenzó a discutir incomprensiblemente.

-Eres le menos indicado para hablar sobre esto, vete ahora de aquí. – Ordene inútilmente.

-¿El menos indicado? ¡Por dios! Tu eres el imbécil aquí, tu pensaste que eras lo mejor para ella y te equivocaste, y no solo la metiste en problemas a ella ¡A mí también! ¿Sabes todo el dinero y todas las oportunidades que puedo llegar a perder si ella no regresa? – Exclamo sobresaltado con nervios, subiendo el tono de su voz aún más.

-¡Cállate!  Todo el tiempo insinúas que la amas pero ahora te preocupas por el maldito dinero. Si hay un imbécil aquí, notablemente eres tú. – Pronuncie con seguridad. El rápidamente se acercó como si fuese a golpearme, pero no lo hizo. – Si eres tan hombre, golpéame ¡vamos, anímate! – Lo incite a pegarme.  No quería recurrir a la violencia, pero creo que en ese momento lo hice porque me sentía culpable de que Evelyn estuviera pasándola muy mal. Me sentí merecedor de que me den una paliza. Y el clavo su puño a un costado de mi rostro, pero creo que eso me enfureció aún más y le devolví el golpe con fuerzas.  La pelea hubiese continuado, pero la presencia de Alex y Joseph lo impidieron. Joe se encargó de tenerme firmemente, impidiendo que regresara a golpearlo, mientras Alex se encargó de echar a Lucas de mi casa, y luego ingresamos otra vez a mi departamento. Me senté en una de las sillas, y me trajeron un vaso de agua. Mi hermano se sentó justo al frente mío.

-Nicholas tranquilízate, porque así nada funcionara. – Aconsejo.

-Tiene razón. – Acotó Alex.

-¿Oyeron lo que dijo aquel idiota? Estoy tan enojado que cualquier cosa me irrita fácilmente. – Me justifique.

-Escuchamos todo… y te dejaste golpear. Así no podemos hacer las cosas bien, te necesitamos fuerte, ella te necesita fuerte. Y si sigues pensando que todo es tu culpa, no podrás hacer nada como se debe. – Regaño Joe sabiamente, brindándome esos consejos que siempre me servían.  Presentí que mis ojos estaban a punto de llorar, pero contuve mis lágrimas.

-Lo siento… lo haré, no volveré hacer ninguna estupidez, lo juro. – Aseguré con honestidad. Luego Joe me abrazo dándome ánimos. Afortunadamente tenía a personas asombrosas a mi lado, que me ayudarían en todo lo que sea necesario, que harían hasta lo imposible.

Personalmente, intentaba mantenerme estable, de no debilitarme, de sacar todas mis fuerzas para seguir peleando y luchando por ella, era lo único que me mantenía vivo en ese momento, la esperanza y la seguridad de que volvería a tenerla entre mis brazos como antes. Pero el día volvió a pasar, la noche llego, y luego una larga madrugada… El día siguiente también fue extenso, pasaba a pasos lentos. El llamado no llegaba.

¡Hola! Les cuento que llegué del viaje y ya estoy en casa. La pase re lindo y estuve escribiendo un montón, tuve muchos momentos de inspiraciones, porque era un lugar muy tranquilo y pude despejarme en paz. ¡Quiero volver! Pero las extrañe, eh. Gracias por todo, las ADORO. Y espero que les guste el capítulo. 

4 de febrero de 2012

Capítulo 28: Te encontraré.

Narra Nick:

Comencé atentamente a leer todos los datos sobre Carl. Lo primero que hice fue ir a la dirección de su supuesta casa, pero me di cuenta que ese domicilio no existía. Así que volví a re-leer todo, buscando algo que realmente me ayudará. - “Carl Parker” – Leí. - ¡Que nombre tan original! – Pensé entre mi sarcásticamente, y supuse que su verdadero apellido era el famoso y tan nombrado… “Richardson”. Y seguí leyendo toda su historia totalmente falsa, mientras le mandaba un mensaje de texto a Joseph, diciendo que lo necesitaba ya en mi casa. Él era el único de mi familia que estaba aquí ahora, el único que podía ayudarme. Realmente no quería alarmar a mis padres, no quería que ellos se metieran en toda esta situación porque empeoraría las cosas.

-Nick ¿Qué está sucediendo? – Pregunto mi hermano al ingresar a mi casa.

-Creo que se la llevaron. – Dije firme, intentando mostrarme totalmente fuerte. – Se llevaron a mi chica. – Acote con debilidad.

-Pero… ¿Cómo? ¿Estás totalmente seguro de esto? – Cuestiono un poco confundido.

-Sí… todo concuerda. Quiero pensar que no, pero tengo el horrible presentimiento de que ellos la tienen. – Revelé. – Ayúdame Joe, no puedo permitir que le pase algo. – Pedí al borde la desesperación.

-Tranquilizarte un poco ¿ok? Yo voy a ayudarte en todo, haré todo lo posible. – Musito intentando calmarme. – Pero necesitamos a alguien que nos ayude, que sepa más sobre esto.- Aconsejo.

-Sí, pero está prohibido llamar a la policía. Se van a enojar aún más, ya me lo advirtieron desde al principio. 

– Indique tratando de no cometer errores.

-No hablaba de eso. – Corrigió. – Tengo una persona de mucha confianza que puede ayudarnos. – Explico. 

Así que le dije que lo llamará de inmediato, necesitábamos de su ayuda ahora mismo. Joseph hizo un llamado, y en tan solo una hora, aquella persona ya se encontraba en mi casa. Era un hombre que no pasaba los veintisiete años, se llamaba Alex Cooper. Traía una notebook con él, y muchos papeles, demasiados. Al comienzo me interrogo un poco, y me sorprendí al ver que él también tenía información sobre los Richardson.

- ¿Cómo sabes tanto sobre ellos? – Pregunté con curiosidad.

-No es la primera vez que molestan a un artista. – Respondió con seguridad. Y luego continúo abriendo aún más información sobre ellos en la computadora. – Nick ¿Carl es el nombre de la persona que trabaja en el 
colegio, no es así? – Cuestiono. Y yo asentí diciendo que estaba en lo correcto.  - ¿Es este? – Pregunto mostrándome una foto del mismo Carl en la pantalla.

-Sí, es el. – Mencione. - ¿Es uno de los Richardson, no es así? – Pronuncie con certeza.

-Así es. Carl Richardson es el menor de cinco hermanos, tiene veinticinco años, tiene mucho conocimiento sobre las artes musicales porque estudio eso por algunos años.  Pero abandono todo cuando sus padres fallecieron. – Contó. – Al parecer los tres hermanos más grandes tomaron el mandato  en la empresa, o en la mafia, mejor dicho. Y el junto a su hermana generalmente son enviados a realizar ese tipo de trabajos, como investigar más de cerca a la gente que quieren dañar. – Explico serio, con seguridad, demostrando certeza pura en sus palabras. Yo me quede paralizado por un momento, pues no sabía más que decir.

-Escucha Alex, lo único que te pido es que por favor me ayudes a encontrar a mi novia, te daré lo que sea. – Mencione casi rogando por su apoyo. 

-Te ayudaré, y no voy a pedirte nada. – Dijo. – Primero, te cuento que los Richardson tienen más de cincuenta terrenos en New York. No hay manera de saber dónde están tan fácilmente. Pero conectare tus teléfonos a un rastreador de llamadas. Solo tenemos que esperar eso, una simple llamada, cuando atiendas, hazla durar. Mientras más tiempo estén detrás del teléfono, más fácil será rastrearlos. ¿Entendido? – Expreso lentamente.

-Claro, comprendí todo. Tú has todo lo necesario, y pídeme lo que necesites, yo lo haré. – Exclame. Y desde aquel momento nos pusimos en marcha para encontrar a ella como sea. En lo único que podía pensar era en Evelyn, temía en que se encontrará en malas condiciones, no podía soportar saber que estaba expuesta y en peligro. Lo único que deseaba era que el maldito teléfono sonara de una vez.

Narra Evelyn:

Desde aquel momento que ingrese a ese auto con esos dos tipos custodiándome, mi corazón no podía dejar de latir con muchísima velocidad, mis ojos se cristalizaban a cada momento, y no podía controlar mi tembloroso cuerpo que solo estaba poseído por el miedo. Me habían prohibido que hablara, y lo único que podía hacer era seguir sus órdenes. Al llegar a un galpón alejado de la ciudad, me obligaron a ingresar a un pequeño cuarto, y allí me encerraron. No podía hacer más nada que tirarme allí y esperar a que algo sucediera.

-¡Sáquenme de aquí! – Grite en un momento intentando abrir la puerta. Pero segundos después aquellos tipos me ponían de nuevo en mi lugar. - ¡Déjenme salir!  ¡No soporto estar encerrada! – Me queje inútilmente. Tal fue el escándalo que hice, que terminaron amarrándome las manos, y tapándome la boca. Mi estado solo empeoraba. Y así pasaron muchas horas… noté que el sol se escondió hasta oscurecer, y que muchas horas después volvía mostrarse. El tiempo ahí parecía correr muy muy lento, y eso me desesperaba aún más.

Narra Nick:
El teléfono finalmente sonó, pero espere a que suene dos veces, ya que Alex me aconsejo que si lo hacía demasiado rápido, sospecharían que estábamos demasiado pendientes de ese llamado. A través del teléfono, al principio escuche una respiración cautelosa, y después oí una voz de un tipo, que parecía estar totalmente arruinada por el cigarrillo.

-¿Nicholas Jonas, no es así? – Cuestiono sarcástico.

-Dejen en paz a mi chica. – Ordene en vano.

- ¡Guau! Que rápido eres… me sorprendes. – Pronuncio. -  Tienes dos opciones… oír nuestras indicaciones, o regalarnos a tu mujercita. – Indico con serenidad.

-¡Jamás! – Me negué. - ¿Qué quieren de mí? Suéltenla, ella no tiene nada que ver con esto, no la lastimen, por favor. – Requerí desesperado, pero inútilmente, ya que ellos no iban a complacer mi pedido.

-Solo vamos te aclararé algo… no pensamos dártela. En realidad queremos probarla un par de días y si sirve para algo… será nuestra. – Expreso sínico, torturándome psicológicamente con cada palabra.

-Escuchen, me tendrán a mí, me entregaré a ustedes, pero a ella déjenla libre. – Propuse con coraje.

-Tú ya no sirves… es demasiado tarde. – Dijo desechando mi propuesta.

-Que no se te ocurra tocarla porque te juro que… - Comencé a pronunciar totalmente furioso, pero no sentí más que el tono del teléfono. Aquel sujeto había finalizado la llamada. Se dieron cuenta que la mejor venganza era quedarse con ella, torturarme todo el tiempo con eso, y realmente lo estaban logrando. Intentaba ser lo más fuerte, y resistir a todo, debía seguir adelante por ella, no podía rendirme justo ahora.

Hola, acá estoy de nuevo, y con otro capítulo más de la novela, les cuento que me voy de viaje hasta el sábado que viene, espero pasarlo lindo porque las cosas no están del todo bien... Si allá me puedo conectar voy a tratar de subir algunos capítulos en la semana. Gracias por leer, por soportarme (jaja) y por dejarme lindos comentarios siempre. Las adoro, son lo más ♥ 

2 de febrero de 2012

Capítulo 27: Jamás te dejaré sola.

Narra Evelyn:

Luego de recibir aquella gran noticia, Nicholas me invito a cenar a un lindo restaurante en New York. Así que fuimos allí, y luego, como siempre lo hacía, me acompaño hasta mi departamento.  A la mañana siguiente, me desperté un poco más temprano de como solía hacerlo, ya que quería comenzar a esforzarme mucho más que antes. Camine por los pasillos del colegio, y había muy poco gente rondando ahí. Creo que me cruce solo con dos o tres personas. Me dirigí hacia la sala del piano, y al sentarme frente al mismo empecé a buscar el sonido para una de mis letras. Estuve cerca de una hora anotando, borrando, y rehaciendo la canción, hasta que encontré algo que me gusto. Fue en ese instante que decidí bajar por algo para desayunar, pues mi apetito ya comenzaba a hacerse notar. Justo cuando termine de beber mi café en la cafetería, Carl me detuvo, y sonrió al verme. 
-¿Cómo estás? Hace mucho que no hablamos. – Expreso con simpatía.

-Si… es que todo el asunto de Nick me tenía muy preocupada, y ocupada también. – Comenté. - ¿Tu cómo has estado?  - Pregunté amable. Él lo estaba siendo conmigo, así que no podía ser descortés.

-Muy bien. – Respondía. - ¿Recuerdas cuando te conté que quería comprarme una casa? – Cuestiono y yo asentí memorizando aquel día. – Bueno, ya adquirí una nueva.- Contó satisfecho.

-Wow, me alegro por ti Carl. – Conteste.

-Y sabes, intente decorarla un poco, porque mi familia vendrá en unos días a verla. Y me gustaría que me des una opinión, ya sabes, t eres una mujer y las mujeres son mejores en esas cosas. -  Pidió algo tímido.

-¿Tú quieres que vaya a tu casa y te ayude a decorarla? – Pregunté con certeza.

-Sí. Podríamos ir rápido ahora, será solo una hora, no más. – Indico. Yo lo pensé por unos minutos y decidí aceptar.  El me lo estaba pidiendo de muy buena manera, y no podía decirle que no. Además, no es malo ayudar en cada oportunidad que se presenta, y cuando se es posible. Así que le dije que sí, y de inmediato el llamo a un taxi. Pensé en ir rápido a buscar mi teléfono celular que estaba en mi habitación, pero luego recordé que ya no tenía batería. Además solo sería un rato, no hacía falta llevarlo. Así que esperamos juntos al automóvil, y al llegar nos acomodamos en él. Carl le menciono una dirección que me pareció un poco extraña, pero luego me despreocupe, estaba con alguien de confianza. Cuando lo observe a él, note que estaba algo tenso, pero su aspecto se mostraba relajado. Regrese a mirar por la ventana del auto. Hasta que presentí que nos estábamos alejando demasiado. No parecía ser una zona para vivir, pues casi no había casas allí, solo obras en construcción, galpones, y esas cosas.  Hicimos algunas cuadras más, y el ordeno que se detuviera.

-Paré aquí. – Dijo. Le entrego dinero al conductor y luego me pidió que bajara del auto. Sinceramente, no sé porque lo hice. Pues mi intuición decía que no debía hacerlo. Pero a la vez pensaba que me estaba alarmando si motivos, que tan solo eran suposiciones mías.

-Carl… ¿tu casa es por aquí? – Pregunté un poco confundida.

-Sigue caminando. – Contesto totalmente frío.

De repente, dos autos color azul oscuro, comenzaron a acercarse con más velocidad hacia nosotros, uno detrás del otro, y Carl les hizo una seña para que se detuvieran y así lo hicieron. Del primer coche abajaron dos hombres que iban en la parte trasera, los dos de traje, y lentes de sol color negro. Del segundo auto, nadie bajo.  No entendí que demonios estaba sucediendo y cuando quise alejarme, Carl me tomo fuertemente del brazo acercándome aún más a ellos.

-Aquí está la chica llévensela. – Les dijo. Y mi cuerpo entero se paralizo al oír esas palabras. El miedo ya era parte de todos mis sentidos.

-¿Qué? ¿Qué estás haciendo Carl? ¿A dónde quieres que me lleven? ¡No iré a ningún lado con gente que no 
conozco! – Comencé a quejarme intentando de llamar la atención de alguien que pudiera ayudarme.

-¡Cállate! – Grito con furia. – Iras con ellos, y no quiero que grites, ni que hagas cosas estúpidas, porque sufrirás consecuencias inauditas. ¿Entendiste? – Ordenó totalmente sacado de lugar, completamente diferente a la persona que yo conocía.

-Solo quiero que me digas porque hiciste esto. – Pedí por última vez con la voz más débil y mis ojos íntegramente cristalizados.

-Tu novio es el único culpable aquí. – Pronuncio. – Ahora llévensela. Los veo en un rato. – Dictaminó con seriedad y luego se fue hacia el auto de atrás. Mientras tanto a mí me hicieron ubicarme en la parte trasera, en el medio, custodiada por los dos tipos, uno de cada lado. Allí me cuestionaron un poco, y me ordenaron que les entregara todas mis pertenencias, algo que no hice, pues no las había llevado. Me sentí una perfecta  inútil e imbécil mujer, no podía creer que había caído en la trampa de Carl desde un principio no debí seguirle el juego, o tendría que haberme bajado de aquel taxi cuando comencé a sentir aquel horrible e inquietante presentimiento. Mi situación era extrema, estaba débil e indefensa, no había manera de luchar contra todos esos tipos.  Además abordé a pensar, que nadie me había visto salir con Carl del colegio, o al menos eso parecía. Si me buscaban, tendrían muy pocas pistas para encontrarme, estaba acabada, arruinada.

Narra Nick:

Esa mañana amanecí sintiéndome un poco extraño, pero no le di mucha importancia. Tomé mi teléfono celular para ver si tenía algún mensaje, pero no la casilla de entrada estaba vacía. Y como Evi siempre me enviaba uno cada mañana, esta vez decidí hacerlo yo, enviándole un texto muy tierno. Espere su respuesta, pero no recibí nada. Así que supuse que estaba ocupada, trabajando en sus cosas. Pero el tiempo pasó, almorcé, mire un poco de televisión, hable con mi hermano, hice varias cosas, y seguí sin recibir ningún llamado, ni mensaje de su parte. Puede sonar estúpido, pero tenía el extraño presentimiento de que algo había sucedido. De inmediato me dirigí al colegio, golpee la puerta de su habitación y nadie atendió, y toda esa situación me recordaba a aquella vez que había tenido un problema con Lucas. Sin perder más tiempo, me encamine con velocidad hacia la casa de aquel sujeto, que se sorprendió al veré ahí, pero con seriedad comencé a cuestionarlo. No iba a dejarlo libre hasta que no contestará todo, hasta que no me dijera la verdad.

-¿Dónde está? – Pregunté.

-¿Dónde está quién? – Respondió algo desentendido. Supuse que solo fingía. 

-¿Dónde está mi novia? ¿Qué rayos le hiciste esta vez? – Indague comenzando a alterarme.

-Estás loco, hace días que no la veo. – Contesto.

-Te lo digo por última vez… ¡Dime la verdad! – Ordene aún más enojado que antes.

-¿Qué verdad quieres que te diga? ¡No sé a dónde rayos está! Quizás se fue a comprar algo, a dar un paseo 
¿Quién sabe? – Empezó a suponer.

-Escucha, anoche hable con ella, me dijo que solo estaría en el colegio, que no saldría de allí porque quería 
dedicarse todo el día a su proyecto. Si no está, es porque algo raro ocurrió. – Comenté sobresaltado.

-¿Y porque diablos yo soy el culpable de eso? – Expreso.

-Eres el único que puede ingresar a ese colegio sin problemas, no cualquier desconocido lo hace. – Explique.

-Deberías fijarte mejor en las personas que la rodean pero se mantienen tranquilas. – Murmuro, y yo alcance a oírlo.

-¿Qué dijiste? –Cuestione.

-Nada… - Mintió.

-Escuche que dijiste algo. ¡Dímelo ahora! Si sabes algo ¡Dímelo! – Pedí levantando mi tono de voz. Ya me encontraba totalmente exaltado por la actitud de Lucas. Podía notar que algo me estaba escondiendo.

-Hay un tipo que trabaja en el colegio ese… su nombre es Carl. ¿Lo conoces? – Menciono. Y sí, si lo conocía, lo podía reconocer perfectamente. – Él me dijo que quería vengarse de ti. – Confeso finalmente. Y ahí fue cuando me quede intento por un momento y empecé a recordar todo sobre aquel tipo. La primera vez que lo vi fue cuando me ayudo con Evelyn, aquella vez que le inyectaron algo extraño… y luego el apareció trabajando “mágicamente” en la institución. ¡Es uno de ellos! Ahora entiendo porque se enteraban de todos mis movimientos, y de nuestras salidas y viajes. - ¡No puede ser! ¡Maldita sea! – Emprendí a maldecir totalmente enojado. Y sin decir más nada deje a Lucas en paz y corrí hacia el colegio. Pedí absolutamente todos los datos sobre Carl, y al principio se negaron en dármelos, pero al final logre convencerlos. No iba a parar hasta encontrarla sana. Buscaría toda la ayuda necesaria, pero no me quedaría de brazos cruzados, nunca lo haría, ellos tienen a la mujer que más amo en el mundo y no puedo dejar que la lastimen, no puedo abandonarla jamás.

Hola!! Acá les dejo el capítulo 27. Y como leyeron, ya esta comenzando la acción, y el drama (mis partes favoritas jajaja), ahora las dejo con la intriga hasta el próximo capitulo. Además les cuento que en el capítulo 30 va a ser el fin de la "primera temporada", y va a comenzar la. "segunda". Tengo sorpresas (? jajaja. Las adoro <3 Que tengan un hermoso día y disfruten de la vida.