30 de diciembre de 2011

Capítulo 22: En un beso, sabrás todo lo que he callado.


Narra Evelyn:
Ya habían pasado tres días desde aquel acontecimiento, donde quisieron llevarse a Nicholas. Por suerte, él ya tenía todo organizado para irnos de viaje unos días. Si… solo días. Teníamos pensado irnos al menos dos semanas pero mis estudios no me lo permitían, me daban solo cinco días para estar ausente. Pero después de todo, eso no era de gran importancia, al menos tendríamos tiempo para pasar juntos, y sí que lo disfrutaríamos… pasar el rato juntos sean días, semanas, meses, o años, no tiene un valor exacto, es lo más lindo que nos puede suceder a los dos.
Ese día ya tenía mi bolso listo para irme, solo quedaba que el vinieras a recogerme. Tocaron la puerta, y sí, ciertamente estaba allí, buscándome para escaparnos juntos.
-Déjame ayudarte con eso. – Dijo tomando mi bolso que estaba un poco pesado. - ¡Wow! ¿Qué tanto traes aquí? – Pregunto gracioso.
-Solo cosas… útiles. – Respondí entre risas.
-No te imaginas lo lindo que es el lugar a donde iremos. – Expreso creando aun una intriga más grande en mí.
-Dices eso y me pones demasiado ansiosa, Nick. – Mencione.
-Está bien, tranquila, en unas horas estaremos allí. – Dijo calmando mi ansiedad mientras me beso rápidamente antes de subir a su auto. Luego Nicholas comenzó a conducir en una dirección que yo no conocía, pero el sí, aclaro. Mientras viajábamos íbamos riendo, escuchando música, conversando sobre cualquier cosa, pensando en que haríamos cuando estuviéramos allá, en fin, hablamos sobre todo.
-Me alegra saber que tú podrás tomarte un respiro de todos esos problemas. – Exprese sincera.
-No importa tanto eso… lo que yo más quiero es compartir tiempo contigo como sea. – Contesto dulcemente y yo sonreí ante sus cariñosas palabras.
Como cuatro horas después llegamos al lugar tan ansiado por conocer. Realmente era hermoso a primera vista, parecía tranquilo. Tenía una enorme playa, y algunas casas y cabañas a su alrededor. Nicholas me dijo que el nombre del lugar era “Cooper’s beach” y que nuestra vivienda por unos días, era la más alejada de todas.
-¿Y qué tal? – Pregunto Nick mientras bajaba los bolsos para llevarlos hasta la cabaña que estaba a unos pocos metros del auto.
-Simplemente, es hermoso, me encanta. – Conteste verdadera. Sentí que me enamoraba a primera vista de aquel paisaje… solo nosotros dos sobre la arena húmeda, pero suave a la vez. El sol cubriéndonos por completo, pero también una brisa de viento que recorría lentamente el lugar, mientras las olas de color turquesa transparente iban y venían, jugando en el mar. Todo era perfecto.
-Lo que se viene aquí es mucho mejor, esto es solo el comienzo. – Dijo de repente Nicholas a mi oído. Yo estaba de espaldas y le me hablo por detrás, y luego me proporciono un dulce beso en la mejilla.
Después de desempacar todo, y organizar las cosas en el lugar, ya estaba atardeciendo, y salimos afuera, a sentarnos a la orilla del mar, a contemplar como el sol se escondía lentamente, mostrando un paisaje hermoso, que daba placer mirar. Pero no justamente observaba eso… estaba concentrada en otra cosa. No podía despegar los ojos de Nicholas. Lo tenía allí, a mi lado, abrazándome con toda la ternura y la calidez del mundo. Veía su rostro, sus brazos rodeándome, respiraba su perfume, simplemente lo sentía a mi lado, finalmente tenía a alguien único. Y me di cuenta que era tan afortunada. Con el mi vida había cambiado para siempre, ya nada sería lo mismo. Lo veía sonreír y eso me llenaba el alma. Tener a alguien así, es increíble. Solo quería amarlo, hacerlo sentir bien, que sepa que yo lo valoraba más que a nada.
-Mi amor… ¿puedo decirte algo? – Dije mientras observábamos con tranquilidad aquel atardecer.
-Claro, lo que tú quieras hermosa. – Respondió.
-No puedo creer que una persona como tu haya llegado a mi vida. –Exprese con sinceridad. – Eres lo mejor que me sucedió. – Revelé dulcemente. Nicholas me miro unos segundos a los ojos y sonrió con suavidad ante mi mirada, para luego hablar.
-Me hace feliz saber que he traído cosas buenas a tu vida. Porque tú eres la luz en mi oscuridad… la persona que puede alejarme de todo lo malo. – Menciono al mismo tiempo que me acariciaba el cabello cariñosamente. Yo simplemente sentí que me hablaba con el corazón.
-Nick tú has traído tantas cosas buenas… - Pronuncie. – Nunca pensé que volvería a enamorar de alguien, por un largo tiempo. Me estaba protegiendo del amor, porque sufrí mucho. Pero cuando te conocí a ti, supe que podía confiar en ti. Y no me importa mostrarme débil, porque sé que tú no vas a lastimarme, no vas a aprovecharte de lo frágil que puedo llegar a ser. – Confesé al mismo tiempo que mi corazón latía a más no poder. Aquellas palabras demostraban absolutamente toda la verdad que escondía en lo más profundo de mí. Todo el tiempo me mostraba como una chica fuerte, fingía que nada podía afectarme, pero por dentro hasta el más mínimo detalle insignificante me dolía. Cualquier cosa, por más pequeña que fuese, podía afectarme y hacerme llorar, pero siempre a solas. Por eso vivía con el miedo de no poder confiar realmente en nadie. Temía a entregar lo mejor de mí, y que me devolvieran lo más preciado destruido, como ya me sucedió una vez. Pero Nicholas era diferente, en él podía confiar, no había dudas.
-Mi vida… conmigo ya no tienes que temer. Yo voy a cuidarte de todo, sería incapaz de hacerte daño. – Exclamo acariciando mi mejilla.
-Lo sé…- Conteste entre suspiros. – Lo sé porque tú me lo demuestras todo el tiempo. – Exclame con una pequeña sonrisa en mi rostro.
-Te amo. – Demostró Nicholas, y al instante sello mis labios lentamente con un beso.
-Yo también te amo. – Pronuncie. Y para aquel momento el sol ya se había escondido, y las estrellas comenzaban a mostrarse en el cielo. Nick comenzó a bromear, para luego tomarme en sus brazos y llevarme corriendo con velocidad hasta empaparnos con el agua del mar. Luego regresamos hasta la casa tomados de la mano tiernamente, caminando por la suave arena de la playa. Al adentrarnos en el lugar, no podía dejar de reír.
-Eres un tonto, Nicholas. – Dije entre risas.
-¿Ah sí? ¿Y porque lo soy? – Cuestiono con picardía.
-Te dije que no quería mojarme, y me mojaste igual. – Fingí quejarme mientras seguía riendo.
-Tú sabes, yo no sigo las reglas jamás. – Se defendió travieso.
-¿Jamás? – Pregunté. Porque generalmente el solía ser un chico serio.
-En realidad… solo cuando me conviene. Y en momentos como estos, no me conviene seguir las reglas. Es más, ahora odio seguir las reglas. – Aclaro dejando en claro sus intenciones en aquel momento. Y sin dejarme responder, me acorralo contra una de las paredes, besándome de una manera tan especial, que me dejo sin aliento.
-Te equivocas… tú no te animas a romper todas las reglas. – Lo desafié.
-Claro que estoy dispuesto, pero solo si tú quieres, si tú me lo permites, mi amor. – Explico insinuando que ya era el momento indicado. Pero yo no conteste con palabras. Solo me apegue aún más a él, regresando a besar sus labios apasionadamente. Nick lo hacía aun con más fuerzas, e hizo que enredara mis piernas en su cintura, de manera que quede colgada de él. Y comenzó a caminar en dirección a la habitación. Ya todo era seguro. Me poso suavemente sobre la cama y por un momento fijo sus ojos en los míos y sonrió sin mostrar sus dientes. Al instante regreso a besarme, mientras lo ayudaba a deshacerse de su remera, mostrando sus abdominales marcados, su perfecta figura. Segundos después desapareció mi musculosa, y así, poco a poco, perdimos todas nuestras prendas. Nos besábamos con pasión, con placer, con gusto de tenernos allí, pero sobre todo con amor, amor real. Antes hacerlo él se colocó la protección necesaria, para estar más tranquilos. Nicholas me trato como todo un caballero, me cuido, se aseguró de no lastimarme, de que estuviera feliz. Ese tiempo se convirtió en el mejor de toda mi vida. Desde ese momento supe que Nicholas no sería un simple amor pasajero, el sería mucho más que eso.

Narra Nick:
No encuentro palabras para describir lo bello que fue ese instante. Toqué el cielo con las manos… en realidad lo tocamos juntos, y eso lo hacía mucho mejor. Fue uno de esos momentos donde realmente me sentí muy seguro y feliz de lo que hacía. En ese acto nos demostramos que éramos el uno para el otro, que junto podíamos tenerlo todo. Y ella era lo único que necesitaba. Podía salir orgulloso a la calle a gritar “Esa es mi chica, y es increíble.” Formar parte de su vida, y dejar que ella entrará a la mía, fue una de las mejores decisiones que tomé en toda mi vida. Sé que nunca voy a arrepentirme de esto. Y voy a amarla hasta no poder más, voy a amarla siempre con todas mis fuerzas.

[Hola! Acá les dejo otro capítulo, perdón por tardar tanto... bueno, en fin, creo que este es uno de los capítulos más románticos que escribí para esta novela, espero que les guste. Gracias por todos los comentarios, HERMOSOS COMO SIEMPRE. Las amo. ]

22 de diciembre de 2011

Capítulo 21: Volverte a ver.

Narra Nick:

Desde el momento en que aquellos tipos nos rodearon, sentí la mano de mi chica aferrada con fuerzas a la mía, y supe que ella no quería irse, quería quedarse conmigo, a mi lado. Pero no podía permitir eso, debía alejarla del peligro y es por eso que le ordene a que corriera en busca de ayuda. Después de todos los intrusos me buscaban a mí, y no a ella. Luego de verla irse rápidamente, yo no podía hacer más nada que seguir las órdenes que me daban. Hasta intente convencerlos de que me dejaran ir, pero nada los haría cambiar de idea. Solo rezaba en mi mente, pidiendo que alguien viniera a ayudarme a salir de este profundo hueco, un hueco de problemas. No sé realmente lo que querían hacer conmigo, pero ataron mis manos detrás de mi espalda, y me introdujeron dentro del baúl del auto. Allí adentro intente desatarme, o hallar alguna solución pero todo era imposible. No entendía que rayos estaban haciendo, pues me dejaron allí adentro, y el auto seguía intacto, no arrancaba, no se movía. Lo único que podía hacer era quedarme ahí, esperando que algo sucediera, dejando que ellos decidieran mi destino, lamentablemente ya no podía hacer más nada.

Narra Evelyn:

Cerré los ojos por un momento, para intentar mantener la calma, y no ponerme más nerviosa de lo que me encontraba. Respire profundamente, pensando en alguna solución para todo esto.  Trate de concentrarme en pensar positivamente, pero nada de eso servía para que mi corazón se tranquilizara un poco. Estaba acelerado, latía tan fuerte y rápidamente que hacía que todo mi cuerpo temblara y en lo único que podía pensar era en volver a ver bien a Nicholas.  En ese instante nos hallábamos un poco alejados de aquel lugar, para poder hablar y oírnos. Espere a Kevin y a Joseph que estaban realizando unos llamados. Hasta que Joe se acercó a mí nuevamente.
-Con Kev estamos haciendo todo lo posible para solucionar esto, vamos a encontrarlo. – Dijo dándome esperanzas.
-Confío en ustedes. – Respondí con una sonrisa triste en mi cara.
-Ahora vas a venir con nosotros ¿Esta bien?  Vamos a ir a hablar con una persona que nos puede ayudar. – Indico. Y yo obviamente acepte, haría hasta lo imposible por encontrarlo.
Danielle y Kevin irían en su automóvil, y yo estaría junto a Joseph, en su coche. Subí al auto de Joe, que el mismo conducía, y de inmediato comenzó a conducir. Por mi parte, me mantenía atenta a todo lo que sucedía, iba observando con suma atención el mundo exterior. Tenía una sensación extraña en mí, como un presentimiento. Hicimos unas diez cuadras, hasta que noté un auto, no sé cómo no podía reaccionar, y gritar que yo conocía ese móvil. Y de repente grite desesperada.
-¡Joe detente! ¡Detente ahora mismo! – Grite totalmente desesperada y exaltada pro lo que había visto. Cuando Joe se detuvo, abrí la puerta con velocidad, y corrí velozmente exactamente dos cuadras hasta el auto que había observado.
-¡Nick! ¡Este era el auto donde se lo llevaron! ¡Era este! – Exclame con certeza mientras comenzaba a espiar como podía atreves de los vidrios.  Afortunadamente, no había nadie allí adentro, nadie peligroso. De pronto sentí que golpeaban el baúl del vehículo, y Joe que estaba ahí conmigo, también lo oyó.
-Mi amor… mi vida ¿estás aquí? ¡Responde! – Cuestione con la sensación de que el si estaba ahí metido. Y discretamente su respuesta comprobé lo que sospechaba.
-Linda, estoy aquí adentro. Tienes que irte, te van a agarrar a ti también. – Me advirtió cuidándome del peligro.
-Te vamos a sacar, no importa que. – Afirme negándole que no me iría de allí. Al instante, Joe comenzó a forzar el baúl con todas sus fuerzas, intentado abrirlo.  Al principio no funcionaba, así que corrió a buscar una herramienta que el traía en su auto, y en un nanosegundo el espacio para el equipaje se abrió y finalmente pude ver a Nicholas otra vez.  Apenas lo observe saliendo, viendo nuevamente la luz, me abalance hacia él, abrazándolo con fuerzas. El me correspondió el gesto, y me apretujó aún más hacia el con sus fuertes brazos. Sentí que su corazón también latía con gran velocidad, al igual que el mío. Joseph sonrió al verlo a su hermano sano y salvo, y sin perder más tiempo corrimos alejándolos del riesgo.
Antes de subir al vehículo de Joseph nos detuvimos un segundo, justo delante de la puerta trasera. Las dos manos de Nicholas sostenían mi rostro con delicadeza, mientras yo las acariciaba con las mías.
-Gracias, mi vida. – Expreso con sinceridad y luego beso mi frente dulcemente. Yo no pude decir más nada, mis ojos estaba totalmente cristalizados en aquel momento. Luego de eso, nos adentramos en el auto, para irnos de allí, antes de que nos persiguieran o algo así. En seguida Joe arranco para llevarnos a otro lugar donde estuviésemos a salvo.
-Nick ¿estás bien? – Preguntamos al unísono con Joseph.                                                        
-Estoy perfecto. No me hicieron nada, solo me encerraron ese baúl. Me faltaba el aire, pero ya estoy bien. – Expreso satisfecho de estar ahí junto a nosotros. Al mismo tiempo yo iba abrazándolo, apoyando cabeza sobre su pecho. - ¿Ustedes están bien? – Cuestiono preocupado.
-Sí, no te preocupes, los dos estamos bien ahora. – Respondí. – Pero cuando de llevaron juro que no sabía qué hacer, perdón por dejarte. -  Mencione verdadera.
-Evi, tú le salvaste la vida a Nick. – Dijo Joe.
-Exacto mi amor, tú me salvaste. ¿Eso te parece poco? – Exclamo mi novio haciéndome sentir más que bien. Yo sonreí porque realmente me sentí feliz, al darme cuenta del coraje que había tenido, y lo abrace aun más fuerte. Finalmente, llegamos a la nueva casa que Joe había comprado en New York. Justo en la entrada nos estaban esperando Kevin y Danielle, que sonrieron felices al ver a Nicholas sano y salvo. Al estar más cerca, se abrazaron como grandes hermanos que eran. Por fin podíamos tranquilizarnos.                                              
-¿Evi, estás más tranquila ahora? – Pregunto Kevin, después de verme hacia horas totalmente nerviosa.
-Si Kev, estoy mucho mejor porque Nick está bien y está aquí. – Respondí con una sonrisa.  Luego entramos a la vivienda de Joe, y ahí seguimos conversando sobre lo sucedido, y las precauciones que debíamos tomar de ahora en adelante. Estuvimos como tres horas ahí. Hasta que decidimos regresar porque estábamos demasiado cansados, necesitábamos acostarnos en nuestras camas, y respirar con tranquilidad, y mucho más Nicholas. Regresamos hacia nuestra calle, pero yo no me fui a apartamento en el colegio, si no que me quede en la casa mi chico. El me presto una de sus remeras para dormir, me la coloque y luego me acosté delicadamente a su lado. 

Narra Nick:

Después de todo lo que había pasado, sinceramente me seguía sintiéndome un poco asustado.  Pero tenerla a ella entre mis brazos, y tan solo escuchar su respiración al verla dormir me hacía feliz. No podía pedir más, tenía a una chica realmente maravillosa a mi lado. Lo único que me ponía los pelos de punta y me preocupada demasiado era exponerla a todo el desastre, a todas esas personas que de verdad solo cargan maldad en sus venas. No quería verla sufrir por ellos, ni que se metieran con ella. Pero finalmente ya no podía pensar más nada, solamente quería cerrar los ojos y por unas horas alejarme de aquel mundo de problemas.
A la mañana siguiente los rayos de sol que se colaban por la ventana de mi habitación, nos despertaron. Creo que yo abrí los ojos unos minutos antes que ella. Evelyn al verme, lo primero que hizo fue regalarme una sonrisa. Y esa era la mejor manera de empezar el día.
-¿Sabes en que estuve pensando? – Mencione mientras seguíamos recostados en la cama.
-¿En qué? – Pregunto ella curiosa.
-Quiero que nos vayamos a un lugar, donde estemos tranquilos y solos, al menos por dos semanas. Tenía pensado alguna playa muy lejos de aquí o lo que tú quieras. – Propuse entusiasmado. - ¿Te gusta mi idea, preciosa? – Cuestione con interés de oír una buena respuesta.
-¡Me encanta! Lo mejor que puede pasarnos es irnos juntos un tiempo. – Exclamo aceptando mi propuesta. Al instante levante un poco mi cuerpo y gire hacia su lado, para buscar sus labios y besarla con ternura, lentamente.
-Entonces arregla todas tus cosas así podemos irnos rápido. ¿Sí? – Indique aún más contento por su reacción. Luego le propuse que también podíamos seguir allí dedicándonos a su música, y que al regresar ya tendríamos todo listo para que pudiera presentarse y competir por grabar su disco.  
-¿Pero estás seguro que podemos irnos? – Cuestiono nuevamente por la inseguridad que le causaba todo lo que estaba sucediendo.
-Evi, confía en mi ¿sí? – Dije con seguridad de que estás bien las cosas saldrían bien.
-Confió en ti, Nick. – Contesto con una sonrisa en su rostro.
Creo que era una muy buena idea irnos juntos por unas semanas. Podríamos estar tranquilos, dedicándonos solo a nosotros, a sentirnos bien. Por un tiempo alejarnos de la realidad, del mundo, de los problemas, los conflictos. Todo por el bien de los dos.

[¡Hola! Acá les dejo el capítulo 21, espero que les guste. Además, quería proponer si les gustaría que yo haga una "twitcam", una de las lectoras me lo propuso (no recuerdo quien) y si a todas las agrada la idea, no tengo problema en hacerlo. Gracias por todo!! LAS QUIERO ♥]



15 de diciembre de 2011

Capítulo 20: Sigue adelante por mi.


Narra Evelyn:

Era viernes, y ya estaba anocheciendo cuando Nicholas llamo a mi teléfono. No estuvimos juntos en todo el día, y ya lo estaba extrañando. Mi música me tenía muy ocupada y él también tenía cosas que hacer y solucionar. Pero siempre, de alguna manera encontrábamos tiempo para vernos. Esta vez me propuso salir a cenar a la noche. Obviamente acepte con un gran entusiasmo, porque todavía me quedaban por conocer millones de lugares en New York. Pero sobre todo porque me sentía muy feliz pasando tiempo con él. Acordamos un horario, para que el me pasara a buscar y desde allí irnos a algún lugar. Rápidamente busque entre mis ropas algo lindo para ponerme, hasta que encontré algo que finalmente me convenció y me lo coloque. Luego hice lo de siempre, peinarme, maquillarme, arreglarme un poco más. Y luego solo me quedo esperar a Nicholas que llego puntualmente. Nos saludamos como siempre, fuimos hasta su auto que se encontraba afuera, para dirigirnos un restaurant donde había reservado lugar.

-Espero que no te moleste… invite a Kevin y a Joe también. – Contó Nick. Yo sonreí. Nunca me molestaría eso.

-¿Molestarme? ¡Nunca! Es lindo poder conocerlos mejor. – Revelé.

-Ellos también quieren conocerte mejor. Kevin vendrá con su esposa, pero Joe está solo. – Dijo y al pronunciar las únicas palabras lanzo una breve sonrisa graciosa. – Aunque en realidad Joe siempre tiene chicas a su alrededor, pero sé que esta vez ira solo.- Acotó.

-Y si… sería raro que alguien como él no tenga chicas que lo busquen. – Dije graciosa.

-¿Alguien como él? – Cuestiono un poco confundido por mis palabras.

-Es que hay que admitir que Joe es muy apuesto. Al igual que Kevin. – Pronuncie fingiendo seriedad. Sabía que esas palabras provocaban un poco de celos en Nick.

-¿Y yo? ¿No soy un hermano Jonas también? – Comenzó a preguntar un poco celoso pero a la vez divertido.

-Bueno tu… - Iba a contestar pero volvió a interrumpirme.

-¿Yo que? – Cuestiono nuevamente pensando que diría algo inesperado.

-Tranquilo Nick. - Lo calmé. – Iba a decir que tú eres el más lindo. – Confesé con una sonrisa pícara en mi rostro. Y al oír esas palabras noté como la expresión en su rostro cambio tiernamente.

-Gracias, me gusto oír eso. – Expreso complacido. – Pensé que me cambiarias por Joe. – Manifestó equivocado.

-¡No seas tan celoso Nick! Nunca te cambiaria. – Lo tranquilice.

-No soy celoso. – Se atajó.

-Si lo eres. – Contradije sus palabras. – Admítelo, se sinceró. – Exclame animada en forma de chiste.

-Bueno, está bien, puede que lo sea, pero solo en estos casos. - Dijo finalmente admitiendo su verdadero sentimiento. Luego seguimos bromeando un poco más, y también me conto que se encargó de reservar el lugar, y que no era un restaurante común, sino que luego de una hora indicada comenzaba una fiesta solo exclusiva para ciertas personas. Al llegar me di cuenta que así lo era, un lugar súper “top”, nunca había estado en un sitio así. Y a decir verdad me sentía un poco extraña, pero nada podía incomodarme porque estaba junto a Nick, a mi lado. Cuando nos acercamos a la mesa, nos estaban esperando Kevin y su esposa Danielle, y Joe junto a ellos.

-Miren, aquí llega Nick junto a su ardiente novia.- Escuchamos a Joe exclamar eso bromeando mientras nos encaminábamos hacia ellos. Y Nick al saludarlo le dio un golpe juguetón.

-¡Ouch! Eso dolió. – Expreso Joseph bromeando nuevamente.

-No exageres. – Contesto su hermano menor que se encontraba saludando a Kevin y a su esposa. Yo me acerque riendo también y los salude a los tres amablemente. Me recibieron genial. Luego nos sentamos todos alrededor de la mesa y comenzamos a platicar.

-Y… ¿Cómo te trata el celoso de Nick? – Cuestiono Joe riendo otra vez. Noté que le encantaba hacer enojar a su hermano. Yo tampoco pude evitar lanzar una risa suave.

-¿Nick? Él es fantástico. La paso realmente muy bien con él. – Respondí mientras observé como mi novio sonreía satisfecho al oír esas palabras. Seguimos conversando todos juntos, entre los chistes que cada dos palabras hacia Joe. Y luego los tres hermanos fueron a buscar algo para tomar, mientras Dani y yo nos quedamos esperando en la mesa. Ella era una mujer muy simpática, amable, realmente me caía muy bien.

-¿Te digo algo? Hacía mucho tiempo que no veíamos a Nick tan feliz. – Confeso. – Con todo esos problemas que tiene dando vuelta, casi no quería salir de su casa. Pero desde que tú llegaste a su vida, algo cambio. – Relato. Y me hizo sentir muy bien al decirme eso.

-De verdad me alegra saber que el ahora este mejor. – Exprese con sinceridad.

-Chicos como ellos valen la pena. – Dijo.

-Sí, lo sé. – Respondí. – Nick me demostró en poco tiempo que es una gran persona. – Acoté.

-Es que tú también lo sabes entender. No debe ser fácil apoyar así a una persona como tú lo haces. Cada vez que Nick habla con Kev, le cuenta sobre lo buena y comprensiva que eres. – Relato con una sonrisa.

-No te das una idea de lo feliz que me pone saber eso. – Pronuncie con un brillo indescriptible en los ojos. Y justo en aquel momento ellos regresaron con las bebidas en las manos. Nick traía una para mí también. Más tarde llego la comida, y cenamos con tranquilidad, también hablando todo el tiempo. Hasta que llegó la hora de levantarnos ahí, porque el lugar empezó a oscurecerse, y se colmó de luces de colores que giraban constantemente. Ahora todo el mundo se encontraba en la pista, bailando, tomando, divirtiéndose. Con Nicholas nos pusimos de pie para dirigiros allí.

-No me gusta este lugar. – Dijo acercándose a hablarme al oído, pues el volumen fuerte de la música nos interrumpía.

-¿Por qué? – Pregunté confundida.

-Porque los chicos te están mirando demasiado. – Expreso receloso. Al instante que oí eso me sonroje un poco, pero luego hice algo para que Nicholas dejara su inseguridad a un lado. Me acerque a él, rodeando su cuello con mis brazos, al mismo tiempo que el coloco sus manos en mi cintura. Luego lo bese apasionadamente, haciéndole saber que nada más me importaba, que el único hombre importante para mí, era él.

-Ahora está mejor. – Expreso al instante en que se despegó de mí. Disfrutamos mucho tiempo allí. Bailamos durante un largo rato, y luego nos reíamos al observar a Joe danzar con aproximadamente seis chicas a su alrededor, todas locas por él. Dani y Kevin también se entretenían juntos. Pero luego de un tiempo, decidimos salir afuera un poco a distraernos, y tomar aire fresco. No había nadie afuera. Estábamos de pie justo a unas cinco o seis cuadras del lugar, nos cubría la oscuridad de la noche, pero de repente las cosas cambiaron totalmente. En un abrir y cerrar de ojos dos hombres nos estaban rodeando, y sin pensarlo aferre con fuerzas mi mano a la de Nicholas. Mi cuerpo ya comenzaba a temblar.

-Cuando yo te diga, tú corres ¿de acuerdo? – Me susurro al oído velozmente, sin que los demás pudieran oír. Los individuos que nos rodeaban se acercaron aún más para separarnos.

-¡Esperen! El problema es conmigo, a ella no la toquen. – Ordeno protegiéndome. Y el tipo un poco dudoso, se alejó de mí, pero no completamente, y quiso volver a sujetarme, pero Nick lo golpeo con velocidad. Fue en ese instante cuando me ordeno que corriera. Realmente no tenía idea de lo que estaba haciendo, mis piernas se movían con agilidad y rapidez, pero lo único que quería hacer era regresar con él. Observe hacia atrás y vi como los dos lo sujetaban y lo llevaban hacia un auto, y me detuve un segundo para registrar en mi mente el color, el modelo, y la patente. Es indescriptible la desesperación que sentía en aquel momento, no quería dejar que se lo llevaran así, pero a la vez debía pedir ayuda, como Nicholas me había ordenado. Finalmente regrese al lugar temblando, buscando ayuda, con más de mil lágrimas en mis ojos, recorriendo mi rostro. Afortunadamente vi a Joe a los pocos minutos de ingresar, y comencé a expresar lo que estaba pasando.

-¡Joe! ¡Joe! ¡Se llevaron a Nick! ¡Se lo llevaron! – Grite junto al llanto desesperado. Joseph percibió mis gritos y se alarmo también, aunque él no entendía exactamente que estaba sucediendo.

-¿Qué está pasando? – Dijo sacándome afuera de lugar para poder platicar con tranquilidad.

-Se llevaron a Nick. – Exprese alarmada mientras las lágrimas seguían descendiendo en mis mejillas. La expresión de Joe cambio totalmente. Se notaba que la intranquilidad y la desesperación comenzaban a aparecer en él.

-No puede ser. – Pronuncio totalmente desconcertado. - ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Cómo sucedió todo? – Cuestiono con velocidad.

-Estábamos afuera… y… y dos tipos se acercaron a nosotros. Quisieron agarrarme a mí también, pero Nick me ordeno que corriera, el los distrajo… se lo llevaron. – Relate entrecortada por el sollozo.

-Dios… que haremos ahora. – Murmuro pensando alguna solución que pudiera servir en aquel momento crítico. Yo seguía con la mirada baja, llorando. No podía soportar que algo malo le sucediera a Nicholas.

-Tranquilízate, tranquilízate por favor. Necesito que me acompañes a buscar Kevin, y no te despegues ni un minuto de mí, porque esto es peligroso ¿De acuerdo? – Indico Joseph con seriedad, y yo asentí con la cabeza. – Sé que es horrible este momento, pero Nick estará bien, lo vamos a salvar. – Expreso intentando que dejará de temblar por el miedo. Luego me dio un cálido abrazo amistoso. Lo necesitaba. De inmediato corrimos a buscar a Kevin, que seguía junto a su esposa y le conté lo que había sucedido. Los dos quedaron paralizados.

-No soportaría que le pase algo malo a Nick. Perdón por no poder hacer nada más. – Pronuncie sintiéndome un poco culpable.

-Evi, no tienes la culpa de nada. Hiciste lo mejor que pudiste, entre todos lo vamos a encontrar. – Indico Kevin afectuosamente intentando aliviar lo malo que me sentía. Me preocupaba tanto Nicholas, pues no sería tan fácil hallarlo, tenerlo otra vez conmigo. Pero ahora debía mantenerme con fuerzas para ayudar en lo que necesitaran, no podía dejarme caer cuando la persona más especial para mi me necesitaba.

[¡Hola! Aquí les dejo el capítulo 20, espero que les guste, creo que las cosas se estan poniendo un poco más turbias y emocionantes. Gracias por el apoyo, y por todos los comentarios!! Las quiero C: ]

8 de diciembre de 2011

Capítulo 19: Solo somos tú y yo.


Narra Evelyn:

La noche anterior había sido un poco agotadora, pero confieso que disfrute mucho mi presentación. Cantar y tocar frente a personas importantes, era intimidante pero un orgullo a la vez, al menos me sentí bien haciéndolo. Pero me estresa tener que fingir simpatía frente a personas que no son muy agradables. Además cuando vi a Lucas allí, me molesto demasiado. Es agobiante que sea tan entrometido. Aunque dejando eso a un lado, todo salió genial. Al regresar me despedí de Nicholas, que me acompaño hasta la puerta de mi habitación, y luego se fue a su apartamento.

A la mañana siguiente, amanecí un poco tarde lo normal, pero no me intereso, quería tomarme el día para relajarme un poco, lo necesitaba. Así que me levante, tomé sin prisa mi desayuno, y luego pensé en hacer algo diferente, y lo primero que se me vino a la mente fue la pileta climatizada del colegio. Todos estarían en clases, y podría tenerla para mi sola, eso sí era fabuloso. Sin pensarlo un minuto más me coloque mi bikini con una estampa delicada de corazones, y luego me puse un vestido cómodo, para no andar mostrándome semidesnuda por todo el colegio. Tomé una de mis toallas, y sin dar más vueltas me dirigí a la pileta. Al llegar me quite mi vestimenta, quedándome en traje de baño. Primero me senté en la orilla y solo toque el agua con la punta de mis pies. Pero al notar que estaba tibia, como me gustaba, me sumergí completamente. Estuve media hora zambulléndome con tranquilidad en la piscina, hasta que sentí algunos pasos. No supe que pensar al principio. Hasta me alarme un poco, pero me tranquilice al ver a Nick.

-¡Amor! ¿Qué haces aquí? – Pregunté sorprendida al verlo.

-Linda, vengo a estar contigo. – Contesto con una tímida sonrisa.

-¿Cómo sabías que estaba aquí? – Cuestione entre risas. Era gracioso que siempre me encontrará.

-Busque por todo el colegio. Este era el último lugar que quedaba. – Contó y luego rió. – Y ahora que te veo aquí… ¿está linda el agua? – Pregunto con intenciones de entrar a la piscina también.

-Esta… cálida. – Dije y sonreí. Sin decir más nada observe como rápidamente se quitaba su remera color negra revelando sus pectorales y sus abdominales bien marcados. Luego se quitó las zapatillas y dejo su reloj a un lado. Quedando solo con un jean. Nicholas se quedó inmóvil unos segundos, y antes de arrojarse al agua, se despojó de su pantalón. Ahora solo lo cubría un bóxer color negro, un poco ajustado. Me sonroje algo al verlo así. Debo admitir que Nick es demasiado sexy, es un placer poder verlo así. Al instante se sumergió al agua, se hundió por unos segundos, y de inmediato volví a ver su rostro, ahora con el cabello mojado, y algunos rulos cayendo sobre su rostro, que luego los hizo a un lado.

-Sé que estabas muy aburrida aquí… pero ahora que llegue yo, eso cambiara. – Expreso bromeando. No sé porque pero no podía evitar sonreír después de cada frase que decía.

-Es que, es muy difícil divertirme a mí. – Dije graciosa.

-Apuesto a que yo puedo divertirte. – Menciono provocador, mientras se acercaba más y más hacia a mí buscando mis labios. Pero cuando estuvo a punto de besarme, me separe de él.

-Si realmente deseas besarme entonces… atrápame. – Lo afronté. Y en un nanosegundo salí nadando a toda velocidad, y noté que él también lo hacía detrás de mí intentando atraparme. Estuvimos un largo rato nadando, salpicándonos agua, esquivándonos, solo como un juego. Era realmente entretenido hacer todo eso. Por último, Nick no perdió más el tiempo, y me sostuvo con fuerzas, apoyándome sobre una de las paredes de la pileta. Abrazo mi cuerpo con sus fuertes brazos, apegándome completamente a él, mientras yo acariciaba su firme espalda, hasta que finalmente percibí sus labios sobre los míos, y comencé a sentir como Nicholas recorría mis labios con pasión. Mi piel se estremeció por completo al sentir las caricias en mi cuerpo, hasta mi respiración se aceleró. Permanecimos así un tiempo, y luego rodee su cintura con mis piernas, colgándome sutilmente de su pecho, y él seguía sosteniéndome. Nicholas hizo que por unos minutos nuestros besos fueran sumergidos en el agua, y al instante volvimos hacia afuera. Tomamos aire por unos segundos, y luego regresamos a unir nuestros labios otra vez, más enardecidos que nunca. Por un momento pensé que todo eso se convertiría en algo mucho más importante… hasta que oí la voz de un hombre.

-Perdón que interrumpa. Pero no deberían estar así aquí. – Exclamo alguien con seriedad. Subí mi mirada para obsérvalo, y note que era Carl. –Sepan que solo sigo las órdenes de la directora. – Acoto. Yo solo seguía en silencio, no sabía que rayos decir.

-Lo siento mucho… fue mi culpa. – Se disculpó mi novio fingiendo arrepentimiento. – No volveremos a hacerlo. – Menciono por ultimo.

-Está bien. – Acepto las disculpas Carl. – Pero ahora mejor salgan de aquí. – Aconsejo serio. Cuando se fue, nos miramos mutuamente estableciendo esa conexión especial, y al instante nos largamos a reír los dos juntos.

-¡Fue tu culpa! – Exprese bromeando entre risas.

-No me culpes ¡tú apostaste lo del beso! – Se defendió y volvió a lanzar otra firme carcajada. – Quisiera saber ¿Quién es él? – Dijo con dudas.

-Lo conoces. Él te ayudo cuando me sucedió lo de la fiebre. Aquí es una especie de preceptor.- Conté y Nick me miro algo confundido y sorprendido a la vez.

-Espera ¿Qué edad tiene? No tiene aspecto de preceptor. – Expreso.

-Tiene como veinticinco años… pero ya está, olvidémonos de él. De verdad creo que ya deberíamos salir de aquí. – Propuse obediente.

-Como tú digas. – Pronuncio Nicholas, regresando hacia mí, besándome por última vez, y luego me sostuvo de la cintura, elevándome hasta dejarme sentada a la orilla de la pileta. Acto seguido, el también abandono la piscina, y corrió a buscar las toallas que estaban alejadas. De repente apareció detrás y me cubrió cálidamente con lo que traía, después se sentó a mi lado, y me abrazo con ternura.

-Sabes… tu eres la chica más especial de todas. – Pronuncio mirándome fijamente a los ojos. Y mi rostro emitió una sonrisa relámpago.

-Y tú el más especial para mí. – Exprese con sinceridad. El también sonrió dulcemente y luego beso mi frente con ternura. Minutos después nos levantamos, y busque mi vestido, para cubrirme. Nicholas hizo lo mismo, tomo su ropa y se vistió con rapidez, antes de que alguien más nos viera ahí. Me sentía tan feliz haciendo todas esas locuras a su lado. No pido más nada, con el tengo todo lo que necesito.

Narra Nick:

Sinceramente compartir tiempo con ella me hacía sentir mucho mejor, ser más positivo, pensar con tranquilidad, disfrutar cada segundo, siendo feliz. Lo único que me distrajo de ella fue aquel tipo, Carl. Me parecía extraño, había algo en el que no agradaba. Y no creía en esas supuestas casualidades… pero luego me di cuenta que yo tenía esos tipos de pensamientos porque últimamente vivía alarmado todo el tiempo, y desconfiando de las personas extrañas. Así que intenten convencerme de que esas ideas eran creadas por mi imaginación. Como no teníamos nada mejor que hacer, invite a Evelyn a mi casa. Allí conversamos y reímos un poco más, y luego nos pusimos a escribir y componer un poco. Ella necesitaba crear música todo el tiempo, y yo adoraba ayudarla en lo que sea.

-¿Y conociste a tu competencia? – Pregunté.

-Sí. Su nombre es Maya… la conocí hace unos días y no sé, fue muy indiferente y fría conmigo. Pensé que nos llevaríamos mejor, o sería un poco más amable. – Contó un poco desilusionada.

-No importa como sea ella contigo, no le des importancia. Concéntrate en tus cosas ¿está bien? – Le aconseje conscientemente.

-Es que estoy tan nerviosa, a veces me siento tan insegura de lo que hago. ¿Qué hay si ella me gana? – Expreso con temor al fracaso.

-Mira, tú eres asombrosa. Toda esta música que escribes es muy buena, y estoy seguro que tú naciste para eso.- La alenté.- Y si pierdes… habrá miles de oportunidades más. – Pronuncie con seguridad.

-Gracias. – Dijo con una sonrisa. – Sé que si llego a perder, nunca dejaré de intentarlo. – Acotó.

-Esas son las palabras que quiero oír. – Mencione con gran ánimo. Y luego retomamos nuestro trabajo y seguimos escribiendo. Nuestra forma de trabajar era bastante ordenada, ella escribía, y yo leía las canciones, y le aconsejaba que podía cambiar, o si estaba perfecta sin cambios. Además yo también escribía, y la consultaba si le gustaría cantarlas. En fin, había un poco de todo. Disfrutaba tanto hacer ese tipo de cosas, era algo que me agradaba demasiado, me hacía sentir bien, me liberaba, me podía descargar perfectamente. Y era un placer componer con la chica que amo, algo incomparable para mí.

[¡Hola a todas! Primero y principal, MILES de disculpas por no subir antes, perdón. No es que no quería, pero estaba como "bloqueada" y no me salia escribir nada bueno. Pero ahora ya pude escribir, así que acá tiene el capítulo. Espero sus comentarios como siempre, gracias por bancarme. Las quiero mucho ♥]