29 de marzo de 2012

Capítulo 40: 3, 2, 1… comienza el juego.

Narra Evelyn:

Esa mañana abrí los ojos y noté que estaba aferrada a la perfecta anatomía de Nicholas. Mis brozas rodeaban su torso, y mi cabeza estaba apoyada sobre su pecho. También percibí que él estaba despierto, pero supongo que no quería moverse para no molestarme. Me sentí un poco avergonzada al encontrarme de esa manera, era como volver a los viejos tiempos. Entonces decidí interrumpir aquel momento. Además tampoco quería que alguien llegue y nos viera de esa manera y terminara confundiendo las cosas.

-Nick, lo siento, no quise… - Comencé a disculparme pero él me interrumpió.

-Está todo bien. No te preocupes. – Dijo el con una sonrisa, la cual yo le devolví con simpatía.

-Creo que ya debo irme a mi casa. ¿Tú te sientes bien? – Pregunté para poder irme tranquila y con las cosas en orden.

-Estoy muy bien. Si quieres puedo llevarte a tu casa. – Propuso.

-No hace falta… le dije a Derek que viniera.- Conté. Nicholas estaba a punto de decir algo más cuando el timbre de la casa sonó y estorbó todo. Él se dirigió rápidamente a abrir la puerta, y apenas esta se abrió 
observe a una mujer… Delia estaba allí. Admito que me sentí totalmente incomoda en aquel momento. Sentía que yo estaba sobrando ahí. Ellos comenzaron a hablar e intercambiar palabras. La mujer se mostraba muy preocupada y pedía disculpas todo el tiempo.

-Lo siento… olvide lo de tu diabetes. Sabes lo distraída que puedo ser a veces y además ya está, el problema ya se resolvió y tú estás bien. ¿No es así? – Se excusó dando razones para ser disculpada y ya no sentir nada de culpa. Y realmente que se defendiera de aquella manera, y que hablará de ese problema como si hubiese sido algo estúpido, me molesto de sobre manera. Y aunque odiaba ser tan entrometida, no me quedo otra opción que introducirme en esa discusión.

-Discúlpame por meterme. – Dije firme. – Pero no puedes tomarte este problema como si hubiese sido algo tonto. Créeme, yo puedo ser la persona más despistada del mundo, pero jamás se me olvidaría un detalle así. La próxima vez ten más cuidado. – Reproche molesta. – Y tú la próxima vez elige con más cuidado a quien quieres tener como novia. – Exprese seriamente dirigiéndome a Nicholas. Y al instante salí por la puerta, dejándolos a los dos totalmente mudos. Camine con rapidez por el pasillo largo que me llevaba hasta la salida, pero justo en aquel momento antes de irme, Nick me tomo del brazo, reteniéndome un poco más junto a él.

-Te amo. – Menciono sin más ni menos palabras, y acto seguido me beso con fuerzas. Me quede inmóvil por segundos, paralizada por sus encantos. Ni siquiera pude responder a sus palabras. Todo era lastimoso pero a la vez significaba volver a sentir y a revivir esos momentos mágicos. Pero en vez de seguir, me despegué de él. Y antes de que yo pudiera decir algo sobre aquella situación, un muchacho que buscaba hablar con Nicholas nos estorbó. Y preferí irme y dejarlo realizar sus cosas en tranquilidad.

Narra Nick:

Después de que todo paso, además de que aquel sujeto nos interrumpiera, vi con mis propios ojos como se subía a otra auto, y se iba de allí. Era algo inútil seguir reteniéndola. No quería verla sufrir más. Así que regrese hacia adentro de mi casa, pero también junto a aquel tipo, que luego se presentó.

-Soy Brian McAdams. – Se presente extendiendo su brazo para darme un apretón de manos. – Y busco a Delia. – Indico.

-Oh si, ahora la llamo. – Dije.

-Una pregunta… la chica esa que se fue… ¿es la nueva cantante que sale en todos lados? – Pregunto sin equivocarse.

-Si… es ella. Una vieja amiga. – Exprese para despistarlo. Creo que el no llego a vernos mientras nos besábamos. Luego se dirigió a hablar con Delia. Brian era su ex novio. Estaban a punto de casarse cuando ella eligió firmar un contrato para ganar fama a través de un noviazgo falso. La verdad yo nunca hubiese hecho algo así. Ella lo hacía porque quería, porque lo deseaba. Pero yo lo estaba haciendo todo por obligación. Lo único que yo quería era estar con Evelyn. Que todo esto terminara de una vez. Mientras yo me quede tildado, pensando en todo lo que había ocurrido, Brian entro a mi departamento cuestionando a Delia. 

Le preguntaba todo el tiempo porque había decidido perder una relación tan larga, solamente por mí y millones de cosas más. Yo me quede a un lado mientras ellos se gritaban. No quería interceder pues ya tenía otros problemas mucho más importantes. De hecho era divertido verlos discutir, y fueron graciosas las últimas palabras que dijo aquel sujeto.

- Me robaste a mi novia, y no pienso quedarme de brazos cruzados. – Advirtió mirándome con furia.

- Como digas. – Respondí gracioso. No me causaba miedo que un idiota como él me estuviese amenazando. 
Y sin decir más nada abandono mi vivienda. Delia se quedó un poco diferente. Creo que las palabras de su ex novio le afectaron un poco.

-¿Puedo hacerte un pregunta? – Exprese.

-Claro. – Respondió ella.

-¿Prefieres la fama en vez de estar con alguien que te ama? – Cuestione esperando una respuesta justificada.

-Lo amo pero… pero él no puede darme mucho en un futuro. Es un fracasado artista, ya esta perdido. – Contesto con egoísmo.

-Pero tú podrías ayudarlo a retomar el buen camino.  –Aconseje.

- No quiero. – Negó. – Además prefiero mil veces conseguir las cosas por mí misma. Pero porque me cuestionas tanto si tú también dejaste a una chica por hacer esto. – Defendió sus palabras.

- Hay una gran diferencia… tú estás haciendo esto porque quieres. Yo nunca quise formar parte de todo esto. Compréndelo. – Pronuncie provocando un incómodo silencio entre nosotros. Por esa razón tomé las llaves de mi automóvil y cambie instantáneamente de tema. – Y bien… ¿A dónde vamos? – Pregunté.

-A cualquier lado. – Menciono ella al mismo tiempo que salía de la casa. Así que sin decir más nada nos fuimos juntos a dar un paseo, a seguir fingiendo estar totalmente enamoradas, cuando en realidad, ni si quiera nos conocíamos.

Narra Evelyn:

Ahora que ya se había recuperado por completo, ya no me necesitaba a su lado, eso era algo obvio, pues a 
la tarde me entere que salió a dar un paseo con Delia. Y mis esperanzas que de tuviéramos una nueva oportunidad de regresar se derrumbaron. ¿Qué rayos tenia ella que hacía que Nicholas no quisiera moverse de su lado? ¿Qué había encontrado en ella que no hallaba en mí? ¿Por qué la eligió a ella? Me preguntaba cada día de mi vida. No podía comprenderlo, mi corazón no podía entenderlo. Después de todas las promesas, todos los besos, los momentos juntos, aun así recordando todo eso me dejo como si hubiese sido una de esas novias pasajeras que al final siempre terminas tirando en el tacho de basura. Así me sentía. Pero tenía que superarlo todo de alguna manera… y elegía distraerme de cualquier manera posible.

Pasó más de una semana, y no volví a ver a Nicholas. Los dos estábamos ocupados, y tenía la sensación de que nos esquivábamos de todas formas. Por un instante pensé que las cosas estaban saliendo bien… un chico había empezado a mandarme mensajes de textos. Su nombre era Brian McAdams. Parecía alguien educado, caballero, sencillo y divertido. Me había prometido a mí misma que me permitiría conocer a otros hombres, porque no todo podía seguir girando en torno a Nick. Es por esa razón que decidí seguirle la conversación y empezar a tener más contacto con él. Hasta que un día decidí averiguar más datos. Y me enteré que él era el ex novio de Delia Godhem. Entonces entendí que no me estaba buscando porque yo le interesaba como persona… creo que me buscaba para vengarse de ella. Me sentí humillada, estúpida, usada, una imbécil. Pero pensándolo bien, también podía usar toda esta situación a mi favor. Quizás si Nicholas me ve con otro hombre se pongo demasiado celoso y se dé cuenta de lo que perdió. Nunca había hecho algo así, y realmente no me sentía yo. Pero no podía seguir aprobando que todo el mundo me pasara por encima.
3, 2, 1… comienza el juego. 

[Hola!! Acá les dejo el capítulo número 40. Y como dice la ultima frase... ¡Comienza el juego! Espero que les diviertan y las entretengan las nuevas situaciones. Y les aviso que seguramente quedan no más de diez capítulos. Así que... disfruten. Muchas gracias por todo. Las adoro♥]

24 de marzo de 2012

Capítulo 39: Quédate conmigo.

Narra Nick:

Esa mañana desperté, y minutos después de abrir los ojos escuche que tocaban el timbre. Me fije quien era, y ahí estaba Delia. Así que abrí la puerta y la hice pasar a mi casa. Traía dos cafés tapados en las manos.

-Traje café. – Dijo entregándome uno de esos.

-Bien… gracias. – Respondí. - ¿Necesitas algo más? – Pregunté despectivo.

-No, en realidad solo pasaba a traerte esto. Y… nos vemos luego. – Pronuncio despidiéndose de mí, y al instante me beso sorpresivamente. Y sin decir más nada, se fue de mi casa. Al fin me hallaba otra vez estaba tranquilo. Tomé el café y lo bebí con normalidad. Aunque sentí algo extraño, pero ni siquiera me detuve a pensar cual era el problema. No quería más enredos en mi cabeza. Pero algo extraño tenía esa bebida… como tres horas después comencé a sentirme mareado, tenía frío pero al a la vez sentía que mi temperatura aumentaba. Estaba temblando y presentía que iba a desvanecerme en cualquier momento. Tomé mi teléfono celular como pude, y apreté un botón que llamo automáticamente a la última persona con la cual hable anoche.

-Hola. – Pronuncio Evelyn atreves de su celular.

-Necesito que me ayudes, ven a mi casa por favor. – Pedí débilmente.

-Nick ¿Qué te ocurre? Me estás preocupando. – Expreso intranquila.

-Me siento mal. – Conteste.

-Nick, quédate ahí. Ahora mismo voy para allá. – Menciono y en aquel momento termino la llamada. Deje caer mi celular al suelo, casi no tenía más fuerzas. Fue casi imposible ponerme de pie para abrir la puerta, así Evelyn podía entrar cuándo llegará. Me acerque a la misma, gire la llave, y luego ya no sentí más nada… caí desmayado al suelo.

Narra Evelyn:

Afortunadamente no tenía ningún compromiso ese día. Derek se había encargado de que pudiera descansar 
luego de lo que había ocurrido. Cuando Nicholas me llamo no me importo más nada, solamente él. 
Rápidamente tomé mi cartera, y le dije a Derek que me acompañara hasta la casa de Nick. Fuimos en su auto, y llegamos en pocos minutos. Baje de prisa hasta su casa, mientras mi amigo me esperaba en el automóvil. Él pensaba que Nicholas solo me estaba llamando por algo estúpido, pero no lo era. Toque timbre unas tres veces, pero nadie atendió. Así que sin pensarlo intente abrir, y por suerte la puerta no tenía cerradura. Apenas puse en mí en esa casa, me encontré con algo que de verdad me asusto, me quede paralizada. Nicholas estaba derramado sobre el piso, y noté que escasamente podía abrir los ojos  con extenuación.

-Nick… Nick, tranquilo. Vas a estar  bien, estarás bien. – Repetí una y otra vez mientras lo acariciaba desesperada. Lo solté por un  segundo y corrí a buscar a Derek para que me ayudara. – Derek, tenemos que acostarlo, con cuidado por favor. – Pedí. Y entre él y yo acostamos a Nicholas en su cama.

-Evi, ese chico está hirviendo de fiebre. Tápalo, ponle un paño con agua fría y yo llamaré a una ambulancia. – Indico Derek sabiamente. Con velocidad lo cubrí con las frazadas, y luego busque un pañuelo y lo empape con agua fría, y acto seguido comencé a deslizarlo con delicadeza por su frente. Y sentí que el suspiro un poco más aliviado. Pensé que él no tenía fuerzas,  pero las pocas que tenía en aquel instante le alcanzaron para tomar mi mano y unirla con la suya.

-Quédate conmigo, por favor. – Pidió con temor. Yo lo observe, mis ojos estaban cristalizados. Era doloroso verlo así. Fue algo intenso que él me pidiera eso de aquella manera. Tenía que estar seguro que siempre iba a estar dispuesta para él, que nunca lo abandonaría. Y más aún en un momento así.

-Sabes que nunca te dejaría. – Asegure esperanzadora. Y el sostuvo aún más fuerte mi mano. De pronto 
sentí la necesidad de quedarme pegada a él, y no abandonarlo en ningún seguido. La desesperación se mezcló con la impotencia de no poder hacer nada para que se pusiera mejor en aquel instante. –Tranquilo lindo, que pronto vas a estar bien. – Susurre con ternura. Justo en aquel momento un medico interrumpió, en realidad, llego para salvar a Nicholas.

-Señorita, por favor, necesito que nos deje trabajar tranquilos. – Pidió uno de los doctores. Y aunque yo no quería dejar de sujetar la mano de Nick, tuve alejarme por un momento.

-Evi, vamos a la cocina por un momento. Dejémoslos a ellos que hagan su trabajo.- Pronuncio Derek mientras me llevaba a otra sala de la casa.

-Derek quiero saber que tiene, me muero si le pasa algo, déjame ir a ver. – Insistí completamente nerviosa y con temor.

-Cálmate.  Va a salir todo bien. Estoy seguro de que no es nada grave. – Intento calmarme mientras me entregaba un vaso lleno de agua, que lo bebí lentamente. Como quince minutos después me acerque nuevamente hacia la habitación donde estaban los médicos atendiendo a Nicholas.

-Perdón pero necesito saber si está bien. – Pregunté preocupada.

-No se preocupe que no sucedió nada grave. Lo que ocurrió fue que su nivel de azúcar aumento de golpe, pero ahora ya logramos estabilizarlo. – Explico atentamente el médico.

-¿Y qué va a pasar ahora? – Cuestione nuevamente intranquila.

- Tiene que descansar, quedar en cama por hoy, y tratar de prestar un poco de atención la próxima vez. – Recomendó. Luego hablo unas palabras más con Nicholas, y se retiró con todo su equipo de allí. Derek decidió irse a realizar unos trámites pendientes, y así, de esa manera, Nick y yo quedamos solos en la casa. Me acerque otra vez a la habitación, y él estaba sentado, apoyado sobre el respaldo de la cama, y todavía cubierto por algunas colchas. Aunque ahora lo veía mucho más lúcido, había recuperado su color, su estado de ánimo, la estabilidad en su cuerpo. El sonrió al verme aproximándome hacia su anatomía y yo me sentí feliz por haber recibido ese pequeño pero valioso regalo. Al mismo tiempo, me hizo un espacio para que yo pudiera sentarme en sobre la confortable cama.

-¿Cómo te sientes? – Pregunté.

- Mucho mejor. – Respondió. – Evi, gracias por todo. No estaría aquí ahora si no hubiese sido por tu ayuda y tu contención. – Agradeció con humildad, hablando desde el fondo de su corazón.

-No tienes nada que agradecerme. – Pronuncie con los ojos húmedos. La mirada de Nicholas cambio al verme así. Estaba segura que él no entendía porque empecé a llorar de la nada en aquel momento. Pero aunque la situación no había sido muy grave, cuando apenas empezó todo, sentí que si a él le pasaba algo yo iba a irme con él. Sería insoportable vivir sabiendo que nunca más iba a verlo. No quise ser negativa en aquel momento, pero no pude evitar que el tema de la muerte se cruzara en mi cabeza haciendo que me alarmara aún más. Apenas sobreviví teniéndolo lejos de mí… no puedo imaginarme viviendo con la realidad de que el este fuera de ese mundo.

-¿Qué pasa Evi? No llores, por favor. – Menciono Nicholas totalmente confundido por mis lágrimas.  

-Nada… - Dije quitándome algunas lágrimas. – Solo que… me moría si a ti te pasaba algo. – Confesé finalmente con plena sinceridad.  Noté que quedo totalmente conmovido al oír esas palabras. Y en pocos segundos sus brazos estaban rodeándome con fuerzas, oprimiendo mi cuerpo más y más hacia el suyo.

-Estoy bien, y voy a estar bien. Quédate tranquila ¿sí? – Susurro dulcemente a mi oído mientras seguíamos apegados por aquel abrazo. Estuvimos como unos cinco minutos de aquella forma. No queríamos soltarnos. Cuando separamos, una última lagrima resbalo sobre mi mejilla, y el la quito delicadamente con su mano, acariciándome el rostro suavemente. Pose mi mano junto a la suya, deslizándola hacia abajo, y aferrándola a la mía.

-Lo que no entiendo, es que tú siempre te cuidabas muy bien, nunca había sucedido algo así. ¿Qué fue lo que paso? – Pregunte dudosa.

-En la mañana tomé un café. – Respondía.

-Pero que… ¿tú le pusiste azúcar? – Cuestione nuevamente, porque aún no me quedaban claras las cosas.

-No. Delia me trajo ese café. Y como es un poco despistada… seguro se olvidó. – Indico con normalidad. Como si lo sucedido hubiese sido algo estúpido. Salí de su lado, y me puse de pie un poco enfadada.

-Nicholas… te podría haber pasado cualquier cosa por culpa de ese maldito café. ¿Y tú dices que “solo es un poco despistada”? Si es tu novia, debería cuidarte más y tener conciencia sobre algunos detalles. – Lo reproche. De verdad me enojaba la situación.

-Okey, si, esta vez se pasó, estuvo muy mal. Pero no puedo hacer nada. – Se defendió.

-¡Claro que sí! Puedes dejarla, alejarte de ella. – Mencione contraría. –Pero bueno, haz lo que quieras. Yo ya no influyo en tus decisiones. – Exprese algo decepcionada por su actitud. – Voy a estar en la cocina, si me necesitas para algo, me avisas ¿ok? – Indique retirándome de la habitación. Aunque estaba molesta, no era capaz de abandonarlo y dejarlo solo después de aquel gran susto.

Narra Nick:

Una horrible situación viví ese día. Afortunadamente seguía teniendo a Evelyn en mi vida, podía decir con seguridad que ella nunca me abandonaría. Y también estoy seguro que la próxima vez no volveré a confiar en Delia. Probablemente cuando le hable sobre mi diabetes jamás me escucho. Y aunque lo hizo inconscientemente, casi me mata. Literalmente. Mientras Evi estaba enfada en la cocina, hable con Delia por celular, y me dijo que no estaría por dos días en New York. Sinceramente, me alegro un poco la noticia. Pero lamentablemente Evelyn no me hablo en toda la tarde. Me ayudo en lo que necesitaba, pero no quería charlar conmigo. Luego en  la noche, me llevo la cena lista a la cama, y luego no la oí más. Entonces me pareció extraño no sentir ningún movimiento de su parte.  Me levanté de la cama, pues ya me sentía muchísimo mejor. Comencé a caminar hacia el pequeño living, y ahí la encontré, durmiendo sobre el sofá. Me agache un poco para quedar a su altura, y acaricie su rostro con delicadeza, impidiendo que no se despierte.

-Linda… ojala pudiéramos estar juntos otra vez. Es lo que más quiero. – Murmure con voz baja. Era todo un angelito, era la mujer más hermosa de mi vida. Y no quise dejarla durmiendo incómodamente allí. Así que la cargue hasta mi cama, y la acosté cubriéndola. Mi litera era lo suficientemente cómoda para que descansaran dos personas, por esa razón me arrimé a su lado, y cerré mis ojos. Y todo fue perfecto en aquel momento, porque la sentía tan cerca como antes, podía oler su perfume, y acariciar su piel suave… Si las cosas hubiesen dependido siempre de mí, nunca me habría alejado de ella.

[Hola! Acá les dejo el capítulo 39. No tengo más nada que decir(?) solo que gracias por leer, comentar, y mandarme cosas lindas a mi twitter. Valoro mucho eso. ♥ Las quiero. ]

20 de marzo de 2012

Capítulo 38: Tan lejos aunque estés tan cerca.

Narra Evelyn:

Luego de enterarme que estaban todos allí, especialmente para verme a mí, salí al escenario intentando que mis nervios no se notaran antes todos. Evite mirarlos mientras cantaba, solo en un momentos les sonreí a Joe y a Kevin. Pero no podía observar a Nick, porque el solo hecho de verlo junto a ella podía derrumbar y arruinar todo mi esfuerzo. Así que me dedique a dar lo mejor de mí como siempre, y a sacarme de la cabeza aquellos pensamientos que tanto me molestaban. Cuando termino el show, regresé a mi camarín. Y minutos más tarde permitieron que Joseph y Kevin junto a Danielle ingresaran a verme.  Lamentablemente solo pudimos cruzar un par de palabras, decirnos que nos encontrábamos bien, y ellos me felicitaron por mi éxito. Minutos después de que ellos salieran de allí, entro Nicholas junto a aquella chica que lo acompañaba a su lado. Noté que él le soltó la mano al verme.

-Ho… Hola. – Musito Nick un tanto nervioso.

-Hola. –Respondí con pocos ánimos.

-Soy Delia, y él es mi novio Nick. – Se presentó sonriente. – Yo insistí en venir a conocerte porque tienes un gran futuro, yo empecé igual que tú, pero ahora ya estoy en la cima con un hombre hermoso y talentoso, y me falta aún más por lograr. Tienes un largo camino por recorrer  -  Comenzó a parlotear aquella mujer, y no hizo más que confundirme entre palabras. No podía y no quería concentrarme en lo que decía, lo único que hacía era observarlo a cada segundo, no conseguíamos dejar de mirarnos.

-Ah sí… lo sé. – Exclame desinteresada.

-Algún día tú y yo podríamos cantar un dueto. Nick y yo estamos planeando eso ahora. – Contó con entusiasmo. Y fue como otra puñalada a mi corazón.

-Genial. – Conteste cortante. No quería oírla más.

-Y además también tenemos pensado ir a vivir… - Se empeñó a hablar otra vez pero Nicholas la interrumpió un poco enfadado.

-Ya basta Delia. – Expreso molesto. Y ella puso los ojos en blanco.

-Bueno, Nicky. Pero no entiendo cuál es el problema aquí. – Menciono. – Aunque… oye…  ¿ustedes dos se conocen de otro lado?  - Cuestiono con certeza.

-No. Bueno, en realidad nos habíamos cruzado en eventos y charlamos un par de veces, pero nada más. – Pronuncie totalmente falsa. Nunca me había comportado así antes, me sentía realmente mal conmigo misma.

-Claro… fue solo eso. – Acotó Nicholas.

-Bueno Evi, fue un placar conocerte, ya debemos irnos. – Dijo Delia despidiéndose de mí. – Adiós, y mucha suerte, y éxitos. – Agrego con arrebato.

-Adiós… suerte a ustedes también. – Pronuncie por última vez. Y los dos salieron por la puerta de mi camarín, quitándose de mi vista. Dejándome esa horrible sensación, con todas las dudas en mi cabeza, preguntándome una y otra vez ¿por qué me estaba haciendo eso? ¿Por qué me merecía sufrir tanto? Y luego intentaba convencerme, pensando que tal vez él estaba mucho mejor sin mí, y que mi deber era dejarlo y seguir adelante por mi cuenta. De repente sentí que volvían a tocar la puerta de mi camarín, y suspire cansada, pero sin embargo abrí la puerta. Observando a ese hombre que tanto amaba otra vez ante mis ojos.

-¿Qué sucede? – Cuestione confundida.

-Perdóname. – Pidió tomando mi mano con delicadeza. – Todo eso fue muy incómodo, lo siento mucho, no volverá a ocurrir. – Se retractó con arrepentimiento.

-Todo está bien, Nicholas.- Exprese ocultando todo la angustia dentro de mí.

-Hoy estuviste fantástica, pero no te noto feliz. ¿Puedo hacer algo para solucionar eso? – Pregunto apenado. 

Suspire una vez, quite mi mano que estaba unida a la suya, y sonreí desolada, mirándolo fijamente con mis ojos completamente cristalizados, mientras una lagrima recorría mi rostro lentamente.

-Estoy perfectamente bien. – Mentí. Y solo produje más ahogo dentro de mí. Nicholas llevo su mano hacia mi rostro y lo acaricio con sutileza, acercándose cada vez más hacia mí, con intenciones de besarme, pero no lo deje hacerlo. En segundos corrí mi cara, y su beso quedo plasmado en mi mejilla derecha.

-Que seas feliz con ella. – Pronuncie por última vez, regresando a mi lugar. Cerré la puerta con prisa, no quería permitir que el me detuviera. Ya no resistía toda esa mezcla de sensaciones, ese nudo en la garganta, toda esa impotencia de no poder decir lo que sentía, ni hacer lo que de verdad deseaba. Apoye mi espalada sobre la puerta y me deslice hasta quedarme sentada en el piso, mientras presionaba las rodillas a mi pecho y comenzaba a llorar desconsoladamente, derramando millones de lágrimas que recorrían mi rostro con prisas. 

Mi estado era deplorable, lastimoso. No podía dejar de sollozar. Luego recordé aquellas pastillas que mi manager, George, me entrego una vez. Me dijo que eran una especie de calmantes. Las busque y no tomé solo una, sino que ingerí dos de ellas. Y me acosté sobre un sofá. No pasaron más de quince minutos que comencé a sentirme sin fuerzas, sentía que me desvanecía, pero no por completo, y empecé a ver las cosas a mi alrededor completamente borrosas. Al rato oí que golpeaban la puerta, pero ni siquiera tenía fuerzas para gritar, ni mucho menos para levantarme y atender. Afortunadamente aquella persona entro. Y me alivie al notar que era Derek. Él no iba a juzgarme, iba comprenderme y a ayudarme como siempre lo hacía.

-Hey… ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? – Pregunto acercándose hacia a mí.

-Ayúdame… necesito que alguien me ayude. – Dije mientras él se acercaba aún más hacia a mí y me proporcionaba un cálido abrazo.

Narra Nick:

Luego de salir de hablar con Evelyn, corrí hacia mi auto. Delia estaba adentro del mismo, esperándome. Entre, y me miraba con una sonrisa enorme en su rostro. Como si fuéramos la pareja perfecta rumbo al mejor destino de todos. Cada día odiaba más vivir en esa mentira, y tener que fingir todo el tiempo sobre mis verdaderos sentimientos.

-Simpática tu… amiga. – Dijo un poco dudosa. Yo solo afirmé con mi cabeza. – Seria genial trabajar con ella, se está haciendo muy conocida, nos puede servir de mucho. – Comenzó a planear pero la detuve.

-Delia, con ella no. ¿Está bien? No quiero que metas a ella en todo eso.- Aclaré con seriedad. Y ella me clavo una antipática mirada.

-Ok… pero ¿Por qué la defiendes tanto? ¿Es algo tuyo? – Cuestiono interesada en todo ese tipo de cosas.

-No te daré detalles, ni nada por el estilo. Sé lo que quieres oír, pero no lo diré. Simplemente pienso que no es bueno meter en estas cosas a alguien que apenas comienza con su carrera. No voy a arruinarle sus planes. Y tú tampoco. ¿De acuerdo?  - Esclarecí nuevamente.

-¿Me llevas a mi casa? – Pregunto cambiando de tema. Yo sin responderle, puse en marcha mi auto, y comencé a conducir hacia su casa. La deje allí, y luego seguí hasta mi departamento. Me acosté para dormir. No podía esperar para cerrar mis ojos y despegarme del mundo al menos por unas horas. Pero no podía hacerlo sin antes aclarar las cosas con ella una vez más. Sus palabras habían quedado rondando en mi mente, todavía escuchaba en mi cabeza su “Estoy perfectamente bien, que seas feliz con ella.” Sabía que no eran auténticas. Así que marque su número y la llame. Pero me sorprendí al oír una voz masculina.

-Hola… ¿Evi? – Pregunté confundido.

-¿Quién habla? – Respondió aquel sujeto sensatamente.

-Quiero hablar con Evelyn. ¿Está ella ahí? – Exprese.

-Ella está descansando. ¿Qué quieres? – Volvió a cuestionarme. No alcance a pronunciar otra palabra, que aquel tipo estaba hablando nuevamente. – Escucha, para ti todo puede ser divertido, o como rayos sea, pero la estás lastimando. Y no voy a permitir que sigas haciéndolo ¿te quedo claro? – Exclamo totalmente enfadado aquella persona. Yo ni siquiera sabía su nombre.

-Jamás le haría daño, jamás tuve esas intenciones. – Me defendí.

-Ella puede creer en tus palabras, pero yo no te creo absolutamente nada. Te lo voy a decir por última vez todo lo que estás haciendo la está lastimando, le está afectando demasiado. No voy a dejar que sufra por un imbécil como tú. – Pronuncio por última vez  y finalizo la llamada. En aquel momento me sentí la peor persona del mundo, una basura, alguien que no servía para nada. Era irónica esta situación… yo siempre la defendí, la cuide, la protegí de todo lo que le podía llegar a hacer daño, y ahora era yo el que la estaba lastimando, mientras otra persona ocupaba mi antiguo lugar. 

8 de marzo de 2012

Capítulo 37: Imposible esconder el amor.

Narra Evelyn:

Al día siguiente, por la tarde, Holly me llamo a mi teléfono celular indicándome la dirección a donde debía ir para realizar la sesión de fotos. Ella también se había encargado de conseguir la vestimenta y demás. Mi amiga era realmente buena cuando se trataba de moda. Cuando llegue al lugar, ella estaba allí. Me presento al fotógrafo, que era realmente muy amable y se llamaba Frank. Luego se me dedico a mostrarme el primer vestuario que debía usar. Era un vestido color rojo, tenía brillos, y el largo me llegaba justo arriba de mis rodillas. Era muy lindo, y además destacaba muy bien mis curvas.  Me lo coloque y me dirigí hacia peluquería y maquilla. Una mujer me pintaba, mientras otro muchacho acomodaba mi pelo dejándolo lo más lindo posible.

-Bien… ¿ya estás lista para empezar? – Pregunto Frank. – Está muy bella. – Acoto alagándome.

-Sí, y gracias. – Conteste sonriendo. Y comencé a posar para empezar a sacar las primeras fotos. Estuvimos como veinte minutos, hasta que me pidió que cambiara el vestuario. Fui otra vez hacia el cambiador, y esta vez, Holly me dio algo mucho más atrevido. Era un conjunto de ropa interior que no mostraba de más, solo lo justo y necesario. Al principio no me pareció una muy buena idea, pero al final me convencieron de que lo hiciera. Salí del cambiador cubierta con una bata, pero cuando me acomode en aquel escenario fotográfico, me la quite y muchas personas quedaron impresionados. De repente varias personas que trabajaban allí estaban observando como realizaba mi sesión de fotos.

Narra Nick:

Apenas acaba de llegar a “Vogue”, donde realizaría una entrevista que ya tenía pactada. Me atendieron con amabilidad y simpatía, y una mujer comenzó a guiarme el camino, hacia la sala donde me interrogarían. Pero al pasar por un lugar donde estaba haciendo una sesión de fotos, me quede completamente paralizado. 
Evelyn estaba allí, posando frente a la cámara, su actitud era sexy, su vestuario era muy sexy también. No pude evitar observarla completamente, se estaba destacando. Pero su sonrisa brillaba allí también. De repente también vi gente… otros hombres observándola con atrevimiento. Y saben algo… eso me enojo y me molesto demasiado, de sobremanera. Volví a sentir… celos. De un momento a otro no soporte más esa situación. Me quite la campera que llevaba puesta, y corrí a cubrir a Evelyn con ella.

-¿Nicholas que rayos estás haciendo? – Cuestiono enojada.

-No puedo soportar que todos estos hombres te miren de esa manera. – Susurré a su oído sin que los demás 
escucharan.

-Son solo fotos. – Contesto.

-No me interesa. – Respondí con firmeza levantándola del suelo, y llevándola a otro lugar donde pudiéramos hablar a solas.

- Evelyn ¿tú te diste cuenta de cómo te estaban observando? ¡No puedes andar así como si nada! – La reproche totalmente suspicaz.

-Nick a ver si entiendes… este escándalo es estúpido. Ni si quiera eres mi novio. Déjame promocionar mi carrera tranquila. – Pronuncio seria y con claridad.

-Es que… no lo soporto. – Dije sin más excusas.

-Nicholas, mejor ve a hacer lo que sea que viniste hacer aquí, y me dejes seguir trabajando tranquila ¿sí? – Expreso despachándose de mi lado, y dejando la campera con la cual la había cubierto, entre mis manos. 

Realmente me dejo sin palabras. Y me di cuenta que estaba intentando seguir su vida sin mí, exactamente lo que le había pedido. Me sentí un idiota por armar semejante bullicio, y complicarle parte de su tiempo. Hice todo mal. Pero por suerte las cosas tenían remedio, y cuando menos lo pensé ya había vuelto todo a la normalidad. Termine de responder cada una de las preguntas, cumpliendo con mi trabajo, claro. Y luego me marche de regreso a mi apartamento. Por la noche debía ir a cenar con Delta.

Narra Evelyn:

Después del escándalo que armo Nicholas, volví a continuar con la sesión de fotos, pero esta vez me mantenía un poco distraída, pensando en lo que había sucedido. Nick estaba con otra persona, pero parecía que me seguía amando. No podía comprender exactamente lo que estaba sucediendo, cual era nuestra situación. Pero me sorprendí aún más cuando sonó mi celular por la madrugada. Yo estaba acostada en mi cama, con los ojos cerrados, a punto de dormirme, pero el sonido hizo que me despertara de un salto. Atendí, y ni siquiera me fije quien estaba llamando.

-Evi ¿te desperté? – Pregunto la voz detrás del teléfono.

-No, en realidad solo estaba acostada con los ojos cerrados. – Exprese graciosa. - ¿Nick? – Cuestione un 
poco confundida.

-Sí, soy yo. Perdón por llamar a esta hora, pero sabes, quería disculparme por lo de hoy. ¿Cómo siguió todo eso? – Preguntó disculpándose. Y una estúpida sonrisa se formó en mi cara.

- Disculpas aceptas… Y, bien, termine con las fotos, pronto saldrán en la revista. ¿Y a ti como te fue? – Respondí, y luego me interese por como estuvo su día.

-Bien… volví a mi rutina de estrella. – Contesto bromeando. - ¿Cómo estás viviendo el comienzo de tu carrera? Cada día eres más conocida. – Acotó con comodidad, y reí al escuchar sus últimas palabras.

-Amo todo lo que estoy haciendo. Pero a veces tengo esos momentos que… no soporto más nada. Por 
suerte me recupero rápido. – Conté manteniendo la gran confianza que siempre hubo entre nosotros.

-Tranquila… tú tienes que intentar ver que es lo mejor para ti, e ir por ese camino. Si algo te hace mal, 
aléjate. – Aconsejo sabiamente. – Y si te sigue molestando, me dices a mí y yo me ocupo.- Agrego un tanto gracioso.

-Ay Nick… - Pronuncie atontada por su voz y sus palabras. – Extrañaba tanto estas charlas. – Confesé. Y de inmediato me arrepentí de habérselo dicho.

-Yo también extraño esto. – Respondió. Al instante hubo un súbito silencio, pero él siguió hablando. – Extraño las noches de películas, cuando nos reíamos de cualquier cosa, escribir juntos, hacer todo juntos. – Menciono dejándome impresionada por cada una de sus palabras, produciendo que una sonrisa aún más grande se plasmara en mi rostro, y que mi corazón palpitara con más velocidad.

-Yo también… era un lindo tiempo. – Pronuncie sin saber más que decir.- Bueno Nick… creo que ya necesito dormir. – Agregué.

-Entiendo, trataré de dormir también. – Dijo.- Que estés bien, Evi. – Exclamo despidiéndose de mí.

-Tu igual Nick, nos vemos pronto. – Me despedí, y sin más pensarlo colgué el teléfono.

Esas conversaciones, esos acercamientos eran hermosos porque traían del pasado las maravillosas sensaciones que sentía junto a él, pero a la vez me estaban lastimando, seguía sin entender porque la eligió a ella, porque decidió dejarme y no volver jamás por mí.

Al día siguiente tuve una mañana tranquila, desayune, me dedique a mis cosas sin ninguna presión. Por la tarde, George me llamo. Me dijo que se habían mudado de estudios, y que fiera a verlo porque quería mostrarme las nuevas instalaciones. Cuando llegue note que era un lugar mucho más grande, tenía como cinco habitaciones diferentes, y un pasillo largo que te comunicaba con una sala de estar muy cómoda y relajante. Realmente me agrado el nuevo lugar de trabajo.

-Evelyn, me enteré de la sesión de fotos que hiciste con la revista Vogue. – Menciono George.

-Ah… ¿sí? – Exprese creyendo que el tipo estaba enojado o algo por el estilo.

-Realmente te felicito. ¡Ese es el tipo de publicidad que necesitamos! Tienes que llamar la atención de todas 
las maneras posibles… lo estás haciendo bien. – Exclamo felicitándome, con mucha positividad. Era la 
primera vez que lo escuchaba tan optimista. Generalmente sus palabras eran muy duras.

-Oh, me alegro. – Dije. – La verdad pensé que te ibas a molestar. – Revelé.

-Esta vez estuviste perfecta. – Acoto alentador, y luego continuo mostrándome las cosas nuevas. Más tarde llego Derek. Le pedí que me acompañara a la presentación que debía realizar por la noche, era el primero de los cinco que iba a realizar en la semana. Al llegar, mi amigo me miro un tanto diferente, no entendía porque estaba tan raro.

-Me enteré de las fotos. – Dijo serio.

-¿Y? ¿Qué me vas a decir? ¿Me vas a felicitar como lo hizo George? ¿O me vas a retar? – Cuestione 
mirándolo a los ojos inocentemente.

-Creo que… que no es bueno que te expongas tanto así. – Explico.

-Derek… tengo casi dieciocho años, creo que ya puedo decidir sobre eso. – Manifesté.

-Lo sé, lo sé… pero sé que tú no tenías esas ideas en la cabeza. – Dijo con razón, aunque yo no quería admitirlo. – Holly, a ella se le ocurrió todo eso. ¿Verdad? – Acotó con certeza.

-Ella me incentivo a hacerlo, pero yo lo decidí. – Conteste con seguridad. El hizo un gesto en su rostro, haciéndome saber que ya no quería hablar más sobre el tema, ninguno de los dos queríamos discutir y terminar peleados. Así que fui a ponerme el vestuario para el show, mientras esperaba a las personas que iban a maquillarme y peinarme. Luego de dos horas, ya estaba lista, y nos fuimos, juntos con George también, hacia el mediano teatro donde yo brindaría mi primer show (esta vez cobramos las entradas, y estábamos contentos porque la venta tuvo éxito). Minutos antes de salir al escenario, mi manager se acero sonriente, para hablarme.

-Este show será un éxito. Vinieron famosos a verte ¿entiendes eso? – Expreso entusiasmado.

-¿Famosos? ¿Qué famosos? – Pregunté un poco confundida.

-Se trata de los hermanos Jonas, están los tres aquí. – Contó, y por un momento me quede helada. No podía creer lo que mis oídos escuchaban.

-¿¡QUE!? ¿LOS TRES? – Cuestione sobresaltada.

-Bueno, además uno de ellos trae a su esposa, y otro a su novia que también es famosa. – Acotó. Confieso que no podía comprender lo que empecé a sentir en ese momento.  Quería estar feliz, porque ellos, personas muy importantes para mí, estaban ahí para apoyarme. Pero todo eso se derrumbó cuando escuche que la novia de Nicholas también estaba. Eso me destrozaba por completo. Pero no tenía otra opción que salir al escenario y olvidarme de todo por un rato, y solo dejarle lo mejor de mí a la gente. 

4 de marzo de 2012

Capítulo 36: No te sacaré de mi mente.

Narra Evelyn:

Luego de aquel pequeño inconveniente, hable con Derek que me hizo sentir un poco mejor. Y también me acompaño a enfrentar a George. Mi manager era un poco nervioso cuando surgían estos problemas, y nunca podía lograr que comprendiera lo que me estaba sucediendo, y que muchas veces yo necesitaba un respiro. No era fácil todo esto para mí, era difícil sobrellevar toda la fama que llego tan de prisa, aunque era grandioso también. Afortunadamente Derek logro calmarlo un poco, y me dieron dos días para que descansara tranquila en mi casa. Le sonreí un poco alegre a mi amigo, demostrándole que estaba contenta por los resultados obtenidos.

La noche siguiente Holly me llamo para invitarme a salir de fiesta, pero lo pensé bien, inteligentemente, y no acepte. No quería salir a cometer locuras de las cuales después pudiera arrepentirme. Así que cené sola, y tranquila en mi casa. Luego me coloque mi pijama, y me acomode en el sofá a ver un poco de televisión. Minutos antes de dirigirme a mi cama a dormir, percibí que tocaron suavemente la puerta de mi casa. Lo hicieron con delicadeza, como si supieran que tal vez estaba durmiendo y no querían despertarme. Inmediatamente me acerque a la puerta, y la abrí cautelosamente, con precaución. Me quede inmóvil por un momento al verlo a él parado frente a mí, de pie ante mis ojos. Mantenía su mirada fija en mis ojos, esperando que yo respondiera de alguna forma, pero no podía decir nada, no tenía palabras. Hasta que el decidió no seguir perdiendo su tiempo de esa manera, y se abalanzó sobre mí con delicadeza. Poso su mano en mi cintura, mientras que con la otra acariciaba mi rostro, empujándome levemente hacia atrás. Intente detener ese momento, pero solo pude descansar mis manos en su pecho, sin resistir a sus encantos. Y me beso después de tanto tiempo, después de tantos segundos, minutos, horas, meses, días, extrañándolo, extrañando sentir sus labios sobre los míos, necesitando volver a sentir esa sensación en mi estómago que se producía al tenerlo tan cerca. Y volví a sentir, volví a vivir por un momento, mi corazón volvió a encenderse y fui feliz en aquel instante. Él era sencillamente, todo lo que necesitaba en mi vida. Me besaba llevándome hacia adentro de mi casa, acercándose cada vez más a mi habitación, mis pies temblaban, pero caminaban hacia atrás, creí que los dos terminaríamos otra vez demostrándonos nuestro amor después de tanto tiempo alejados. Pero lo detuve, lo detuve porque recordé aquella chica a la cual le sostenía la mano hace unos pocos días. Sin embargo, Nicholas se dio cuenta que toda esta situación me asustaba y me confundía y se detuvo también, sosteniéndome entre sus brazos, abrazándome con fuerzas.

-Lo siento, linda. Lo siento. Sé que las cosas no son fáciles ahora. – Se disculpó Nick con modestia, y luego me beso la frente con sutileza. Al instante lo mire con los ojos cristalizados, para intentar pronunciar alguna palabra.

- Nada es igual en mi vida desde que te fuiste… nada. Y ahora vienes así de repente y me besas. Nicholas ¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Qué hay de tu novia? – Cuestione entre enojada y dolida.

-Realmente no puedo explicarte como son las cosas ahora. Pero tienes que saber que estoy haciendo lo correcto, lo mejor para los dos. – Intento explicarme. Pero la verdad era que solo me confundía.

-Mírame Nicholas ¿tú me ves bien?  Yo no siento que estás haciendo lo mejor para mí también. – Manifesté enredada.

-En un tiempo lo entenderás, lo sé. – Afirmo con seguridad. – Pero no te pido que me esperes. – Dijo tomando mi mano. – Vive tu vida, tienes que ser feliz y seguir adelante con tu carrera.  Tienes mucho talento. 

– Me alentó entusiasmado. – Escuche todas y cada una de tus canciones, son grandiosas. – Acoto logrando que sonriera.

-Intentaré hacerlo. – Respondí insegura. 

-Ya debo irme. Pero antes… por favor prométeme que estarás bien. – Pidió encarecidamente.

-Nick…- Exprese entre suspiros. No podía prometerle eso, pero después de todo lo hice para que se fuese 
tranquilo. – Te lo prometo. Estaré bien. – Pronuncie con firmeza. Nicholas se acercó nuevamente hacia a mi proporcionándome un dulce beso en la mejilla.

-Toma mi nuevo número, si necesitas algo me llamas ¿está bien? – Me dijo entregándome un pequeño papel con su teléfono. Yo solo acepte su información. – Adiós. – Se despidió con una pequeña sonrisa.

-Adiós Nick.- Conteste mientras observaba como se alejaba de mí para regresar con su vida. ¿Cómo lograba ser tan fuerte sin él? Yo tenía tantas cosas por delante, pero sentía que no podía hacerlo, y odiaba esa sensación. Aunque quisiera no podía olvidarme de él, porque no era solo un hombre más en mi vida. Era aquella persona que me había marcado por completo, enseñándome amar, mostrándome lo hermoso que es ser amada, del maravilloso milagro que es tener a una persona tan especial formando parte de mi vida. No… no quería sacarlo de mí, ni de mi mente, ni mucho menos de mi corazón. Nicholas ya formaba parte de mi esencia.

Al mismo momento que Nick abandonaba mi casa, Holly entraba. Y lo vio. Se dio cuenta quien era, y quedo totalmente sorprendida e impactada.

-¿Qué… que… que hacía Nick Jonas aquí? – Preguntó.

-¿Nick Jonas? No, no era el… - Intente despistarla.

-A mí no me engañas. Evelyn ¿él es el viejo amor del que siempre tú me hablabas? ¿Él es aquel chico increíble que llego a tu vida y luego es fue? ¡Es el! – Menciono notando cada uno de los detalles.

-Ay bueno… si es él. Pero no puedes decir nada ¿Ok? Por esta vez, cierra tu boca. – Pedí un poco irritable.

-¡Wow! ¿Y qué paso? ¡¿Volvieron!? – Pregunto exaltada.

-No, no volvimos. Tiene novia. – Respondí triste.

-Que lastima. Ese chico no sabe lo que se pierde. – Se lamentó. – Pero déjame a mi… tengo un plan para ti. 

– Expreso y yo reí. Quería oírla, las ocurrencias de Holly siempre me hacían reír.

-¿Sabes qué? Tienes que exponer un poco más tu belleza exterior, que el mundo vea lo hermosa y sexy que puedes ser. – Explico. – Mañana mismo tendrás una sesión de fotos con un reconocido fotógrafo de la revista “Vogue” ¿ok? – Indico incitándome a que aceptará su idea.

-Está bien. – Acepte. Pues no perdía nada haciendo eso. Y además un poco de diversión no me vendría 
nada mal.

Narra Nick:

Fui hasta su casa con la intención de hacerla sentir mejor, para asegurarme de que ella estaría bien, para que supiera que aunque ya no éramos novios, yo siempre estaría para ella. Realmente pensé en contarle como eran las cosas verdaderamente, pero luego me di cuenta de que era muy pronto. No quería estar con ella a escondidas, y besar en público a otra mujer. Así no funcionarían bien las cosas. Además ella sufriría aún más, y se perdería la oportunidad de conocer a alguien mejor que yo.  Así que me fui, pidiéndole solo que me prometiera que estaría bien sin mí. Cuando subí a mi auto, mi teléfono celular comenzó a sonar… Era Delia.

-Delia… ¿Qué necesitas? – Pregunté cansado.

-Cariño, recuerda que mañana tienes una entrevista con la revista Vogue. – Pronuncio emocionada.

-Lo sé, lo recuerdo. – Dije pacientemente.

-Recuerda mencionarme, lindo. ¿De acuerdo? – Indico.

-De acuerdo. – Respondí.

Delia  y sus pedidos ya me tenían un poco cansado, y eso que recién todo comenzaba. Pero como dije anteriormente, estaba soportando todo para que un futuro pudiera ser el mismo de antes, que se dejaba llevar por sus sentimientos. Colgué el teléfono, y puse en marcha mi auto para regresar a casa. Mientras manejaba no podía dejar de pensar en sus ojos húmedos, en su sonrisa a pesar del dolor, y en aquel beso que nos volvió a unir después de tanto tiempo separados. 

[Hola! Como siempre, acá les dejo otro capítulo. ¿Que decirles? ¡AL FIN SE REENCONTRARON!, cuanto había esperado escribir ese momento. Espero que les guste. Siempre trato de hacer lo mejor que puedo, para que lo disfruten ustedes. Las quiero mucho, y gracias por los lindos comentarios.] 

2 de marzo de 2012

Capítulo 35: ¿Tan solo alucinaciones?

Narra Evelyn:

Al día siguiente amanecí, tal vez, sintiéndome un poco mejor. Encontrar a personas como Derek no es fácil. Y realmente necesitaba que alguien me escuchara con atención, y pudiera comprenderme, aconsejarme. Aquella linda sensación (producto de la salida de la noche anterior junto a Derek) se desvaneció al encender el televisor y llegar hasta un canal donde mostraban noticias sobre el mundo de Hollywood. No pude evitar detener allí y escuchar con atención lo que aquella periodista contaba. Las palabras entraron por mis oídos, pero mi cerebro no logro procesarlas totalmente. Algo no estaba bien, no era lo que yo esperaba. Había imaginado ese momento desde el día en que el partió... pero nunca pensé que volvería a saber sobre el de esa manera.  “Nick Jonas aparece nuevamente en Estados Unidos” esa frase me golpeo completamente. Pero fue aun peor oír lo demás…

“El reconocido cantante Nick Jonas, quien se había tomado un descanso hace un año abandonando el país, hoy regresa nuevamente a los Estados Unidos, y con ¡nueva novia! Una bella cantante Australiana llamada Delia Godhem. Le deseamos lo mejor a los dos, y esperamos ansiosamente que Nick vuelva a retomar su carrera. ”

¿Regreso a Estados Unidos y ni si quiera me aviso? Y lo que es aún peor… ¿nueva novia? No podía creerlo, para mí eso era todo imposible, y se asimilaba a unas de mis pesadillas, solo que esta vez era real. Verlo a el tomado de la mano de aquella mujer, destrozaba mi corazón en miles de pedazos. Pero Nicholas estaba tan… tan lindo como siempre, o aún más. Una suave sonrisa se destacaba en su rostro, extrañaba tanto observar esa perfecta expresión. - Ay Nicholas… ¿Cómo pudiste hacerme esto? – Pensé mientras las lágrimas comenzaban a derramarse una tras otra. Y me encerré. Me interné en mi habitación, y no pensaba salir de ahí en todo el día. No me importaba tener que cumplir con todo tipo de compromisos ese día.  Realmente no me interesaba. Quería llorar hasta gastar todas mis lágrimas, absolutamente todas.

-¿Evelyn? ¿Evelyn estás allí? – Oí la voz de mi manager mientras golpeaba la puerta de mi habitación. Supuse que ya habían pasado más de dos horas, y por eso él estaba allí, buscándome. – Evelyn abre la puerta ahora. 
Es una orden. – Dijo elevando un poco su voz.

-¡No estoy de ánimo para ir a dar esas malditas entrevistas! ¡No iré a ningún lado, no saldré de aquí! – Exprese segura de cada palabra que pronunciaba.

-¿Qué estás pensando? Sabes muy bien que no puedes cancelar esto jovencita ¡Lo sabes mejor que nadie! O sales, o entraré a buscarte. – Advirtió, pero yo solo respondí con un absurdo silencio que demostraba mi ignorancia hacia sus palabras. Pero de repente escuche como forzó la puerta, hasta abrirla. George (nombre de mi representante) me levanto contra mi voluntad, hasta que logro ponerme de pie.

-¡No me toque, George! – Grite enojada. – No estoy siendo caprichosa como tú piensas, estoy deprimida, estoy mal ¿tanto te cuesta entender eso? – Explique.

-Puedes deprimirte en tu tiempo libre. Ahora te quiero lista en quince minutos. ¡Quien minutos! ¿Oíste? – Indico vigoroso.

-Lo oí perfectamente. – Acepte desanimada.

Y así fueron los siguientes veinte días… no dejaba de sentirme triste, desolada, deprimida, hundida en todo el dolor, fingiendo frente a las cámaras que mi vida era perfecta y que estaba muy feliz. Veinte días donde leía más y más noticias sobre él y su nuevo amor. Aunque no solo era Nicholas lo que me mantenía tan abatida. 
Mi vida personal era detestable, realmente no tenía personas que realmente se preocuparan por mi bienestar. Mi papá solo una vez se preocupó por mí, cuando le cedió a George su papel. Lo declaro como mi tutor oficial. Y bueno, hizo que Lucas regresara nuevamente a Argentina. Pero jamás recibía un llamado de mi padre al menos preguntando si me encontraba bien. Y mi madre… todavía seguía sin aparecer. Me abandono de pequeña, y aunque todos los días despertaba con una minina esperanza de saber algo nuevo sobre ella, pero nada de eso sucedía. Y mi nueva “mejor amiga” Holly, realmente era una buena chica, con intenciones puras. Pero vivía de fiesta, en fiesta, entre el alcohol y el descontrol, y pocas veces podía hablar seriamente con ella. La única persona que al menos era una pequeña luz en mi camino era el agradable Derek, pero veinte días fueron suficientes para darme cuenta que no había química “amorosa” entre nosotros. Lo sentía como un hermano mayor, por nuestra diferencia de edad, como alguien que cuidaba de mí y hacia cosas por verme bien.

Narra Nick:

Finalmente volví a instalarme en New York, aunque en un apartamento mucho más lejos que el anterior, y lejos de ella también. Todos los días concebía  esas ganas repulsivas de correr a buscarla… pero tenía que conformarme con verla por televisión, escucharla en la radio, verla en las revistas, o tan solo oír su música por horas hasta sentir que por un momento volvía a tenerla tan cerca como antes.
Aquel día Delia y yo salimos a dar un paseo. Nos dirigimos a tomar algo a un local, donde también llego una de sus amigas. Pero había algo que no me dejaba concentrarme en ella, ya que antes de llegar a aquel “bar”, había observado algunos afiches y propagandas sobre Evi. Ella iba a cantar en un teatro a pocas cuadras de donde yo me encontraba. Así que sin más pensarlo, decidí inventar cualquier excusa para salir de ahí, aunque prometí que regresaría rápido, así podíamos salir juntos a enfrentar las cámaras. ¿Cómo hice para que nadie me reconociera? Fácil. Me coloque en mi cabeza la capucha de mi campera, y en mi rostro acomode unos lentes de sol. Y además, salí por una puerta trasera, y afortunadamente nadie lo noto. Ni siquiera saque mi auto, fui corriendo hasta el lugar, que apenas quedaba a tres cuadras. Al llegar entré. Era un evento especial, porque era gratis. Entiendo sobre esto, nosotros también los hacíamos cuando apenas empezamos con nuestra carrera. Me acerque, y comencé a introducirme en la multitud, hasta llegar a encontrarme lo más cerca posible del escenario. Espere para verla unos quince minutos… los más largos de mi vida. Hasta que allí apareció, y mi corazón se detuvo, mi cuerpo se quedó inmóvil, mis sentidos se agudizaron, mi piel se estremeció… volvía verla después de tanto tiempo. Cuando empezó a cantar con su maravillosa voz, podía oírla y pensar solo en ella, no había nada más en mi cabeza. Como al principio se hallaba cantando sentada sobre un banco, creo que no podía observarme. Pero luego de tres canciones, se puso de pie. Y al comenzar la cuarta, creo que noto mi presencia allí, ya que yo había quitado mis gafas. Nos miramos el uno al otro, nuestros ojos se mantuvieron unidos fijamente durante unos segundos, era como volver a los viejos tiempos. Yo sonreí levemente, pero su reacción no fue igual a la mía. De inmediato quito los ojos de mí, y se acercó hasta el micrófono acomodado sobre un pie.

-La canción que tenía pensado cantar ahora es muy, muy especial para mí, pero… dios, no puedo hacerlo. Lo siento, pero no me encuentro bien, lamento esto, gracias por venir. – Dijo con los ojos completamente cristalizados y regreso hacia atrás.

-No… no puedo ser yo el culpable de detener su sueño. – Pensé, ya que sentí que mi presencia provoco algo en ella, algo que impidió que pudiera seguir cantando, y me preocupe demasiado. Entonces corrí a buscarla. Subí al escenario e intente meterme a los “camarines”. Pero un hombre me detuvo.

-Espera, no puedes pasar ahí. ¿Quién eres tú? – Pregunto aquel muchacho que aparentaba tener al menos, veinticinco años.

-Por favor ¿puedo verla? Ella me conoce, ella sabe quién soy. – Pedí casi suplicándole.

-Quítate las gafas. – Dijo aquel hombre.

-No puedo hacerlo… nadie puede saber que yo estoy aquí. Pero le juro que ella me conoce. – Insistí nuevamente.

-Lo siento, pero no podrás verla. Será en otra ocasión. – Respondió destruyendo la ilusión que tenía en aquel momento.

-Pero, serán solo unos segundos… - Supliqué por última vez. Pero el muchacho respondió mi pregunta negándome con un gesto, luego regreso al pequeño cuarto y cerró la puerta sin que yo pudiera hacer más nada. Y no me quedo otra opción que irme de allí, y regresar nuevamente con mis “responsabilidades.”

Narra Evelyn:

Corrí hacia adentro porque no pude resistir un minuto más allí arriba, sosteniendo dentro mío toda la tristeza que se esparcía poco a poco por mi cuerpo.  Lo que más me afecto fue que creí ver a Nicholas entre el público. Realmente no sé si era el, o alguien parecido, o si tan solo estaba alucinando porque no soportaba más las ganas de verlo otra vez.

-Evi ¿Qué sucedió que te fuiste así? ¿Qué ocurre? George esta como loco. – Pregunto Derek preocupado.

-Me estoy volviendo loca, Derek. Todo esto que está sucediendo son muchas emociones juntas,  no entiendo, creo que alucine, que vi a alguien que no estaba. – Confesé con los ojos cristalizados.

-Creo que no estabas alucinando. – Dijo.

-¿Cómo sabes eso? – Pregunté confundida.

-Porque un chico te estaba buscando. Se acercó hasta aquí y me pregunto si podía verte, insistió. Pero como no quiso decirme quien era, no lo deje. -  Expreso él.

-Dios… era él. – Musite. - ¿Por qué no lo dejaste? Al menos me hubieras comunicado que alguien quería verme.  – Cuestioné.

-Perdóname, pero no podía dejarlo.  Me duele verte tan triste, y si ese chico es el culpable de todo, no permitiré que vuelva a lastimarte. – Pronuncio a la defensiva.

-Pero yo quiera verlo. – Dije despacio.

-Lo siento. Pero si él te quiere, el volverá a buscarte. – Explico aconsejándome, y calmándome un poco. – Estarás bien, tienes que estar bien. – Acoto acariciando mi rostro cariñosamente. Y al instante me envolvió en sus brazos con contención. Al menos lo tenía a él en mi vida, y podía decir con seguridad que aunque me cayera mil veces, el estaría allí para ayudarme a levantarme.

[ Hola lindas! Perdón por tardar bastante en subir, pero tuve algunos problemas. Volví con mi ex novio, estuvimos bien una semana, y el volvió a arruinar todo. Así que un consejo... si sienten que hacen algo mal, o tienen el presentimiento de que están por cometer un error, no sigan con eso. La intuición nunca falla. Y además de eso, también empece el colegio otra vez... así que estoy un poco ocupada. Pero siempre voy a tener tiempo para ustedes. Espero que les guste el capítulo. Las adoro.]