21 de mayo de 2012

Capítulo 48: EL GRAN FINAL.


Narra Evelyn:

La noche más esperada había llegado. Estaba acomodándome aquel vestido que había hecho diseñar especialmente para mí. Mi vestuarista me ayudo a prender la cremallera con mucho cuidado, y me miré al espejo… mi maquillaje y mi peinado continuaban intactos. Solo faltaban horas para llegar al gran evento. 

Cinco años pasaron desde aquel día… y todo era realmente tan diferente. Puedo asegurar que después de aquel día, jamás deje de sonreír. Lance exactamente tres CD’S, uno tras otro, y no me puedo quejar, logré el éxito que siempre anhele, pero aún me queda mucho por aprender. Lo mejor que hice en este último tiempo fue ayudar a Nick en crear su segundo álbum como solista. Después de sacar dos nuevos CD’S de los Jonas Brothers, quiso regresar a su propia música. Y yo estuve ahí en todo momento. Hasta escribimos varios temas juntos, una experiencia completamente maravillosa. Pero lo que más me pone feliz, es que el mundo finalmente se dio cuenta de todo el esfuerzo que Nicholas hace. Poco a poco fue recibiendo todo lo que merece, y hoy  todas esas cosas increíbles que hizo están por ser premiadas. Aún no sabemos si eso será un hecho confirmado, pero sabemos que está muy cerca de que así sea, y yo personalmente, creo que eso se hará realidad. De repente, desperté de mis pensamientos, regresé al mundo real, y sentí que golpeaban la puerta de mi habitación. Me acerqué para abrir, y observe allí parado a mi hombre, a mi príncipe.  Justo en ese momento mi vestuarista se retiró, dejándonos solos. 

-Estás hermosa, bellísima. – Me alago haciendo que mis mejillas se enrojecieran con ternura.

-Nick… tú estás hermoso. – Pronuncie. – Me siento afortunada de poder caminar a tu lado. – Acoté con 
orgullo.

-No bromees, yo soy el chico con suerte que encontró a una mujer como tú. – Dijo con la preciosa dulzura que lo caracterizaba. - ¿Estás lista para irnos? – Preguntó.

-Muy lista. – Respondí. – Hoy es tu gran noche. - Exprese con sinceridad.

-Nuestra gran noche. – Dijo cambiando mis palabras, y luego me beso delicadamente.
Al instante tomó mi mano con ganas, como siempre lo hacía. Me llevaba a su lado y me hacía sentir la mujer más especial del planeta. Luego salimos hacía afuera, y subimos a la limusina que nos estaba esperando en la entrada. Y el chofer nos llevó hasta el lugar indicado, donde se realizaría el evento. Al llegar, esperamos unos minutos adentro del vehículo, hasta que nos indicaron que era la hora de bajar, y mostrarnos. Y bajamos con cautela, fingiendo una falsa tranquilidad, porque sabíamos que por dentro estábamos totalmente exaltado, y así comenzamos a caminar de la mano por la larga alfombra roja, frente a los miles de periodistas y fotógrafos que se peleaban por tan solo hacernos una pregunta o sacarnos un par de fotos.

-Aquí recibimos a una de las parejas más consolidadas de Hollywood, Evelyn Trebor y Nick Jonas, aquí en los premios más importantes del año… - Comenzó a hablar uno de los periodistas, mientras se acercaba a nosotros. Yo solo sonreía con simpatía.

-¿Cómo están, chicos? – Preguntó a ambos.

-Estamos muy muy bien. – Contesto Nicholas por los dos. – Muy contentos de estar aquí. – Acotó mientras yo asentía con mi cabeza.

-Tengo una pregunta para la señorita Evelyn… - Dijo el reportero.

- Claro que sí. – Dijo Nick permitiendo que él cronista se acercará un poco más.
-¿Qué se siente estar con uno de los hombres más deseados del planeta? – Preguntó, y Nicholas me miro con gracia.

-En realidad… si, me siento muy afortunada de tener a alguien como el a mi lado. Pero por el hecho de que es una persona asombrosa y ame ama tanto como yo lo amo a él. – Conteste verdadera.

-Y  tu Nick… ¿Por qué crees que ella es la mujer que más ha durado a tu lado? – Cuestiono nuevamente.

-Nuestra relación es muy fuerte. Hemos pasado por cosas que realmente nos unieron mucho más, y que crearon un lazo entre nosotros que nunca se podrá romper, al menos no con facilidad. Ella sin duda, es una mujer muy especial. – Exclamo haciéndome sentir algo fantástico en mí. Una sensación de felicidad plena. El periodista parecía estar muy satisfecho con nuestras respuestas, así que hizo un par de preguntas más y luego nos dejó seguir avanzando hasta llegar a donde comenzaría el gran evento, el espectáculo. Llegamos a los lugares que estaban indicados con nuestros nombres, y nos sentamos ahí, a esperar que todo comenzara.

Narra Nick:

En ese momento los nervios me invadían por completo. Pero no esa horrible sensación de no saber qué sucederá. Más bien era esa linda sensación de ansiedad, cuando presientes que algo muy bueno está a punto de ocurrir. Estaba sentado, y aún continuaba aferrado a la mano de mi chica. En todo este tiempo creo que lo que más aprendimos fue apoyarnos el uno al otro, todo el tiempo. Algo que nunca olvidamos. El acontecimiento estaba comenzando. Empezaron a salir los conductores de la gala, y de a poco fueron entregando los primeros premios. Hasta que llego mi categoría, a la cual mi música y yo estábamos nominados como “El mejor álbum del año.”

-Bueno… como saben ahora diremos quién es el afortunado en llevarse este premio, una de las categorías más importantes de toda la noche. – Menciono haciendo que mis nervios crecieran más y más. Y antes de que ellos hablaran, la mire a ella, y vi en sus ojos un brillo esplendoroso, una seguridad asombrosa, y noté la gran confianza que tenía en mí. Ella siempre estuvo segura de que yo ganaría.

-El ganador es… ¡Nick Jonas! – Exclamo con emoción y exaltada la conductora. Simplemente me quede paralizado por un instante. La adrenalina era tremenda. No podía creer que estaba sucediendo semejante hecho. No podía asemejar que todo era real. Una sonrisa apareció naturalmente en mi rostro, sentí que mi corazón latía a mil por hora. Me puse de pie como pude, y ella también lo hizo. Antes de que pudiera correr a buscar mi premio, bese a mi chica con pasión con felicidad extrema…  gracias a ella se cumplió mi sueño. Sin Evelyn nunca hubiese podido salir adelante en busca de más.

-Te lo mereces más que nadie. – Susurro a mi oído. – Te amo con todo mi corazón. – Agrego cariñosamente. Y me dejo ir por lo que tanto deseaba desde mis comienzos en la música. Subí orgulloso de todo lo que había hecho. Teniendo presente en mi cabeza cada sacrificio que realice para escalar como podía, para llegar cada vez más alto. Pero mi chica y mi familia eran las personas que más me habían ayudado a obtener mis sueños.

-Felicitaciones Nick, ¡este Grammy es todo tuyo! – Me felicito la mujer sobre el escenario, y luego me dio permiso para que yo pueda manifestar mi discurso, algo que nunca me había puesto a pensar.

-¡Wow! Realmente no puedo creer que estoy aquí arriba, con esto en mis manos, observando a todos ustedes… es, es algo totalmente asombroso. Creo que cualquier persona que siente una gran pasión por la música sueña con este momento, y como lo digo, yo también lo soñé miles de veces, y es increíble que hoy lo esté viviendo. Solo quiero decir que todo lo que hago, lo hago con mi mayor esfuerzo y sobre todas las cosas, poniendo mi corazón entero en cada proyecto. La música es algo que cambio mi vida, es mi pasión. Pero sobre todo, quiero agradecer a mi familia por haber estado ahí acompañándome siempre. Los amo. A mis fans que son fantásticos, que nunca me dejaron de apoyar en esto, si hoy gane esto, es gracias a ellos. Los amo también. Y por último quiero tomarme el tiempo para agradecerle a mi chica. – La mencione y la busque con la mirada. - Muchos creen saber nuestra historia, pero lo cierto es que muy pocos la saben. A ella la conocí en un momento muy, muy difícil y complicado de mi vida, y mi carrera, y sin embargo, nunca me abandono. Ella hizo cosas por mí que nadie jamás ha hecho… y me dio lo que tanto necesitaba en ese momento… AMOR. Bonita, este premio también es tuyo. Te amo linda, te amo con todo mi corazón. – Exprese por última vez, finalizando el discurso. Bajando del escenario con el premio en mi mano, mis ojos emocionados al borde de las lágrimas, y mis oídos que oían el gran estruendo de aplausos que produje con mis palabras en aquel momento. Lo primero que hice al llegar otra vez a mi lugar, fue abrazarla a ella con fuerzas…

Narra Evelyn:

Y así es… Nick cumplió uno de sus mayores sueños, ganar un Grammy. Y aún seguirá luchando por los 
demás. Yo también hice realidad cada uno de mis deseos, quiero seguir en la música hasta morir. Pero todavía nos queda uno en común, el más grande y más feliz… formar una hermosa familia. Todavía somos jóvenes, pero sé que con el tiempo nos encargaremos de alcanzar ese objetivo también.
Después de los premios Grammys, al día siguiente, tuvimos una tranquila caminata por una playa bastante tranquila. Miré hacia el cielo, y agradecí estar allí, parada. Luego miré hacia abajo y observe nuestras manos unidas con fuerza y amor, y me di cuenta cuanto valían y cuan grandes eran las cosas que parecían ser las más pequeñas de la vida. Estar de esa manera, caminando juntos por la playa, tomados de la mano, con calma y serenidad, sin que nadie nos moleste o quiera separarnos, se siente demasiado bien. Pensar en todo lo que habíamos pasado para llegar estar felices, me desvelaba, me hacía perderme en mi mente por momentos.

-¿Estás bien mi amor? – Preguntó Nick al notarme rara.

-Sí, estoy muy bien. Solo que a veces pienso en… en todo lo que vivimos. Pensar que hoy podríamos estar en otro lugar… estuvimos a punto de morir, Nicholas. – Conteste entre melancolía y agrado.

-Pero estamos aquí, linda. – Dijo tomando mi rostro. – Nos tenemos el uno al otro como lo hicimos siempre. Y como lo repito cada vez que estás triste… tú y yo tuvimos las fuerzas suficientes para salir de las peores situaciones, es por eso que tenemos la seguridad de que aunque caigamos, siempre, pero siempre, saldremos adelante juntos. – Me alegro. Y yo sonreí.

-Amo que digas esas cosas. Me encanta oírlas, nunca voy a dejar de confiar en todo lo que dices. – Exprese fiel.

-Y yo nunca permitiré que dejes de confiar. – Pronuncio tierno. Cariño, no sé qué hubiera sido de mí si tú no aparecías en mi camino. Me di cuenta que lo único que necesitaba, era a alguien como tú. – Me dijo con amor, mirándome a los ojos con ternura. Entonces sonreí… el acaricio mi rostro, y me beso con la misma pasión, igual que en los primeros besos… el amor nunca cambiaba, solamente aumentaba.

“Tú simplemente eres todo para mí. Es extraordinaria la manera en que siempre nos necesitamos mutuamente. El destino nunca se cansó de unirnos, siempre fue ese su objetivo, el de vernos juntos. Conocernos fue un simple hecho, nunca nos imaginamos que saber más el uno del otro, cambiaria nuestras vidas. Las fuerzas del amor son sorprendentes. Cuando el corazón está seguro de lo que quiere, nunca se cansa de pelear. Para el corazón nunca hay batallas perdidas… porque siempre demostró lo que sentía. El corazón nunca se arrepiente, porque jamás finge. El corazón siempre arriesga cuando ama.  La gente juzga, la gente cree en los códigos, en las reglas… pero lo cierto es que en el amor no hay códigos ni reglas, cuando el verdadero sentimiento actúa, no hay nada ni nadie que lo detenga. Nunca permitas que tu corazón deje de luchar por el amor. Si amas a alguien, solo déjate guiar por tus sentimientos, porque tarde o temprano, el amor romperá cualquier barrera, sin importar lo que suceda. Pero va a destruir esos obstáculos, porque sabe que así podrá amar, y demostrar la verdad. Nunca dejes de creer en el amor, porque el amor te salva. Y siempre déjate guiar por lo que sientes allí, adentro. Porque quieras o no, ese es el único camino que te lleva a encontrar eso que tanto necesitas…  ese camino en tu vida que trae nada más que luz. ”
FIN. 

Chicas… no puedo creer que ya termine la novela. Hace desde el año pasado que vengo subiendo capítulos, y la verdad era una costumbre ya. Siempre estaba pensando en algo nuevo, en que podía escribir, inventar, imaginar. Y bueno, lo cierto es que en todo este último tiempo pase por varias situaciones que realmente me hicieron pensar mucho, y cambiar mi punto de vista sobre algunos temas. Y como lo menciona el personaje en el último texto del capítulo, quiero recalcar que en el amor NO PUEDEN EXISTIR CODIGOS. Estoy en contra de eso, y no solo por motivos personas. Si amas a alguien, y queres estar con él/ella, y esa persona siente lo mismo ¿de qué sirven los “códigos” o “reglas”? Todos nos merecemos ser felices, y pensar también en nuestra felicidad, no solo en los demás. Hay que arriesgarse, y jugársela, y nunca arrepentirse de nada. Porque de todas las situaciones aprendemos y ganamos algo nuevo, creo que nunca perdemos completamente. Nunca hay que sentirse culpable por amar, porque es el mejor sentimiento que existe. Amar nunca lástima… simplemente son las personas que muchas veces no comprenden el amor. Es por eso, que en cualquier situación que se encuentren, siempre tienen que hacer LO QUE SIENTEN. Y van a ver que así nunca se van a arrepentir, porque ser fiel a tus sentimientos es lo mejor que podes hacer por tu bien. Ser fiel a ti mismo, sin importar nada más. Por ultimo… nunca dejen de hacer lo aman. Nunca dejen de luchar por lo que quieren lograr, por sus sueños, sus deseos. Con esfuerzo, confianza, perseverancia y sobre todo CREYENDO en uno mismo, las cosas van a llegar cuando sea la hora. Lo aprendí cuando conocí a mi mayor ídolo, a Nicholas Jerry Jonas. Disfruto mucho haciendo esto, escribiendo. Es algo que amo mucho en mi vida. Y me pone muy feliz que gente tan buena como ustedes puedan leer, y les guste lo que hago. Me emociona leer sus comentarios y opiniones… me hacen MUY feliz. Más de una vez estuve triste, y leer las cosas lindas que me ponían, me sacaban más de una sonrisa. Las aprendí a querer mucho, y a aprendí a valorar su apoyo. Gracias por estar ahí siempre.
Evi.

P/D: 
Apenas comience con mi otra novela, me voy a encargar de avisarles una por una. Y si no están interesadas, simplemente me lo dicen. Cualquier cosa me pueden preguntar, o decir algo, con un simple tweets a @EviJonaas. Siempre respondo todo. 


16 de mayo de 2012

Capítulo 47: Todo se termina.


Narra Evelyn:

Estaba sentada sobre la silla, y mis manos fuertemente amarradas por detrás con una soga. A la par mío se encontraba Nicholas, en el mismo estado, pero todo era aún más desesperante. Mis ojos derrochaban sin cesar una lágrima tras otra, no podía detenerme, pues nunca había estado tan asustada y alterada al mismo tiempo. No atentaban contra mi vida, pero si contra la del hombre que más amaba. Y lo peor era que sentía que yo no podía hacer nada para evitarlo. La aguja que poseía Carl estaba rozando con sufrimiento la piel de Nicholas. Todavía no había sido introducida, pero estaba a punto de serlo. Él ni siquiera miraba eso. Continuaba mirando mi rostro, mantuvimos el contacto visual todo el tiempo. Hasta noté que respiraba un poco agitado, pero con normalidad, como si mis ojos, lo calmaran un poco.

 En un instante observe que Carl estaba muy cerca de implantar aquella sustancia en el cuerpo de mi chico, y creo que una fuerza, que provenía de mi inconsciente, se apodero de mi anatomía. Y como mis piernas eran las únicas partes de mi cuerpo que podía usar en aquel momento, las utilice para terminar con toda la situación. Golpee justo el brazo de aquel sujeto, produciendo que la jeringa que tenía en su mano, cayera al piso destruyéndose por completo.

-Lo hice. – Pensé dándome un cumplido a mí misma.  Mientras notaba como todos en la sala habían quedado estupefactos ante mis actos, hasta el mismísimo Nicholas que me miraba boquiabierto. Definí a ese momento como el tiempo más tenso de toda mi vida. El nerviosismo que cause en todos fue irremediable. Aquellas personas que se destacaban por la maldad, se hayan helados, no podían reaccionar ante semejante acto. Me miraban con bronca, con irá. Sabía que era el instante de abstenerme a las consecuencias y soportarlas. Pero bueno, lo había salvado a él, eso era lo único que me importaba.
-¿Quién diablos crees que eres para hacer lo que acabas de hacer? – Pregunto uno de ellos con demasiada seriedad, percibí que estaba muy enfadado.

-Tú no eres Dios para decidir sobre la vida de una persona. No tienes el derecho de terminar con la vida de nadie. -  Respondí con astucia. Por primera vez había liberado mis pensamientos, por primera vez el temor había desaparecido por unos minutos.

-El idiota de tu novio si lo merece. – Insistió.

-No, están muy equivocados. Ustedes son lo que no tienen claro cómo funcionan las cosas. Todo se puede arreglar con más tranquilidad, y sin causar todo esto. Y algún día van a pagar todo el daño que hicieron, absolutamente todo. -  Reproche con sinceridad, y cansada de todos los ataques que habíamos recibido.

-Sí, claro, tienes razón. – Respondió con sarcasmo. – Mejor opta por cerrar la boca y quedarte callada si no quieres que te matemos primero a ti. – Me amenazo.

-Haz lo que quieras, soy mucho más fuerte que ti. Tengo el poder de solucionar las cosas como debe ser, y no rebajarme a las peores maneras, o sea, las que ustedes están usando.  – Continúe revelándome.

-¿Acabas de decir que yo soy más débil que tú? – Exclamo lanzando una fuerte carcajada.

-Lo que escuchaste. – Conteste con seguridad.

-¿Quieres que te demuestre lo fuerte que puedo ser? Sí, te mostraré que tú eres una barata mujer, débil como todas. – Pronuncio acercando cada vez más hacia mí.

-¿Vas a golpearme? – Cuestione. –Veo que nunca podrás comprender de lo que estoy hablando. – Acoté con coraje.  Pero antes de que Carl pudiera hacerme cualquier tipo de daños, Nicholas se levantó como un relámpago, y lo empujo alejándolo de mí. Claro, mientras Carl y yo discutíamos, Nick aprovecho y busco la manera para desatarse las cuerdas, y mágicamente lo logro. Y mientras el sujeto se estabilizaba, mi novio se tomó el tiempo para liberar mis manos.

- Vamos Carl, si quieres pelear, peleemos así. Estamos en las mismas condiciones, esto es lo justo. – Menciono enfrentándose con valentía. A todo esto, Carl se había tornado completamente desconcertado. 

Las personas que estaban a su alrededor, tampoco hacían más nada. Nunca antes nos habíamos revelado de esa manera. Por un instante nadie hablaba, nadie decía una palabra. Hasta que se abrió la puerta principal.

-¡Policía de New York! ¡Manos arriba! – Grito uno de ellos. Creo que eran como seis personas, y detrás de ellos pudimos ver que estaban Joe, Kevin, y Derek. Mi amigo estaba completamente exasperado. De inmediato los uniformados se dieron cuenta quienes eran aquellas personas que debían llevarse, y a nosotros nos dejaron en paz. Nick me tomo de la mano, y salimos hacia afuera, finalmente pudimos liberarnos de toda la situación. Nos paramos uno frente al otro. Me miro a los ojos con todo el amor que pudiese existir dentro de él.

-Te amo, te amo con todo mi corazón. – Dijo en voz alta abrazándome con todas sus fuerzas.

-Yo también, yo también te amo. – Pronuncie. Luego me despegue un poco de él y lo mire con una sonrisa. 

-¿Se terminó todo, no? – Pregunté esperanzadora.

- Te prometo… te juro que desde hoy, todo va a ser completamente diferente. Vamos a ser muy felices, esta vez, nada lo arruinará. – Prometió con muchísima seguridad, pues lo que tanto nos estorbaban, finalmente se encontraban en manos de la justicia.

De pronto vimos pasarlos a ellos, a esos sujetos. Los tres hermanos venían en una de ellas, que era conducida por un policía. Y en la otra, venían los demás matones. Vi a Carl mirar hacia el piso. Apenas nos observó de reojos, haciéndonos saber que nosotros habíamos ganado por primera vez. Y sentí lastima. 
Sentí compasión, piedad por ellos. Muchas veces es imposible creer que una persona que aparenta ser normal, lleve tanta malicia, perversidad, y tantas ganas de hacer daño a la gente.  Es completamente increíble que existan. Y es decepcionante cuando uno comprende que ellos están dispuestos a cruzar cualquier límite, sin pensar en nada más que en su bienestar, y nunca en el de los demás.

-Siento tristeza por ellos. – Exprese mirándolo a Nick.

- No pienses más. Fueron solo algo malo de tu vida, olvídalos. Van a tener lo que merecen. – Dijo cálido, y luego beso mi frente con ternura. Acto seguido salude a los chicos, y le di un fuerte abrazo a Derek, que estaba demasiado preocupado pero se tranquilizó al verme bien.

Narra Nick:

No puedo describir el alivio que se apodero de mí cuando entro la policía en aquel momento, y aún más  cuando vi se los llevaron. No podía esperar a regresar otra vez a mi vida de siempre. A volver a cantar en escenarios, y hacer lo que más me gusta. Pero lo que más ansió es regresar con ella, a volver a ser como lo éramos antes.  Con toda esta nueva tranquilidad, podríamos salir juntos de la mano, decirle al mundo cuanto nos queremos, y que puedan verme como realmente soy, sin ocultar más nada. Este increíble día, marcó un antes y un después en toda mi vida. Y desde aquel día juré que la amaría por siempre, que solo me dedicaría a hacerla feliz, a devolverle todo lo que ella me dio, y mucho más. A hacerla la mujer más feliz del mundo… a despertarme y poder verla a mi lado, con una sonrisa.

Nos subimos a una camioneta, que afortunadamente nos llevaría de regreso a New York, a nuestras casas.

-¿En qué piensas? – Pregunto ella que se encontraba sentada a mi lado.

-En que ahora vamos a poder hacer y tener todo lo que siempre soñamos, juntos. – Dije alentador y ella sonrió con felicidad.

-¿Y qué es lo que tu tanto sueñas? – Cuestione nuevamente.

-Quiero que… caminemos de la mano juntos. Que todo el mundo sepa cuánto te amo. Que también 
podamos hacer música juntos, y que algún día en un futuro… nos casemos y formemos una hermosa familia, y viajemos por el mundo, y seamos felices, solo eso. – Propuse con gran entusiasmo y amor. - ¿Por qué me miras tan sorprendida? – Pregunté con picardía.

-Mi amor, sabía que eras todo un soñador, pero no imaginaba que habías soñado todo una vida junto a mí. – Dijo con dulzura.

-Entonces… ¿Qué piensas? ¿Tú estás dispuesta a estar siempre conmigo? – Cuestione con cariño acercándome más a ella.

-Claro que sí, estoy dispuesta a todo lo que sueñas, y a mucho más si es necesario. – Respondió. De pronto rozamos nuestros labios, y nos unimos en un beso, un beso que jamás olvidaríamos, porque marco el comienzo de una vida feliz, y lo más importante… una vida juntos. 

[Hola chicas, acá les dejo el capítulo 47... uno de los últimos, la novela esta punto de llegar a su final. Espero que les guste, si? En muy poco tiempo voy a estar subiendo otro capítulo más! Las quiero. ] 

8 de mayo de 2012

Capítulo 46: Siempre me sentirás a tu lado.


Narra Evelyn:

La noche ya se había apoderado de aquel día por completo… el miedo rondaba en aquel ambiente, pero intentábamos olvidarlo de todas formas. Hablábamos y conversábamos sobre cualquier cosa. No queríamos ni imaginarnos lo que podría llegar a pasar si otra vez comenzábamos a sentir ruidos en la casa, o si aquellas personas ingresaran para finalmente vengarse. Y nos mirábamos todo el tiempo a los ojos, manteníamos ese contacto visual, nos sosteníamos la mirada para no perdernos pensando en otras cosas. De vez en cuando reíamos recordando algo… pero de pronto volvíamos a sentir ese clima tan… tenso. Hasta que me dormí en los brazos de Nicholas que me rodeaban con fuerza, con amor. Estuve así durante una hora o más, con los ojos cerrados, con la mente un poco más “tranquila.” Hasta que de repente algo interrumpió mi sueño, y la poca serenidad que teníamos… un gran ruido se sintió en la casa. Provenía de abajo, y podíamos percibir perfectamente que habían abierto la puerta principal a las fuerzas, violentamente.

-Nick… ¿Qué fue eso? – Pregunte atónita.

-No lo sé. – Respondió acercándose a la puerta de la habitación, intentando oír un poco más. – Creo que están aquí adentro. – Dijo girando, justo para observarme directamente a los ojos. Por un instante me quede
paralizada ante esas palabras.

-No… - Musite. – No puede ser, nos tienen de nuevo. – Exprese comenzando a aterrorizarme poco a poco. Nicholas giro lentamente otra vez hacia a mí, y noté que la expresión en su rostro había cambiado completamente. Estaba mucho más serio y mortificado. Estuvo a punto de hablar, pero inmediatamente yo lo interrumpí. Sabía exactamente lo que iba a decirme, y estaba más que segura que oír esas palabras no me serviría de nada. – No me pidas que me tranquilice, porque sabes que no podré hacerlo. Nick, estoy aterrorizada y no podré calmarme hasta que no salgamos de aquí. – Me sincere por completo, haciendo que Nicholas tuviera el perfecto impulso de abrazarme con todas tus fuerzas, y besar con dulzura y protección mi frente.

-Tú no estás aquí, no perteneces a esto. -  Expreso complicado, y realmente me confundió.

-¿Qué estás diciendo? – Cuestione sin poder comprenderlo.

¬- Que buscaran por toda la casa, y cuando nos encuentren, solo me hallaran a mí. Quiero decir que tú te esconderás, y haré de cuenta que estoy solo. – Indico. – Mientras yo los entretengo, tú huye. Sal de la casa e intenta escaparte de aquí. Sé que podrás hacerlo. – Acoto a su plan.

-Mi amor, no puedo dejarte solo. – Me negué.

- No vas a dejarme solo, es más, tal vez encuentras ayuda. – Me alentó a que lo hiciera. Aún continuaba mirándolo fijamente a los ojos, pues estos habían tomado un brillo especial… y eso me hacía darme cuenta que tan real era nuestro amor.

-¿Estás seguro Nick? – Insistí otra vez en no hacerlo.

- Hazme el favor linda. Si me amas de verdad, intenta escapar. – Pronuncio y esta vez me puso entre la espada y la pared. No tenía otra salida más que hacer lo que me estaba pidiendo. Porque eso era lo que él quería. Y antes de responder junte nuestros labios, uniéndolos en un dulce y apasionado beso…

-Te amo. – Susurre casi entre lágrimas. – Y cuídate mucho, yo regresaré con ayuda, te lo juro. – Prometí verdadera. Y acto seguido el me sonrió esperanzador.

- Te amo. – Vocalizo en un tono un poco más bajo, pues ya comenzaba a acercarse a la puerta para entregarse directamente a las manos de aquellos seres tan… malditos, desgraciados, miserables, calcos del mismísimo diablo. Y en un instante, ya no estabas en la misma habitación. Mi chico ya estaba del otro lado, y no tenía idea de lo que podía llegar a suceder. Claro que mi corazón comenzó a latir a mil por segundo, además que sentía que estaba casi en mi garganta, todo era una asquerosa mezcla de emociones juntas.  Además de que tenía que ingeniármelas para escapar,  y como si todo lo que estaba ocurriendo fuera poco, recordé que me hallaba en el segundo piso de la casa, y que no sería fácil salir de ahí. Mire por la ventana que había en el cuarto, y el patio trasero estaba completamente oscuro. Pero igualmente la abrí, porque después de todo esa era mi única salida. Pude observar que podía caminar con sumo cuidado por alrededor de la pared, ya que había una franja que la rodeaba, de un tamaño no tan considerable… pero al menos lograría apoyar mis pies. Y sin pensarlo, lo hice de una vez por todas. Si seguí reproduciéndolo en mi mente, terminaría sin querer hacerlo. Porque cuando uno se pone a pensar mucho en algo, supone consecuencias o situaciones que causan miedo o temor, y por eso a veces preferimos quedarnos donde estamos, y no avanzar, por miedo a fallar. Así que me propuse hacerlo, más que todo por el amor que le tenía a Nick. Él ya estaba entregado, y yo no podía fallarle. Una vez que logre caminar por ahí, aunque mis piernas estaban casi temblando, baje a una tapia que estaba a pocos metros de donde me encontraba, y de ahí finalmente llegue a pisar el suelo firme, territorio que no pertenecía a la casa, y me sentí de alguna manera, mucho más aliviada.

-Bien Evi, ahora tienes que correr con precaución. – Pensé para mí misma. Y así lo hice. No tengo idea de cuanta distancia recorrí… pensé que estaba a salvo hasta que percibí que sucedía algo extraño. Y apenas gire para observar, me capturaron. Otra vez mi miedo aumento, y esta vez me enoje conmigo misma, pues le había fallado a mi chico. Ahora sí que no tendríamos forma para librarnos de todo eso.

Narra Nick:

Antes de entregarme, me pregunte a mí mismo si lo que estaba a punto de hacer significaba darme por vencido finalmente, mostrando mi debilidad, y perder aquellas fuerzas con las que siempre luche… Pero, ¿Saben qué? Me di cuenta de que no, que no me estaba rindiendo y entregándome porque perdí la valentía o el coraje para seguir luchando, tal vez para ellos sí, me di por vencido, pero para ella no. Todo eso lo hacía simplemente por ella. Tenía mucho más valor para mí concederle tranquilidad, la libertad de poder escapar de aquel infierno, y sin dudarlo ella realmente era merecedora de eso. Era lo mínimo que podía hacer en ese momento.  Sentía que ya no podía protegerla si seguía a mi lado… En cambio si permitía que se fuera y escapara, eso sería todo un alivio para mí. Es por eso que cuando ellos me tuvieron en sus manos, no me preocupe demasiado, pues ella estaba bien. Me sujetaban con fuerzas para que yo no huyera, algo que ni si quiera intentaba, y comenzaron a hablarme… se burlaban, hablaban con un vocabulario donde predominaba el sarcasmo y la ironía. Querían establecer el miedo, querían aterrorizarme y verme sufrir, pero yo casi que ni podía escucharlos, pues estaba perdido en mi mente, volando en mis pensamientos, tal vez ellos podían causarme un dolor físico, pero no podrían lastimar mi punto más débil… mi alma, donde están las personas que más quiero, donde esta esa mujer tan especial, la mujer que más amo. Pero toda esa sensación de serenidad, y aquellos pensamientos alentadores se acabaron cuando percibí que se abrió la puerta principal de la casa.

-Tenemos a la chica. – Menciono uno de ellos en voz alta. Solo se hallaban tres de los hermanos
Richardson, Carl el más joven (seguramente lo recuerdan), luego Jack, el hermano del medio, y por ultimo Vincent el más grande. A partir de lo que yo sabía, creo que faltaban las dos hermanas. Pero además también estaban acompañados por dos hombres corpulentos, dos matones. Al oír las palabras, me quede atónito. Y me exalte aún más cuando vi que la entraron adentro, estaba bien, pero se mostraba completamente asustada.

-¡No! ¡Suéltenla! ¡Déjenla ir! Esto es entre nosotros, ella no tiene nada que ver y lo saben. – Pronuncie firme, intentando que ellos la dejaran en paz.

-Nicholas, me sorprende que aun continúes siendo tan inocente. – Dijo Carl. - ¿No te das cuenta que este es el fin? Y me refiero a los dos, es el fin de ambos. – Acotó sínico. Y en ese mismo instante Evelyn y yo lo observamos de reojos. Esto no podía estar sucediendo... – Bien, siéntenlos y atenlos allí. - Ordeno señalando dos sillas, que estaba ubicadas una al lado de la otra. Nos posamos ahí, y ataron fuertemente mis manos con una cuerda, detrás de la silla. Con mi chica hicieron exactamente lo mismo. Al menos no estábamos separados.

-Tú estarás bien. – Susurre a su oído y ella me observo con los ojos cristalizados.

-Perdón por decepcionarte. – Dijo sofocada por su intento fallido de buscar ayuda.

-Linda, tú jamás me has fallado. – Respondí aliviando aquella emoción de culpa. Y ella sonrió levemente, y no pudo contestar nada más porque en aquel momento se acercaron los tres hermanos.

-Nicholas… Nick…. Deberías ir despidiéndote de tu bonita novia. – Expreso con insolencia el idiota de Carl nuevamente, mientras comenzaba a rondar acariciando el cabello de Evi, luego tocaba su cuello, y le hablaba al oído. Mientras que yo no podía hacer más nada que tragarme la bronca, pues estaba inmóvil.

-¡Basta! – Grite enojado. – Díganme lo que harán de una vez por todas. – Pedí casi desesperado.

-Claro que sí, tienes razón por primera vez. Igualmente tardarás mucho y sufrirás más de lo que crees. – Advirtió con perversidad. - ¡Traigan las cosas por favor! – Grito dando un mandato a las personas que se encontraban a su alrededor. Al instante vi como uno de ellos se acercaba con una pequeña bandeja, y cuando pude verla note que sobre la misma se haya una jeringa. ¿Qué demonios querían hacerme?

-¿Qué es eso? – Pregunté pasmado.

-¿De verdad quieres saberlo? – Cuestiono confundido.

-Dímelo. – Respondí breve.

-Bueno esto es – Comenzó a hablar mostrándome aquella cosa inyectable. – Es un líquido con alto contenido de azúcar… glucosa. No voy a explicar más, tú eres consciente de lo que sucederá cuando inyecte esto. – Termino sus palabras… y trague saliva, esta vez sí temía. Gire un poco para observarla a ella, y contemple que las lágrimas estaban cayendo con velocidad por sus mejillas, me miro a mí, y luego lo miro fijamente a Carl.

-No hagas eso, te lo ruego. – Exclamo empapada en lágrimas. – ¡No lo hagas!  – Acotó con un grito desgarrador, que la dejo sin aire… y luego no pudo decir más nada porque no resistió a sus sollozos.

-Sigue llorando porque nada va a detenernos esta vez. – Respondió casi entre carcajadas de ironía.

-Bonita, no llores… pase lo que pase siempre estaré contigo, siempre me sentirás a tu lado. – Susurre a su oído, haciéndome la idea de que serían mis últimas horas o minutos de vida.

[Hola! Nunca sé como empezar(?) Bueno, lo mejor es pedirle disculpas (les debo más de una) por tardar tanto en subir capítulo y hacerlas esperar. Realmente no sé porque no escribía, pero a veces me pasa que ni yo misma puedo entender mis sentimientos, mi estado de animo, entonces por más que intente escribir algo, no me sale nada "bueno". Así que mis disculpas, y acá les dejo el capítulo y las dejo con la intriga también otra vez, jajaja. Las adoro ♥] 

24 de abril de 2012

Capítulo 45: Nos tenemos el uno al otro.


Narra Evelyn:

Desperté por los rayos del sol que se plasmaban en mi rostro interrumpiendo mi sueño sin problemas. Todavía seguíamos al aire libre, y hacia un día muy hermoso. Solamente que corría un aire fresco, que estremecía mi piel. Gire un poco para poder contemplar a Nicholas, y noté que aún continuaba durmiendo, respirando con calma, y con sus brazos que rodeaban agradablemente mi cuerpo.

-Nick, Nick… - Susurre con una voz dulce. Y observe que comenzó a abrir los ojos lentamente, y apenas cruzamos nuestras miradas, el sonrió con la misma ternura de siempre. –

-Mi amor… buenos días. – Fue lo primero que menciono y me proporciono un beso cálido.

-¿Qué tal si vamos a adentro? – Propuse.

-Claro, mejor entremos. – Acepto.

Y de inmediato nos pusimos de pie y regresamos otra vez al interior de la casa. Ese día fue muy lindo también, porque hicimos todo juntos… cocinamos, reímos, acomodamos las cosas, y salimos a recorrer un poco el lugar caminando.  Pero espantoso cuando el sol comenzó a desaparecer las cosas comenzaron a ponerse turbias. Nicholas justo había salido en el auto, necesitábamos comprar un poco más de comida para pasar algunos días más, así que él se encargó de hacerlo y fue en busca de algún negocio. Mientras yo me duchaba y me relajaba un poco. Todo fue tranquilo, me bañe, luego salí y me vestí. Seque mi pelo, y me peine como siempre lo hacía. Después baje abajo, con el deseo de tocar un gran piano que había en la sala de estar. Lo hice durante unos minutos, hasta que percibí que estaban golpeando la puerta. 

-Nick… ¿eres tú? – Pregunté. Pero nadie respondió. De repente comenzaron a golpear con más fuerzas, comenzando a causar un sonido aún más grave que el anterior. El cual comenzó a asustarme… demasiado. 

Era obvio que Nicholas no era. El jamás me jugaría ese tipo de bromas, y mucho menos cuando estamos escondiéndonos del peligro. Lo único que se me ocurrió en aquel momento fue correr por las escaleras, buscando alguna pieza para encerrarme, allí. Los golpes aumentaban cada vez más, y mientras subía hacía arriba la casa queda totalmente oscura. Las luces estaban apagadas. Y mi desesperación creció a pasos agigantados. Me encerré en una habitación que no tenía idea de cuál era porque estaba todo completamente oscuro y había dejado mi teléfono celular en el piso de abajo.  En un instante resbale, y sentí un corte en mi mano, percibí que algo de vidrio se había roto… eso me altero aún más porque comenzó a dolerme. Así que me senté en un rincón, acurrucada y temblando por completo. Estaba tan aterrorizada que las lágrimas caían a causa del temor. Mi respiración se aceleró, e intentaba tranquilizarme a mí misma, pero me sentía cada vez peor.

-¡Evi! ¿Hay alguien aquí? – De repente oí la voz de Nicholas que provenía del piso de abajo. Parecía imposible que él estuviese allí, realmente me sentí aliviada de alguna manera.

-¡Nick! – Exclame poniéndome de pie, y justo en ese instante la luz regreso, volviendo a encenderse todas 
las lámparas. –Nick… - suspire calmada, arrojándome suavemente a sus brazos.

-¿Estás bien? – Pregunto muy confundido. No comprendía lo que estaba ocurriendo. - ¿Qué fue lo que paso mi amor? – Cuestiono nuevamente.  Yo solo tome un poco de aire para poder explicarme lentamente lo que había ocurrido.

-Bien… estaba sola, comenzaron a golpear la puerta, cada vez más fuerte. Y luego se cortaron las luces. 
Yo corrí a esconderme arriba porque no sabía lo que podía ocurrirme, y me lastima la mano, no sé con qué.  

-Haber, déjame ver tu mano. – Pidió Nicholas. El observo lo que me había pasado, entonces me senté en un sofá, mientras el buscaba el botiquín de primeros auxilios. Luego comenzó a curarme delicadamente y con suavidad aquella herida. Y al mismo tiempo conversábamos.

-Espero que no sean ellos de nuevo. – Mencione asustada.

-No quiero asustarte, pero me temo que está sucediendo algo raro, creo que son ellos. – Dijo mientras comenzaba a vendar mi mano para finalizar con lo que estaba haciendo. – Iré a buscar mi celular que lo olvide en el auto  y llamaré a algunos de mis hermanos o a Alex. – Indico y se puso de pie dirigiéndose a la puerta principal. Yo no quería quedarme ni un minuto solo, es por eso que lo seguí. El salió hacia afuera de manera que quede detrás de él. Comenzó a acercarse al auto, hasta que noto algo extraño. –Evi, quédate ahí, no te acerques más. – Pidió con seguridad. Y yo me quede intacta. Luego hice unos pasos y sí, comprobé lo que suponía. El auto estaba completamente destrozado… las cuatro ruedas estaban pinchadas, y los vidrios íntegramente rotos. Creo que fue en ese momento cuando realmente se paralizo mi corazón. Nicholas estaba atónito ante semejante imagen. La única manera que teníamos para movernos de allí era ese automóvil. ¿Ahora que rayos haríamos? – Entremos adentro. – Ordeno Nick nervioso. Ingresamos nuevamente a la vivienda y me dijo que buscáramos mi teléfono celular. Pero… ¡sorpresa! Tampoco estaba por ningún lado. Nos dimos cuenta que en el momento cuando cortaron la luz, ahí fue cuando tomaron mi celular y se lo llevaron. Así que estábamos sin automóvil, sin teléfonos, y en el medio de la nada.

- Genial.- Pensé irónicamente. - ¿Y ahora qué hacemos? – Ahora sí, pregunte en voz alta.

-No lo sé… busca algunas cosas y nos refugiaremos en uno de los cuartos de arriba. No podemos estar así, la casa es demasiado grande. – Aconsejo. Y tenía razón. Tal vez podían estar escondidos  y nosotros no lo notábamos.

Narra Nick:

Realmente no podía asimilar estar pasando por toda esa situación nuevamente. Yo también tenía miedo, y mucho más por ella. Nos tenían a los dos y sabían muy bien, con exactitud, cual era mi punto débil. Era consciente de que yo mismo ya no podía defenderme, pero a ella si la defendería y la cuidaría hasta el final. Antes de que le suceda algo, prefiero entregarme. Mientras tanto entramos a una de las habitaciones, y cerramos la puerta con llave para que estuviéramos mucho más seguros.

-¿Nick, crees que este sea nuestro final? – Pregunto ella temerosa, con los ojos cristalizados. Su cuerpo temblaba sutilmente.

-No… - Dije tomando su mano delicadamente y acariciando su rostro con dulzura. – Nosotros jamás tendremos un final. El amor que sentimos el uno por el otro siempre se mantendrá vivo. – Pronuncie con sensibilidad. – Yo te prometo que hoy haré hasta lo imposible para que hoy no te suceda nada malo. – Acoté responsable de lo que estaba ocurriendo. Y ella asintió dando un sí.

-Hoy nos cuidaremos el uno al otro, como siempre lo hicimos. – Expreso frágil. Y acto seguido la envolvió entre mis brazos, abrazándola con fuerzas.

-Nos tendremos el uno al otro, como siempre linda. – Susurre dulcemente a su oído.

Y sí, era inevitable no sentirme culpable o responsable de todas estas situaciones. Y me hacía sentir aun peor saber que por mi culpa ella estaba involucrada en todo esto. Eso era lo que más me dolía. Que ella saliera lastimada o herida a causa de mis problemas. Haría lo que sea esta noche… era capaz de realizar cualquier cosa para que a ella no le hicieran daño, era lo único de lo que estaba completamente seguro.

[Hola chicas! Acá les dejo como siempre, otro capítulo. Son los momentos finales de la novela, lamentablemente. Y otra vez, gracias por todo, NUNCA voy a dejar de agradecerles, aunque siempre les diga lo mismo, NUNCA me voy a cansar. Sin ustedes creo que no tendría las ganas de subir un capítulo, de tener esta novela. Me inspiran. Son las mejores, las amo. ♥ ]

18 de abril de 2012

Capítulo 44: Ella es mi ángel, mi precioso ángel.

Narra Evelyn:

Nicholas continuaba apresurado y completamente eufórico por todo lo que estaba sucediendo. Espero que yo terminará con los mis maletas mientras él seguía discutiendo con su hermano. Joe intentaba detenerlo, pero luego se dio cuenta de que debía dejarnos ir. Si seguíamos en esa ciudad de alguna manera iban a encontrarnos. Cuando termine con mis cosas, mi novio tomo los bolsos y los guardo en el baúl de su automóvil. Cerré por completo mi casa, dejando todo bien asegurado. Y luego subí al coche. Joseph se fue en el suyo. Nick comenzó a manejar hacia su casa para buscar sus pertenencias. Bajamos ahí y espere a que el recogiera todo lo necesario. También trajo consigo unas llaves que correspondían a la casa de campo donde nos instalaríamos.

-Linda, perdóname de nuevo. Me estoy volviendo loco ¿no es así? – Pregunto mientras comenzábamos a transitar la ruta que nos transportaría al lugar que deseábamos llegar.

-Nick, basta de pedir perdón. ¿No quiero oír esa palabra más, está bien? – Reproche un poco molesta. – Estoy aquí y lo hago porque sé que es lo mejor. No tienes que disculparte por nada. – Acoté con sinceridad.

-Pero ¿te das cuenta de todo lo que te estoy haciendo vivir? – Cuestiono nuevamente insistente.

-Lo único que demuestras con todo esto es tu coraje y valentía, y que realmente me amas. Te arriesgaste por mí, y no te imaginas cuanto valoro eso.- Pronuncie haciendo que comenzara a valorar sus acciones aún más. Él sonrió con ternura. Y luego hablo.

-Te amo tanto. – Expreso breve, pero con todo el sentimiento sobre aquellas palabras. Y lo mire con una sonrisa boba en  mi rostro.

-Sabes que yo también te amo. – Dije correspondiendo sus palabras.

-Pero ¿seguro que estás bien? Noto que respiras un poco… acelerada. – Menciono con preocupación.

-Sí. – Respondí.  – En realidad, estoy aprendiendo a controlar esto. – Acoté.

-¿A controlar qué? ¿Estás enferma? – Pregunto un tanto desconcertado.

-No… no es eso. – Conteste. – Pero después de ese… secuestro, bueno, tuve algunos problemas conmigo misma. Ataques de pánico y esas cosas. Y por eso comencé un tratamiento donde me ayudan a controlar todas esas emociones.- Revelé algo angustiada. – Y cuando vivo situaciones tan estresantes empiezo a sentirme mal, se acelera mi respiración y eso. Pero no te preocupes porque casi aprendí a controlarlo por completo. – Agregué fingiendo seguridad. Algo que realmente no sentía. No podía manejar todas esas inquietudes juntas. Nicholas me escuchaba atento, pero creo que lo deje dislocado por un momento. Lo que hizo que se arrimara a una orilla se la ruta y detuviera el auto por unos minutos. Luego giro un poco para poder mirarme fijamente.

-No tienes que fingir conmigo. – Pronuncio tomando mi mano delicadamente. – No tengas miedo. Porque mientras yo este contigo haré hasta lo imposible para que no te ocurra nada malo. ¿Sí? – Exclamo verdadero, mirándome firmemente a los ojos.

- Lo sé. Confió en ti. – Emití ahora sí, con una seguridad real. – Contigo no le temo a nada. – Acoté con la mirada cristalizada. Nicholas sonrío agradable, y luego se aproximó aún más hacia a mí, besándome con pasión, con dulzura, y amor. Al despegarse un poco me acaricio el rostro con suavidad.

-¿Seguimos? – Preguntó.

-Claro que sí. – Conteste mientras me acomodaba un poco más en mi asiento. Creo que minutos después de que Nicholas regreso a poner otra vez en marcha el auto, me quede totalmente dormida.  Desperté como dos horas después, cuando estábamos a punto de llegar al lugar. Cuando llegamos a la vivienda, me quede atónita frente a aquella construcción. Era increíble. Era enorme. Rodeando a aquella casa había un gran jardín, que estaba un poco descuidado, pero igual se veía bonito. Y frente a nosotros, un largo camino que nos conducía hacia la entrada. Yo ingrese primera, mientras Nick traía todos los bolsos.

-¿Esta es la pequeña casita de campo de la cual me hablaste? – Cuestione un tanto graciosa.

-Bueno, creo que me equivoque cuando dije pequeña casita. – Respondió entra risas.

Apenas entré contemple una gran sala de estar, con sillones que parecían ser muy cómodos. Luego había un gran comedor, con una mesa larga y ocho sillas, y una puerta que trasladaba a una lujosa cocina. Más atrás había dos habitaciones y un baño.  Justo en el centro, había una escalera inmensa. La cual conectaba con otras cuatro habitaciones, y otra sala donde había un estante con muchos libros y cosas antiguas. Nunca había visitado un lugar así. Realmente quede encantada.

-Te propongo algo… - Dijo. Yo me acerque más para escucharlo atentamente. – Tú prepara algo de comer, mientras yo  preparo algo… una sorpresa. – Indico. De inmediato emití una sonrisa pícara.

-Emm… ¿sorpresa? – Exprese algo confusa.

-Sí, sorpresa. – Respondió sin decir más nada. – ¿Aceptas? – Indago con ansiedad.

-Claro que sí. – Acepte intrigada. Y al instante me dirigí hacia la cocina, mientras él iba en otra dirección. Nicholas siempre encuentra la manera de sorprenderme.

Narra Nick:

Me regí con calma a la parte trasera de la casa, el patio. También era muy grande, y bonito. Tenía plantas, y una enorme pileta justo en el centro.  Adoraba ese lugar. Y fui justamente ahí porque recordé aquella cosa divertida que mi papá solía prender cuando íbamos allí. Era una conexión de agua que hacía que esta misma brotara por debajo, causando el efecto de lluvia. Estuve como media hora intentando que funcionara, ya que hacía mucho tiempo que nadie la utilizaba.  Hasta que la prendí y funciono, fueron tan solo segundos, porque volví a apagarla. Quería que fuese una sorpresa. Es por eso, que cuando fui a buscarla para mostrarle lo bello que era aquel sitio, cubrí sus ojos con un pañuelo, para que no pudiese ver nada, y fuera aún más emocionante.

-¿Dónde me llevas? – Emprendió a cuestionarme con ansiedad.

-Tranquila linda, te va a encantar, lo sé. – Dije con seguridad. La lleve hasta el patio, y la ubique en el medio. De manera que cuando cayera el agua, estuviéramos en el lugar indicado. –No te muevas.- Indique mientras me aproximaba a presionar el botón que encendería la “lluvia”.

-1, 2, 3… sorpresa. – Exprese mientras le quitaba el pañuelo, y en ese mismísimo momento el agua comenzó a caer sobre nosotros, haciendo ese momento completamente mágico. Al instante ella sonrió encantada y noté como sus ojos se cristalizaban emocionados.

-Mi amor… esto es… esto es precioso. – Alago aquella sorpresa. Y de repente poso sus labios en los míos, y comenzamos a besarnos otra vez… con pasión. Como en aquel día que nos reconciliamos, pero aún mejor, porque estábamos solos. -¿Por qué siempre tú haces todo tan mágico? – Pregunto mientras se apartaba de mí para tomar aire.

-Tú eres mágica. -  Pronuncie y regrese a besarla nuevamente. Cada vez que lo hacía me sentía más allá del cielo, tocando las estrellas, en la luna.

Ella era lo mejor de mi vida, con ella pensaba casarme, tener hijos, vivir por el resto de mi vida a su lado. Y de eso estaba seguro, nunca había estado más seguro de algo. Tenía la certeza de que la amaba con pasión, con locura, lo sentía todo el tiempo así. ¿Separarme de ella? Nunca más lo haría. Esa noche fue una locura… sacamos uno de los sofás afuera, y nos cubrimos con una frazada muy confortable. La tuve entre mis brazos mientras mirábamos las estrellas y hablábamos de la vida. Y era algo tan… irónico. Pues me di cuenta de que si los Richardson jamás me hubiesen amenazado ni nada por estilo, yo nunca habría ido a ese colegio, por lo tanto, no nos conoceríamos, ni seríamos lo que somos hoy… no tendría al amor de mi vida conmigo. Y si, es posible que entre tanta maldad, tanto peligro, tantas cosas malas, haya una luz, un ángel que llegue para ayudarte a ver en la oscuridad. Ella es mi ángel, mi precioso ángel. 

[Hola!! Ya estamos por el capítulo 44! Es muy tierno todo lo que pasa, muy dulce. Y déjenme decirles que faltan solamente 6 capítulos para el final de la novela. Así que DISFRUTEN, jaja. Y como siempre, MUCHAS GRACIAS POR TODO. Las adoro muchoooo ♥]

15 de abril de 2012

Capítulo 43: Ya nada quedará oculto.

Narra Nick:

Justo cuando Brian me hecho de su vivienda, mi teléfono celular comenzó a sonar. Era Joseph buscándome desesperadamente. Tenía una noticia muy importante para decirme. Algo que me altero aún más de lo que estaba.

-¿Qué paso Joe? – Pregunté con preocupación.

-Se filtraron fotos de Evelyn y de ti, juntos, ayer a la salida de la fiesta. Y hay otras besándose. – Comunico exaltado.

-¿¡Como puede ser!? ¿Estás seguro, tú las viste? – Cuestione una y otra vez. Lo peor que podía pasarme ahora era que se revelara al público mi relación con ella. Tenía terminantemente prohibido estar con otra chica mientras fingía mi relación con Delia.

-Si Nick, están dando vueltas por todo internet, por todas las páginas, por todas las redes sociales. – Confirmo. – Creo que deberías decirle a Evelyn que se cuide si sale a la calle, son peligrosos y lo sabemos. – Aconsejo.

-Nada me sale bien ¡Nada! – Exclame totalmente furioso conmigo mismo. – Ahora hablaré con ella e intentaré solucionar esto. – Dije con un poco de seguridad. Inmediatamente colgué el teléfono, subí a mi automóvil, y comencé a conducir hasta la casa de mi chica. Me sentía realmente mal por todo lo que estaba ocurriendo. Lo peor era que Evelyn había quedado otra vez en el medio de todo, expuesta a todo. Pensaba que no podría mirarla a los ojos a la hora de hablar. Cuando llegue a su casa estacione mi auto deprisa, y toque el timbre. En seguida ella atendió y me hizo entrar. Como siempre lo hacía, noto mi estado, mis nervios, mi respiración un poco acelerada, mi manera de hablar diferente. Al parecer ella también había visto aquellas fotos divulgadas en internet.

-Perdón. – Fue la primera palabra que pude pronunciar ante ella. – Las cosas se me fueron de las manos. – Me disculpe.

- Nicholas, no hace falta que te disculpes. Yo también soy culpable. Debería haberte entendido y dejar de buscarte todo el tiempo. – Expreso sintiendo culpa.

-No linda, aquí el único culpable fui yo. Todo esto es por mí. – La corregí. – Escúchame ¿sí? – Mencione tomando su mano con fuerzas y ternura. – Yo saldré a dar la cara por todo esto. Tú no te preocupes. Lo único que voy a pedirte es que te quedes aquí, que no salgas. Llama a Derek, y que se quede contigo haciéndote compañía. No quiero que estés sola. – Indique y luego bese suavemente su frente.

-Está bien. Lo haré.  – Acepto. – Pero Derek salió por unos días de la ciudad. -  Acoto.

-No importa, le diré a Joe que venga. ¿Sí? – Explique dejándola un poco más tranquila.

-Cuídate, Nick. – Pidió mirándome sincera a los ojos.

-Yo estaré bien, y tú lo estarás también. Todo estará bien. – Intente calmar todo un poco. Pero yo no creía en esas palabras. Al instante ella se aproximó más hacia a mí, y me abrazo con fuerzas. Cuando nos separamos, llego hasta mis labios con los suyo, proporcionándome un cálido beso.  Y así me fui de su casa, para intentar arreglar todos los problemas, todo lo que estaba sucediendo… lo primero que hice fue mandarle un mensaje de texto a Joseph para que fuera a la casa de Evelyn. Por supuesto él dijo que estaría allí en minutos. 

Como lo esperaba, recibí el llamado de esa maldita disquera. Me citaron en una de sus oficinas, en pleno centro de New York. Con todo mi coraje y valentía, fui hasta allí, para enfrentarme con ellos. Apenas llegué, uno de los hermanos Richardson apareció ante mí, indicándome que entrará a su oficina y tomará asiento.

-¿Ves esto? – Preguntó al mismo tiempo que me mostraba las fotos con Delia sacadas tres días atrás.

-Sí, somos Delia y yo, besándonos. Como tú lo pediste. – Expliqué.

-Ahora mira esto. – Ordeno y me hizo mirar la pantalla de su computadora. Había un blog conocido, y en el mismo, fotos de Evelyn y yo, besándonos. 

-Ok… puede explicarlo. – Dije algo nervioso.

-No hay explicación válida para la prensa. – Manifestó. – Tres días atrás estabas con Delta, y ahora estas nuevas fotos, arruinaste todo, Nicholas. – Dijo enojado.

-No pude evitarlo, realmente la amo… - Intente explicar pero él me interrumpió.

-No comiences con cursilerías. Esta chica es una perra, una maldita perra. – Expreso insultando a Evelyn, y me saco de lugar.

-¿Cómo acabas de llamarla? – Cuestione furioso.

-Perra. – Afirmo provocándome aún más.

-Escucha bien, de mi puedes decir lo que sea, pero a ella no. Ni siquiera la conoces. Y sabes que… no soporto más todo esto. Pídanme toda la plata que deseen, o mátenme si quieren, pero no seguiré fingiendo. – Exclame completamente exaltado, sintiendo que no podía resistir más a todo eso.

-Te arrepentirás, Nicholas. – Dijo con tranquilidad.

-Nunca me voy a sentirme arrepentido por seguir mis sentimientos. – Conteste furioso, retirándome de aquella oficina, y cerrando la puerta con fuerzas. Antes de poder subir a mi auto, había bastantes periodistas y paparazis, que no sé cómo, se habían enterado que yo estaba allí. Y como habitualmente lo hacían, comenzaron a cuestionarme sin límite.

- ¡Nick! ¡Nick! ¿Cómo es eso que sales con las dos cantantes? – Pregunto uno.

-¿Por qué engañaste a Delia? – Le siguió otro. Y luego continuaron los demás, todos indagando lo mismo. Querían saber cómo eran las cosas realmente. Y al estar totalmente sacado de lugar, enojado, furioso, sin poder pensar lo que iba a decir, conteste.

-Delia y yo jamás fuimos pareja. Ni si quiera la conozco, fue todo un contrato, todo porque ella necesita la fama. Yo amo a Evelyn y hace dos años que estoy con ella. ¿Les quedo claro? – Revele ante todos, dejándolos boquiabiertos. Exactamente esas palabras habían salido de mi boca. Subí a mi auto, y me retiré sin decir más nada. ¿A dónde iría? A buscar a la única mujer de la que estaba enamorado.

Narra Evelyn:

Era extraño todo lo que estaba ocurriendo. De repente nuestra relación había sido revelada al público. Y eso me mantenía intranquila, porque no sabía cómo reaccionarían los famosos Richardson. Tal vez lo tomaban “bien”, pero lo más seguro era que les disgustara todo eso. Además me sentía un tanto humillada. Para la gente, la novia de Nick Jonas era Delia Godhem. Yo sería algo así como la segunda. Por suerte Joe estaba ahí para acompañarme y ayudarme a distraerme un poco. Pero mientras conversábamos tranquilamente, Nicholas regreso a casa, y eso desde ya me pareció muy extraño. Se notaba como muy exaltado, apresurado, diferente.

-¿Qué paso mi amor? – Pregunte confundida.

-Dije toda la verdad. Renuncie a seguir fingiendo mi relación con Delia. – Contesto con seriedad.

-¿Nick en que estabas pensando cuando hiciste todo eso? – Cuestiono Joe interrumpiendo. - ¿Realmente te das cuenta lo que acabas de hacer? – Acotó mirándolo atónito.

-Si ¡Sé muy bien lo que hice! Joe, ¡me estoy volviendo loco! Si seguía así iba a terminar en la ruina. – Se defendió.

-Es que ¡vas a terminar así! ¡TE VAN A MATAR NICHOLAS! ¿Comprendes eso? – Intento hacerlo entrar en razón. Nicholas se sentó en el sofá, tomando la cabeza entre sus manos. Creo que en un punto se 
arrepintió de lo que acaba de hacer. Yo me acerque sentándome a su lado, y pose la mano en su espalda, acariciándolo con cariño.

-Tranquilo, vamos a salir de esto mi vida, lo sé. – Trate de hacerlo sentir un poco mejor. – Sé que tú siempre dedicas tu mayor esfuerzo a todo, no te sientas mal. – Agregué.

-¡Tenemos que desaparecer!  Tenemos que irnos ahora mismo de aquí. – Pronuncio exaltado.

- ¿Qué? No podemos hacer eso así como así. – Lo detuve. Pero el parecía no escucharme con atención.

-Evelyn prepara tus cosas, nos vamos ahora mismo. Date prisa, por favor. – Pidió. Y me dirigí un poco confundida a mi habitación, para empezar a recoger mis pertenencias. No lo pensé demasiado, porque no podía dejarlo solo. Además recordando aquel secuestro que viví hace un año atrás, me causaba aún más miedo. Había posibilidades que sucediera algo parecido, y realmente no quería volver a pasar por todo eso. 

Así que comencé a guardar toda mi ropa en una maleta, y algunas otras cosas y objetos necesarios para mi vida diaria. No tenía idea a donde iríamos, ni que haríamos, ni cuánto tiempo estaríamos aislados, pero no me interesaba, porque simplemente estaría a su lado, estaríamos juntos sobre todos.

[Hola chicas! Traigo algo para decirles... este capítulo es como un comienzo de las situaciones finales, del final de la novela. Probablemente todo termine en el capítulo 50. No más. Así que disfruten de los ultimos capítulos... gracias por los comentarios, por los tweets, por leer, por todo. Las quiero ♥]

9 de abril de 2012

Capítulo 42: Gracias por existir.

Narra Nick:

La abrace, la bese, la acaricie, la contuve en mis brazos nuevamente. Estar juntos en esa habitación, encerrados, aislados por un tiempo del mundo me hizo sentir en el pasado. Logro que reviviéramos esas viejas emociones de estar unidos. Pero también estábamos un poco aturdidos por toda la música, y los gritos de la fiesta, así que me ofrecí llevarla a su casa. No quería dejarla con aquel idiota que solamente quería aprovecharse de ella y usarla. No iba a permitirlo. Así que salimos de la habitación, y comenzamos a caminar entre la gente buscando la puerta de salida. De pronto McAdams se interpuso entre nosotros, se notaba sumamente confundido e irritado.

-¿Qué estás haciendo con él? ¡Se supone que venias a la fiesta conmigo! – Comenzó a cuestionarla mientras la tomaba del brazo aproximándola a su lado.

- ¿Oye, que estás haciendo? – Me entrometí. – Yo la voy a llevar a su casa, suéltala. – Ordene mientras lo quitaba del camino. Tomé la mano de Evelyn y comencé a caminar con aun más velocidad para que nadie interrumpiera. Finalmente llegamos hasta mi auto. Abrí la puerta para que ella pudiera subir, y luego me acomode yo en el asiento de conductor. Vi cómo se formaba una sonrisa en su rostro, y percibí que estaba feliz de estar ahí, conmigo. Y eso me agradaba demasiado y me hacía sentir muy bien, demasiado. Cuando llegamos a su casa estacione rápidamente, y luego ingresamos a el lugar. Tenía un ambiente muy cálido, acogedor, tranquilo,  e innovador. Características propias de ella.  De pronto volvíamos a estar los dos solos, aislados del mundo, nuevamente teníamos un tiempo para nosotros.

-¿Qué tal si esta noche hacemos de cuenta que somos las únicas dos personas en el mundo? Que solo importamos nosotros… - Propuso mi chica con ternura.

-Voy a demostrarte que sigues siendo la única para mí. – Exprese mientras comenzaba a aproximarme a ella para besarla. La atraje con fuerzas apegando su cuerpo al mío y comenzamos a rozar nuestros labios con la misma pasión de siempre. De a poco comencé a bajar hacia su cuello mientras intentaba desprender los botones de su camisa… Nos besábamos el uno al otro, jugaba con mi cabello, acariciaba mi espalda, la sentía cada vez más cerca de mí, más parte de mí.

- Quiero que seas mía otra vez. – Susurré a su oído desesperado por amor.

-Siempre fui tuya. – Respondió provocándome aún más.

Y lentamente volví a descubrir su cuerpo, regrese otra vez a amarla por completo, a sentir su calor, sus cariños, sus besos tan cerca y poderosos. Son inexplicables los nuevos sentimientos que descubro cada vez que vuelvo a recorrer su cuerpo entero… cada vez que la hago mía. Y otra vez podía percibir estar como lo éramos antes, unirnos otra vez.  Extrañaba tanto eso… quería quedarme con ella para siempre.

Abrí mis ojos… ella seguía dormida allí a mi lado. Miré el reloj que estaba aún acostado y me di cuenta de que eran las cuatro de la madrugada, debía irme. Me levante con suma cautela, y delicadeza para no interrumpir sus sueños. Pero no iba a irme así como así, sin decir nada. Es por eso que tome un papel y con lapicera en mano, comencé a escribir un mensaje para dejárselo a ella.

“Gracias por ser tan maravillosa, gracias por existir. Te amo como nunca amé a nadie, y pasé lo pasé tu siempre serás la única mujer en mi vida.
Nick.”

Me fui feliz, pero a la vez muy triste. No quería dejarla y volver a mi mundo que estaba plagado de mentiras, engaños, sentimientos fingidos. Sabía que después de este gran esfuerzo llegaría mi recompensa… mi libertad. Pero llegaba al punto de sentir que no podía resistir más… necesitaba ser fiel a mis sentimientos, a mi corazón. Llegue a mi casa otra vez y no pude dormir, me quede mirando un poco de televisión, tomando algo… no conseguía distraerme, continuaba pensando en todo lo que había ocurrido. 

Narra Evelyn:

Paso otra noche que quedaría por siempre grabada en mi mente. Esos momentos que estás segura que jamás olvidaras, porque son tan importantes, tan sencillos… tan mágicos. Nicholas tenía ese don… esa caballerosidad de irse misteriosamente, pero dejando detalles tan tiernos que no alcanza el tiempo para enojarte. Una semana después de ese día aún continuaba con la sonrisa en la cara, habían pasado ya casi seis días de aquel inolvidable reencuentro. Pero volvimos a vernos… esta vez nuevamente en otra fiesta, otro evento. Había unos premios importantes y luego de ellos se realizaba una celebración en un salón de lujo. Todas las estrellas de Hollywood estaban invitadas, no faltaría nadie. Y la tarde previa a la gala Brian no dejo de mandarme mensajes de texto a mi teléfono. Quería ir sin dudas conmigo al lugar, pero le dije que iría con una amiga, y para dejarlo “tranquilo”, mencione que nos podíamos encontrar allí. El acepto un poco desanimado, pero en fin acepto.

La noche llego y partimos hacía la fiesta junto a Holly. Ella entro por otra puerta, mientras yo realizaba algunas fotos a la entrada, todo parte de mi trabajo. Cuando finalmente ingrese al salón, me encontré con mi amiga que estaba junto a Brian. Él ya estaba ahí, buscándome.

-Hey… ¿Cómo estás? – Pregunté amablemente.

-Bien y ¿tu? Estás muy linda. – Menciono el con una pequeña sonrisa. Yo continúe hablándole falsamente, pues no me agradaba mucho estar ahí con él.  Y además, mi amiga se fue a bailar junto a un chico que acaba de conocer, dejándome sola con aquel sujeto. Me sentí tan incómoda. Brian parecía tranquilo, se mantenía calmo. Pero todo cambio cuando vio a Nicholas llegar junto a Delia. Se enfureció completamente. Entonces el comenzó a moverse un poco más al ritmo de la música para sobresalir. Yo intentaba seguirlo, pero Nicholas y yo comenzamos a intercambiar miradas todo el tiempo. Lo notaba confundido por verme con aquel tipo. En un instante, Delia lo beso a Nick, lo abrazo con fuerzas. Y entonces McAdams completamente rabioso, procedió a besarme con pasión, contra mi voluntad, yo no quería hacerlo, y menos ahí, frente a todas esas personas. Él me había apegado tanto a él, que ni siquiera pude desviar mis ojos para mirar a mi verdadero chico. Y sentí que las cosas se pasaron del límite cuando me acorralo contra una de las paredes…

-Ya basta – Dije intentando alejarlo de mí.

-Sigamos, preciosa, tú me gustas más. – Exclamo y los besos bajaron hacia mi cuello.

-En serio ¡Aléjate de mí! – Grite para que alguien pudiera ayudarme. Él era mucho más fuerte que yo, y no podía luchar mucho contra la presión que ejercía.  

En ese momento Nicholas apareció por detrás, tomándolo por la espalda, y alejándolo con fuerzas lo más posible de mi anatomía.

-¡No la toques! – Aclaro enojado dirigiéndose a Brian. – Y vete ahora mismo de aquí ¿entendiste? – Acotó son seriedad. A todo esto, contemple a Delia a un costado, observando todo lo que estaba sucediendo.  Cuando McAdams se apartó, Nick giro hacia a mí para comprobar que me encontrara bien.

-¿Estás bien? – Pregunto con preocupación.

-Sí, lo estoy. Solo me asuste un poco… no se me quitaba de encima. – Mencione un poco temerosa, pero más tranquila. Nicholas se aproximó, brindándome un cálido abrazo.

-¿Quieres irte de aquí? No quiero verte mal. – Propuso.

-No lo sé… ¿Qué harás con Delia? – Cuestione.

-Se fue con Brian, dijo que tenían que hablar. – Explico, y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro.

-Claro, entonces podemos ir a otro lado. – Acepte entusiasmada. Así que buscamos algunas de nuestras 
pertenencias, y le dije a Holly que iba a irme de allí. Ella apenas me escucho, estaba en otra cosa. Nosotros 
salimos por una puerta que estaba bastante escondida, era peligroso si nos veían juntos, causaríamos un escándalo. Y definitivamente nos dirigimos hacía una heladería. Nick compro exactamente un kilo de crema helada de diferentes sabores, y fuimos juntos a su casa donde lo disfrutamos los dos sentados en un como sillón, entre risas, palabras, bromas… la pasábamos tan bien.

-Sabes, prefiero estar contigo aquí que una de esas fiestas… aburridas. – Pronuncio con seguridad.

-Prefiero exactamente lo mismo. – Respondí sin dudas. – Además son un poco peligrosas… -Agregue.

 -Linda, si lo dices por lo que sucedió hoy, no te preocupes. Quédate tranquila que ese tipo ya me va a escuchar, jamás volverá a meterse contigo. ¿Sí? – Explico para calmarme un poco. Pero simplemente cuando estaba junto a él no tenía ningún miedo, ningún temor. Me brindaba esa confianza y esa seguridad absoluta, algo tan increíble y que necesitaba sentir todo el tiempo.

Narra Nick:

Al día siguiente:

Realmente me había enojado con Brian. No quería que se metiera con Evelyn, y mucho menos que la lastimara. Ella ya estaba sufriendo demasiado, y el solo empeoraría las cosas.  La noche anterior no pude expresar exactamente lo que quiera y lo que tenía pensado. Así que en la tarde fui a buscar a Brian. Golpe la puerta de su casa, y el atendió.

-Tú, aquí. – Dijo y me observo con lejanía. -  ¿Qué quieres? – Preguntó.

-Que no te metas con Evelyn. – Dije firme.
El rio con sarcasmo. – Como tú digas… - Expreso ignorante.

-Hablo en serio. Con ella no. Si vuelvo a ver que te acercas a ella, o la lastimas de alguna forma, te mato. 
¿Entendiste? – Exclame al borde de la furia.

-Y haber, dime ¿Por qué te interesa tanto ella? Tú sales con Delia, deberías dejar que ella haga su vida. No eres su dueño. – Dijo con tranquilidad.

-Es que sé que tu solo la quieres usar para  provocarle celos a Delia. Además sabes muy bien que Delia y yo tenemos un acuerdo con la discografía, compréndelo. Ella mismo te lo confeso anoche. Así que a Evelyn no la metas en todo esto. No vuelvas acercarte a ella, te lo digo por última vez. – Exclame enojado.  El me miro desafiante,  se acercó un poco más a mí y luego hablo.

-Vamos a ver quién gana esta vez, niño. Ahora veté de mi casa. – Ordeno echándome de allí a empujones.

Iba a regresar, pero llego un mensaje a mi teléfono. Era Joe comunicándome que habían sido reveladas y publicadas en Internet fotos mías junto a Evelyn, muy recientes. Y ahí fue cuando me quede paralizado, no podía estar ocurriendo todo eso, definitivamente arruinaría todo, y otra vez mi chica volvería salir lastimada, y era lo que menos deseaba en el mundo.

[¡QUE CAPÍTULO! Así empiezo mi mensaje de hoy(?) Amé escribirlo, aunque tarde un poquito, pero realmente me gusto mucho, espero que a ustedes también. Y como siempre les digo, adoro ver que disfrutan de leer mi novela. Las quiero mucho a todas!]