28 de noviembre de 2011

Capítulo 18: Siempre juntos.


Narra Evelyn:

Estuvimos allí animándonos unos minutos. Luego nos sentamos alrededor de mi pequeña mesa, mientras y preparaba dos cafés para beber. Era plena madrugada, y los dos estábamos juntos, despiertos. No podíamos conciliar el sueño con normalidad después de lo que había sucedido. Pero mañana a Nicholas le esperaba un día abrumador, y por eso le aconseje que descansara un poco, pues no resistiría.

-Nick… creo que debes descansar un poco. Al menos recuéstate un rato. – Sugerí.

-Si lo sé. Lo haré, pero con una condición. – Indico.

-Solo si tú descansas conmigo. – Pidió un poco tímido. No pude evitar dejar escapar una leve sonrisa y que mis mejillas comenzaran a enrojecerse poco a poco.

-Creo que así será mejor. – Conteste mirándolo con los ojos brillosos por la sensación que me causaba estar a su lado.

No dude un segundo más y corrí hacia la cama para tumbarme en ella. Ya llevaba mi pijama puesto, así que no tenía que cambiarme, ni sacarme nada. Nicholas hizo lo mismo, apegándose a mi lado. Al instante mi cabeza ya estaba apoyada contra su pecho, escuchando el latir de su corazón, mientras el me acariciaba tiernamente el cabello.

-Creo que te lo he dicho, pero no pierdo en nada en volver a repetírtelo. – Dijo. – Te amo, Evelyn. – Pronuncio sincero.

-Yo también, Nick. – Correspondí a su sentimiento con suma dulzura. Creo que luego de eso los dos cerramos los ojos y pudimos dormir tranquilos unas cinco horas, no más. Yo desperté antes que él, solo porque estaba un poco más animada y deseaba prepararle el desayuno. Me levante con calma, en silencio, sin emitir algún tipo de sonidos que pudiera interrumpir su sueño. Me dirigí al comedor del colegio y encargue dos desayunos que en unos diez minutos ya se encontraban en la mesa de mi habitación. Cuando mi novio despertó y observo lo que yo había preparado para él sonrió y luego me agradeció.

-Qué lindo es despertarse y ver todo esto. – Expreso con entusiasmo.

-Sé que hoy las cosas serán difíciles, pero quiero hacer lo mejor para ti. – Pronuncié.

-Muchas gracias, eres la mejor mi vida. – Dijo cariñoso al mismo tiempo que corría la silla para que yo me sentará a desayunar junto a él. Nunca olvidaba eso de ser caballero, esas actitudes eran parte de él, no necesitaba pensarlas, simplemente eran naturales. Además me conto que su familia estaba por llegar a New York, y que los esperaría en su departamento. Todos venían especialmente para apoyarlo a él, y además que también conocían a Jason y querían despedirse de él. Y aunque él le trajo muchos problemas a Nicholas, igualmente lo apreciaban porque hacía más de tres años que trabajaba junto a ellos. Cuando llegaron los dos estábamos esperándolos. Salude a Denise, una mujer muy simpática, por cierto. Luego a Paul, un hombre muy serio. También estaba Joe y Kevin, los cuales me hicieron sentir como si los conociera de años. Y por último estaba Frankie, que parecía no entender mucho de lo que estaba sucediendo.

-Linda ¿puedo pedirte un favor? – Preguntó Nicholas a un lado.

-Sí, lo que quieras. – Accedí.

-¿Podrías cuidar de Frankie por un largo rato? – Pidió. – Tenemos que ir al velorio de Jason, y de verdad no queremos llevarlo ahí, no es bueno que pase por todo eso. Explico con preocupación. – Perdón si es una molestia para ti pero… - Empezó a disculparse pero lo interrumpí.

-Está bien, lo haré. No tienes que disculparte. – Indique. – Yo me llevaré a tu hermanito, y lo cuidaré como si fuera mío también. Tu ve, tranquilo. ¿Sí? – Exprese para calmarlo. Nicholas se acercó y me dio un breve beso en mis labios, despidiéndose de mí. Era buena la decisión de no llevar a su hermanito allí. Aunque ya tenía once años, no era agradable que viviera todo eso. Cuando todos se fueron le pregunte si quería salir a dar un paseo, pero no quiso. Me dijo que quería mirar televisión y jugar a los videojuegos así que lo deje divertirse a su manera, hasta que el me invito a jugar a uno de sus juegos junto a él. Era una competencia de autos, una carrera. No era muy buena en esas cosas, es por eso que el gano. Fue muy divertido.

-¿Tu lo quieres mucho a mi hermano, cierto? – Preguntó mientras bebíamos dos refrescantes vasos de jugo.

-Sí, adoro a tu hermano. ¿Tú también, no? – Respondí sincera. El solo asintió.

-Extraño pasar tiempo con él. – Revelo.

-Sé que son muy unidos. – Acoté con certeza.

-Siempre lo fuimos… pero desde que empezaron todos los problemas, casi no lo veo. – Admitió algo triste. Cualquiera en estas situaciones podría pensar que un niño de once años no sabe realmente la verdad, pero ellos lo saben todo, lo sienten, lo escuchen, lo viven. Y así sucedía con Frankie, él era consiente de todo lo que estaba ocurriendo. – Por eso prométeme algo. – Pidió tiernamente.

-Lo que tú quieras. – Conteste.

-Cuida a Nick.- Anhelo preocupado. Entre suspiros.

-Frankie, yo te prometo que siempre voy a cuidar a Nick.- Prometí. - Y voy a encargarme que vaya a visitarte más seguido. – Acoté entre risas y el rió también.

Luego que terminamos de merendar seguimos un rato más allí charlando y jugando algunos juegos de mesa. Hasta que más tarde Kevin llego junto a Danielle a recogerlo.

-¿Cómo se portó?- Preguntó su hermano mayor atentamente.

-Muy bien… nos divertimos mucho. – Respondí con una sonrisa. Al instante Frankie se acercó, y me proporciono un beso en la mejilla despidiéndose de mí. Kevin sonrió al ver el gesto del pequeño y luego hablo también.

-Gracias por cuidarlo. Eres una gran chica. – Me alago. – Ahora lo llevaré con mis padres al hotel y yo regresaré con Dani a mi casa. – Contó. – Nick está a punto de llegar, supongo. – Menciono con certeza.

Y así fue, porque luego de unos minutos en que Kevin se despidió de mí, Nicholas regresó a su apartamento, y por cierto, yo seguía allí esperándolo. Noté que se alegró al verme, y ese simple gesto me hizo feliz.

-¿Cómo estás amor? – Pregunté amablemente.

-Bien. Realmente estoy mucho mejor. – Respondió seguro.- Además Joe vendrá a vivir a New York, hoy comenzó a instalarse en un apartamento no muy lejos de aquí. – Relató entusiasmado. Lo animaba tener a alguien como su hermano más cerca.

-¡Genial! – Pronuncie contenta por él. – Y ¿viene a descansar, o por algo en especial? – Cuestione con concernida.

-En realidad viene a grabar una participación especial en una seria que se filma aquí. Pero luego se quedará por un largo tiempo. – Revelo. Entonces continuamos hablando con tranquilidad, hasta que un momento Nicholas comenzó a descargarse, para sentirse mejor. Menciono lo penado que se sentía al principio por lo que le sucedió a Jason, pero que luego de reflexionarlo en soledad, se dio cuenta que él no era el culpable de nada.

Narra Nick:

Me sentí verdaderamente afortunado cuando llegué a casa y ella estaba allí, esperándome, para hablar conmigo, escucharme, o tan solo hacerme compañía. No encontraba alguna manera para agradecerle todo lo que estaba haciendo por mí.

-Gracias por todo, hermosa. – Exprese cariñosamente y luego le di un suave beso en la frente, mientras ella sonreía con amor.- ¿Quieres que cenemos juntos está noche? – Pregunté.

-Aceptaría… pero tengo una presentación en una fiesta importante. Tengo que interpretar tres o cuatro canciones. – Contó. – La directora me pidió que lo hiciera. – Menciono por ultimo.

-¡Buenísimo! Yo te acompañaré, si tú quieres, claro.- Propuse con alegría. Y ella acepto encantada. – Y ahora, si quieres tu puedo ayudar a ensayar ¿Te parece? – Exprese entusiasta por apoyarla y ayudarla en todo eso. Y de inmediato nos fuimos al colegio donde ella practico cerca de dos horas mientras yo la aconsejaba y le daba algunas sugerencias sobre cómo debía hacerlo. Luego de eso, yo volví a mi apartamento a darme una ducha y prepararme para asistir a la fiesta junto a ella, solo para verla. Cuando regrese a buscarla, estaba muy bella, hermosa. Llevaba puesto un vestido violeta, que le llegaba hasta arriba de rodilla, y tenía piedritas brillosas, y le sentaba completamente perfecto. Además la sonrisa que traía puesta en su rostro la hacía ver aún mejor. No alcance a alagarla porque ella comenzó a mencionar lo nerviosa que estaba.

-Nicholas, estoy demasiado nerviosa, no sé si podré hacerlo. No sé cómo me veo y… - Emprendió a expresar pero la interrumpí de inmediato.

-Evelyn, lo harás excelente y estás hermosa, eres hermosa. – La alenté dándole confianza, y expresando sinceramente la verdad, lo que veían mis ojos.

-Si no fuera por ti, todavía no hubiera cruzado la puerta de mi habitación. – Dijo graciosa y seguimos riendo. Subimos al auto, y desde ahí nos dirigimos al lugar del evento. Comimos algo rápido que servían, hasta que llegó la hora en que mi novia debía realizar su performance. Y después de veinte minutos de espera, al fin salió a brillar al escenario. Ella comenzó a hacerlo sensacional, cantaba, tocaba el piano, y se movía por todo el escenario como toda una profesional. Que agradable era verla lucirse allí. En el escenario iba todo genial, pero entre el público observe a Lucas. Él también me vio y me dirigió instantáneamente una mirada de odio. Luego no volví a girar para verlo, pues realmente no quería hacerlo. Me enojaba y me molestaba demasiado verlo allí. Y además solo quería concentrarme en ella. Evelyn al terminar agradeció a la gente que no paraba de aplaudirla, y bajo del escenario dirigiéndose directamente a ser rodeada por mis brazos. En ese momento exprese nuevamente lo excelente que hizo su trabajo, y la bese con cariño. Después se acercaron varias compañeras para felicitarla, y aprovechando el momento, la deje hablando con ellas, y fui hacia donde estaba Lucas que no hacía más que observarla todo el tiempo fijamente.

-¿Qué pasa pensaste que me iría fácilmente? – Cuestiono Lucas.

-Solo vengo a pedirte de buena manera que te alejes de ella. – Reclame un poco enojado halando con seriedad.

-No me lo pidas, porque no lo haré. – Se negó. – Es más, Nicholas, yo estoy aquí para alejarla de ti como sea. – Advirtió.

-¿Alejarla de mí? Jamás lo voy a permitir. – Exprese claramente.

-Es tu deber, tú debes alejarte de ella. Me enteré en todo eso que tu andas ¡La estás exponiendo! ¡Tú no la amas! – Reprocho un poco furioso. Pero yo me enfurecí aún más, porque estaba cuestionando mi amor por ella, algo que solo yo sentía, él no podía saberlo.

-¿Estás diciendo que yo no la amo? – Indague algo alterado. – Sabes, tu eres el que no la ama. ¿Qué crees? ¿Qué no me enteré de todo lo que le hiciste? – Pronuncie con disputa.

-Yo si la amo. – Insistió cambiando de tema.

-No lo creo. ¿Esa es tu forma de amar? ¡Mintiéndole, engañándola, maltratándola y hasta obligándole a hacer cosas que no quería! – Reprendí aún más exaltado que antes. - ¡Guau, que hermosa manera que tienes de amar! – Acoté con ironía, provocando por un momento su total silencio. Creo que iba a responder algo, pero Evelyn justo llego en ese momento, interrumpiendo nuestra discusión, que quien sabe cómo hubiese acabado si ella no llegaba.

-¿Qué está ocurriendo Nick? – Preguntó aferrándose a mi brazo derecho.

-Le estoy aclarando algunas cosas. – Conteste. – Pero ya terminamos. Tú no te preocupes. – Dije.

-Nicholas disfruta tu tiempo con ella, sé que no será mucho. – Expreso amenazante.

-Eso lo veremos. – Pronuncie desafiándolo. El volvió a mirarme con odio y bronca, y sin decir más nada se fue, desapareciendo del lugar.

-Evi, no digas nada. Quédate tranquila que todo está bien. Vamos a disfrutar de la fiesta ahora ¿Está bien? – Propuse ahora sí, un poco más tranquilo.

-¿Pero… que paso? – No pudo evitar cuestionar.

-Lo vi y le ordene que se alejara de ti. No puedo soportar verlo cerca. – Exprese sincero. – Pero, mañana charlamos sobre esto. – Mencione cambiando de tema. Ella no hizo más que buscar mi mano para quedar entrelazados, y así volvimos hacia la fiesta, para seguir charlando con la gente y disfrutando el suceso.

Lucas me parecía un tipo idiota pero no pude evitar seguir pensando en aquellas palabras que dijo “Me enteré en todo eso que tu andas ¡La estás exponiendo!” aunque no porque él lo menciono lo recapacitaba, si no que todas las noches me dormía especulando sobre eso, en que no le sucediera nada malo por mi culpa. Y quería confiar que no iba a ocurrirle nada malo, pero muchas veces sentía cierta inseguridad, y de verdad puedo llegar a matarme si alguien la lastima especialmente por mi culpa. No tendría palabras para describir lo horrible que se sentiría eso.

26 de noviembre de 2011

Capítulo 17: Estaré aquí cuando me necesites.


Narra Nick:

Luego de aquella situación con Lucas, ella todavía seguía un poco tensa. Así que la ayude a tranquilizarse un poco para poder empezar a trabajar, pero primero la invite a dar un paseo por New York, solo para tomar un poco de aire fresco. La acompañe a su habitación a buscar sus cosas, y luego salimos caminando del colegio. Le propuse que tomáramos un helado, y ella acepto encantada. Así que fuimos hacia la heladería, y allí pedimos nuestros sabores favoritos, para luego, seguir transitando la zona más tranquila y pura de la ciudad.

-¿Estás mejor? – Pregunté atento. Ella sonrió cálidamente y luego respondió.

-Sí, yo estoy mejor. Pero… ¿tu cómo estás? – Se preocupó. - ¿Cómo siguen tus cosas? – Agrego amablemente.

-Bien. – Dije algo inseguro. – En realidad la única persona que más podía ayudarme con esto, se fue de vacaciones. – Conté.

-¿De vacaciones? – Cuestiono un poco confundida.

-Sí. Mejor dicho se borró. No quiere hacerse cargo del problema que armo. – Me queje. Realmente la situación era así. – Pero… al menos ahora tengo algo mejor. – Acoté. Y ella sonrío.

-¿Qué es? – Preguntó.

-A ti. – Respondí al mismo tiempo que me acercaba aún más a ella y la aferraba a mi cuerpo tomándola de la cintura. Luego la bese cálidamente con dulzura.

-Es bueno saberlo. – Susurro algo tímida. Seguimos caminando así, entrelazando nuestras manos y platicando sobre todo. Era tan placentero pasar el tiempo así. Realmente me olvidaba de todos mis problemas que todavía seguían presentes. Después de pasar durante unas dos horas, regresamos al colegio, ahora si a trabajar. Debía ayudarla a preparar sus primeras canciones. Y sinceramente no era una labor para mí, pues lo hacía con gusto, era apasionante para mí crear música, y ayudar a los demás en eso. Además tenerla a ella a mi lado, lo hacía aún mejor. Me inspiraba aún más.

-Tenía canciones escritas, pero las olvide en el estudio de Jason. ¿Me acompañarías a buscarlas? – Pregunté entusiasmado.

-Sí, claro. Como tú quieras. – Acepto.

Entonces nos fuimos los dos hacia mi auto, y nos subimos allí. Comencé a dirigirme hacia el lugar indicado, hasta llegar. Al bajar del auto le indique a ella que me siguiera por detrás. Llegue a la puerta, y me di cuenta que estaba abierta. Realmente me pareció muy extraño, porque él siempre tiene todo muy bien cerrado. Igualmente decidí entrar, quería averiguar que rayos había ocurrido.

-Evi, espérame aquí afuera ¿sí? – Pedí.

-Está bien, pero… ¿Por qué? ¿Paso algo? – Cuestiono confundida.

-No lo sé… la puerta está abierta, me parece raro. – Explique.

-Entonces te acompaño. No voy a dejarte solo. – Expreso un poco preocupada. Por un momento lo pensé y supe que era mejor dejarla entrar conmigo, y no que se quedará esperando afuera, totalmente sola.

-Bueno, ven conmigo. – Acepte y la tome de la mano. Comenzamos a caminar cautelosamente por el lugar. Era bastante grande, así que había que tener un poco de precaución, quien sabe con qué nos encontraríamos. Revisamos el living, la cocina, el comedor y hasta las habitaciones y no hallamos nada. Pero al llegar al lugar del estudio, si nos encontramos con algo totalmente horrible e inesperado. En un instante Evelyn estaba de espaldas a lo descubierto, aferrada a mí, apoyando su rostro en mi hombro. Y al contemplar esa imagen mi piel se estremeció totalmente, un sudor frío recorrió mi cuerpo entero, mi corazón se aceleró de repente y no hice más que cerrar mis ojos por un momento. El cuerpo helado de Jason yacía allí, sobre el rígido piso. El jamás había abandonado New York, nunca se fue de vacaciones, siempre estuvo ahí, esperando que alguien lo encontrase, ya muerto. Supongo que los Richardson tramaron todo esto, que es completamente cruel. Sé que es una advertencia para mí, y la peor de todas.

-Sácame de aquí Nick, por favor. – Pidió mi novia que no hacía más que temblar del espanto y el pánico. Instantáneamente salimos de esa sala, y nos sentamos sobre un gran sillón que vimos allí. Los dos estábamos totalmente en shock, ninguno de los dos lograba reaccionar inteligentemente. Pero solo era yo el que debía hacerse cargo de todo esto. No hacía más que sostener mi cabeza entre mis manos, pensando que debía hacer.

-Quédate aquí. Llamaré a la policía, a una ambulancia para que lo saquen de allí. – Indique. - ¡Mierda! – Grité elevando un poco mi tono de voz al mismo tiempo que golpeaba un mueble, a causa de la bronca y el dolor que se estaba produciendo dentro de mí. Noté como los ojos de mi chica se exaltaban aún más al ver mis lágrimas deslizarse por mi rostro. Ella se puso de pie de inmediato y corrió a consolarme.

-Nick, tu eres muy fuerte. Esto va a pasar, y… y lo vamos a superar. – Dijo abrazándome para fortalecerme.

-No lo sé. – Exclame quitándome algunas lágrimas. – Esta vez Jason fue la víctima, pero podría haber sido cualquiera, mi madre, mi padre, mis hermanos… o tú. – Exprese con dolor. – Ya no sé qué hacer. – Acote débilmente.

-Vas a salir adelante, todo tiene solución, Nicholas. – Me animo. – Y ¡Escúchame! – Indico haciendo que la observara directamente a los ojos tomando mi rostro con sus manos. – Yo estaré contigo, estaré aquí siempre porque te amo. – Pronuncio con sinceridad.

-De verdad, no sé qué haría ahora sin ti. – Confesé abrazándola con fuerzas, presionándola sobre mi cuerpo, rodeándola con mis brazos mientras yo sentía los suyos alrededor de mi cuerpo. Nos quedamos unos largos minutos así. Hasta que la solté para hacer lo que debía. Llamar a la policía, contarles lo sucedido. Y que pudieran sacar el cadáver de Jason de ahí, aunque suene muy crudo decirlo así, pero era la realidad. Cuando llego toda la policía, comenzaron a revisar toda la casa, y antes de que yo pudiera contar sobre los Richardson, sacaron la conclusión de que todo había sido un asalto, y que a causa de eso lo asesinaron. ¡Claro! Ahora entendía un más su plan… lo asesinaron y dejaron todo arreglado para aparentar un asalto. Esos hombres no eran nada idiotas, pero la seguridad, sí. Estuvimos como cinco horas ahí, esperando a realizaran todo. Hasta que nos dejaron regresar. Estaba totalmente cansado, quería ir a mi casa y ducharme de inmediato pues todavía no podía dejar de sentir ese horrible olor que había en la sala de estudio. Mientras íbamos en el auto, llegamos y estacione justo frente al colegio.

-¿Estás bien linda? – Pregunté a Evelyn que se había mantenido en silencio durante todo el camino.

-Sí, estoy bien. – Contesto.

-Perdón. Vienes a New York en busca de una mejor vida y yo te hago vivir todo esto. De verdad lo siento mucho, soy una basura. – Me disculpe con sentimiento.

-No digas eso. – Dijo en desacuerdo con mis palabras. – Eres la mejor persona que he conocido desde que llegue aquí. No eres una persona mala, ni una basura. Eres una buena persona a la cual le han sucedido muchas cosas malas. Pero como tú me dices siempre… ten fe. – Me alentó. Yo no hice más que abrazarla otra vez y luego la bese con ternura rápidamente. Luego bajo del auto, e ingreso a la escuela. Los dos necesitábamos tiempo, para descansar. Al entrar a mi casa lo primero que hice fue llamar a mi familia y contarles lo que había ocurrido. Todos se alarmaron por completo, y me dijeron que en la mañana estarían aquí. Luego de eso entre a darme una ducha, para despejarme un poco. No comí, no tenía nada de hambre. Lo único que hice fue acostarme en mi cama, con los ojos totalmente abiertos pues no podía conciliar el sueño, no lograba dejar de pensar en todo lo sucedido, no podía pretender olvidarme de aquellos hechos, y esa horrible imagen que vi con mis propios ojos. Aprecia una y otra vez en mi mente, y no conseguía dejar de sentirme el culpable… de todo.

Narra Evelyn:

Realmente era terrible y aterrador todo lo que estaba sucediendo. Luego de ducharme rápidamente, me recosté en mi cama. Todavía seguía paranoica y muy asustada por lo sucedido. Mi corazón seguía latiendo más rápido de lo normal, sentía que mi anatomía seguía tiritando con miedo. Ya presentía que no podría dormir en toda la noche. Quería hablar con Nicholas, pero a la vez sentía que debía darle su tiempo para procesar las cosas. Esto era demasiado para él, era consiente de todo el dolor que le habían provocado, de todo el malestar que seguramente llevaba dentro de él. Fue en medio de la madrugada cuando mi celular sonó. Yo tenía mis ojos entre abiertos, deseaba dormirme pero no podía hacerlo. Observe la pantalla y era un mensaje de texto de Nicholas.

“¿Tu tampoco puedes dormirte?” – Decía en el mensaje. Al instante lo respondí.

“Yo tampoco puedo hacerlo. Quiero estar contigo.” – Conteste con sinceridad.

“Entonces solo abre la puerta” – Indico. Y así lo hice, observándolo a él, allí parado. No pude evitar sonreír entre todo el dolor. Ese gesto de su parte fue muy tierno y considerado, sentir que él también quería estar conmigo era magnífico. Por su parte, no me dejo emitir alguna palabra, pues se apegó a mí de repente, envolviéndome cálidamente con sus brazos y sellando mis labios con los suyos, besándome con mucho afecto.

-Tú eres la única que puede hacerme sentir bien.- Confeso mirándome directamente a los ojos. – Quédate conmigo siempre. – Pidió mientras me aferraba sus brazos.

-Siempre lo estaré, nunca me iré. – Prometí juntando nuestras miradas, mientras observaba caer algunas lágrimas de sus ojos. Podía notar su sensibilidad a la perfección, necesitaba a alguien que lo amará de verdad y lo ayudará en todo esto. Nada era fácil para él, y siempre se intentaba mostrar fuerte. Desde que llegue aquí, Nicholas fue el único que me dio esperanzas, y me ayudo a empezar a mejorar mi vida. Estuvo cuando yo lo necesite, en todo momento. Ahora el precisaba de mí, y yo también estaba allí, frente a él, para darle todo lo que pudiera, y brindarle lo mejor de mi ser. Desde ese momento, supe que nos teníamos el uno al otro, y que nunca nos abandonaríamos.

[¡Hola! Mil perdones por tardar tanto en subir, lo que pasa es que estoy muy cansada con las cosas del colegio, pero ahora me hice un tiempo y pude escribir. Odio tardar tanto, no me gusta hacerlas esperar. Bueno, en este capítulo pasa algo muy importante, porque ya la novela comienza a tornarse un poco más oscura... Espero que les guste. Las quiero ♥]

21 de noviembre de 2011

Capítulo 16: Sé que te amaré siempre.


Narra Evelyn:

Después de ese día “diferente” junto a Nicholas, supe desde un principio que ahora las cosas serían distintas. El estaría para mí, y yo para él, todo el tiempo, sin importar nada más. Era extraña y linda a la vez la conexión que establecimos desde que nos conocimos. Nunca me sentí incomoda con él, siempre pude mostrarme tal y como soy, y creo que a él también le sucede exactamente lo mismo. Siento que lo conozco desde hace mucho tiempo atrás, como si hubiéramos compartido el tiempo desde que nacimos. Jamás pensé en encontrar una persona así. A decir verdad, algunas veces lo soñé, pero no se me paso por la cabeza que ese momento llegará finalmente. Luego de salir de la casa de Nick, llegue hasta el colegio, y me dirigí a mi habitación. Me di una ducha rápida, y me prepare como acostumbraba para empezar con mi día, que seguramente sería un poco frustrante porque debía arreglar mis asuntos con Lucas.

Cuando llegue a la sala donde se encontraba un piano, y que la directora me había cedido especialmente para mí, noté que estaba Lucas esperándome. Estaba sentado y sonrío al verme. Me detuve un instante antes de acercarme más y él se puso de pie.

-Hola. – Dijo.- ¿Cómo estás? – Pregunto rápidamente.

-¿Cómo crees que estoy después de lo que hiciste ayer? – Respondí sin saludarlo.

-No quise hacerlo… tú me obligas. – Contesto defendiendo su actitud.

-No empieces de nuevo. – Lo interrumpí. – No entiendo que haces aquí. Tú no sabes nada sobre esto. - Indagué.

-Estoy aquí para ayudarte. – Expreso.

- No lo haces. Ni puedes hacerlo. ¿Qué sabes tú sobre música o de manejar la carrera de una artista? – Volví a cuestionarlo nuevamente.

-En eso puede que tengas razón, pero no es un motivo para irme. Tu padre me dejo a cargo. – Pronuncio firme.

-Lo sé, pero no te necesito aquí. Quiero que te vayas. – Exigí.

-Sí, tú me necesitas aunque lo niegues. Tu amiga se fue, y por lo tanto tú estás sola ahora, como siempre lo estuviste. – Exclamo haciendo que esas palabras llegaran a lo más profundo de mí abriendo nuevamente aquellas heridas que ya estaban cicatrizadas. Estuve a punto de responderle, pero una voz conocida interrumpió.

-Ella ya no está sola. Yo estoy aquí para ella. – Expreso Nicholas entrando hacia la sala y dirigiéndose justo hacia nosotros. Supe que él había estado escuchando nuestra discusión, o al menos la última parte. Mi reacción al verlo allí fue solo una sonrisa de satisfacción. Eso lo decía todo.

-Já. Y haber… ¿tú quién eres? – Pregunto Lucas burlonamente.

-Soy su novio. – Contesto Nicholas firme y seguro. Y los dos se miraron desafiantes. Lucas emitió instantáneamente un gesto de confusión, pero no tardó en responder.

-Ah bueno, debí saber que no tardarías en encontrar a alguien para llevar a la cama. – Dijo un poco furioso con ironía. Yo solo lo mire indignada, otra vez volvía a sentir el asco que me causaba oír sus palabras, y más aún cuando eran puras mentiras.

-¿Qué acabas de decir? – Cuestiono Nick también molesto por las palabras de Lucas.

-Que tu novia es una perra. – Me insulto.

-¿Cómo te atreves a decir eso? – Disputo Nicholas acercándose mi ex novio un poco furioso.

-Tú acabas de conocerla, no sabes nada sobre ella. Ya lo veras, con el tiempo. ¿Quieres que te describa con cuantos chicos se acostó? – Respondió Lucas intentando dar una mala imagen de mí.

-Por favor Lucas, deja de mentir y veté de aquí de una vez. – Pedí un poco débil totalmente ofendida por su humillante y dañoso vocabulario. - ¿Todavía no eres consciente de todo el daño que me hiciste? – Pronuncie dolida, con los ojos cristalizados por las lágrimas que amenazaban con demarrarse.

-Todo lo que hice, te lo merecías. Por ser una estúpida… - Regreso a insultarme pero Nicholas lo interrumpió nuevamente.

-¡Déjala en paz! – Exigió levantando un poco su tono de voz.- No sé qué es lo que quieres, pero no voy a permitir que la lastimes otra vez. – Expreso protegiéndome. Lucas solo nos observó a los dos irónicamente.

-Te vas a arrepentir. – Amenazo mi ex novio. – Ahora me iré, pero tienes que saber que tu propio padre me dejo a cargo a mí de todo esto… Así que, deberás aceptarlo. – Exclamo por última vez retirándose del lugar, cerrando la puerta con fuerzas, haciendo que su sonido se escuchara a lo lejos con potencia.

Todavía no lograba comprender porque tenía que hacerme sentir de esa manera. Sentía que estaba obsesionado conmigo, y que quería tenerme entre sus garras de todas maneras. Llevaba una impotencia dentro de mí, un gran nudo en la garganta que no podía sacarlo de mí, unas ganas inmensas de gritarle cuanto lo odiaba, y que lo único que deseaba era verlo muy lejos de mí. Porque solo me ha hecho daño. Siempre prometía cosas, y jamás las cumplía. Fue hipócrita, y eso me trajo demasiados problemas. Nunca supo lo que verdaderamente quería, y eso muchas veces me hizo dudar de su amor. Jugo conmigo. Solo estaba ahí cuando le convenía. Y cuando se dio cuenta de que nadie podía quererlo, ni hacerlo sentir como yo, regreso arrepentido, y estúpidamente le di otra oportunidad. Y… ¿Para qué? Fui un idiota al abrirle mi corazón de nuevo, pero esta vez con más confianza, pensando que las cosas mejorarían, que él había entendido lo que yo realmente quería en una relación. Pensé que ya no me sentiría incomoda a su lado, que ya no le interesan las demás chicas, que yo era su única mujer. Pero… ¡no fue así! Me engaño otra vez. Fingió, mintió, me uso nuevamente. Y ahí me di cuenta que lo nuestro ya no podría funcionar más, que debía dejarlo en el pasado y olvidarlo como sea. Que el daño que me hizo ya era suficiente. Debía ir en busca o esperar algo mejor para mí. Él era todo lo que yo no quería. Cuando pensé que ya no iba a buscarme ¡regresa! Con su ironía, su sarcasmo, sus mentiras, su inútil forma de ser. Sinceramente, no quiero volver a soportar esta situación. No aspiro ser arrastrada a sus miserias… otra vez.

En ese instante luego de que él se fue, lo miré a Nicholas con los ojos totalmente cristalizados por las crueles palabras que había oído hace unos minutos.

-No quiero soportar esta situación otra vez, no quiero sentirme como solía hacerlo antes. – Exprese con desánimo. - Con toda esa tristeza inmensa aquí. – Acoté señalando mi pecho con las dos manos.

-Oye linda, cálmate. – Me animo Nicholas abrazándome cálidamente. Luego de unos segundos volvió a despegarse de mí, para seguir hablando. – No tienes que permitir que él te haga sentir mal. Intenta no darle importancia a sus palabras. Ignorarlo. – Aconsejó. – Y si sigue insistiendo, esta vez yo estoy aquí para detenerlo. – Exclamo protector, brindándome una seguridad que me hacía sentir a salvo. Yo instantáneamente al oír esas palabras me sentí completa y no pude evitar sonreír de la felicidad que me causaba tener una persona como el a mi lado, que al hablar me miraba a los ojos dándome confianza, que con tan solo escuchar su voz me tranquilizaba, tenía la cualidad de hacerme sentir muy querida, y sobre todo, que no estaba sola en esto.

Narra Nick:

Realmente me sentí muy molesto por la actitud de ese tal Lucas. No me parece un chico inteligente, sino más bien un tipo muy idiota. Y eso de verdad puede ser peligroso. ¿Tratar a una chica de esa manera? Eso no es ser un hombre. Me enojo oír sus palabras. Creo que no me pase de los límites porque no soy una persona agresiva, ni violenta, pero a decir verdad merece que alguien lo golpee. Pero dejando afuera ese disgustoso acontecimiento, puedo decir que las cosas iban mejorando un poco. Al menos para ella… pues yo todavía seguía con mis problemas personales. No sé qué rayos ocurrió con Jason que no puedo ponerme en contacto con él, pero su hermano me revelo que se tomó unas largas vacaciones en otro país, porque ya estaba harto de todo. Y eso me hacía sentir un poco perdido, pues no tenía quien me ayudará con todo, aunque afortunadamente los Richardson, no han enviado ninguna advertencia todavía, y eso me pone un poco más tranquilo, aunque no tanto. Sin embargo, hay algo que me hace sentir completamente bien… y es el saber que estoy amando a alguien que se lo merece, y que es feliz por mí. Una persona que se sintió sola por mucho tiempo, pero por mi descubrió que hay gente que si vale la pena realmente. Y desde hoy prometo, y sé, que no dejaré de amarla nunca.

[¡Hola chicas! De verdad GRACIAS a todas por los comentarios, y la buena onda que me tiran SIEMPRE, son las mejores.]

18 de noviembre de 2011

Capítulo 15: Todo lo que necesito eres tu.


Narra Nick:

Al comienzo intente tomarme las cosas con calma. ¿Por qué iba a suceder algo malo? Tal vez discutió con alguien, y solo salió a tomar un poco de aire por la ciudad. Pero no podía quedarme tranquilo sin saberlo. Además había olvidado su teléfono celular en su apartamento, y admito que eso me parecía un poco extraño, pues siempre lo lleva con ella a todas partes. Así que tome una clara decisión, le dije a la directora que mi avisara si Evelyn no llegaba en una hora. Ahí si iba a ser preocupante realmente. Y así fue. Paso más de una hora y ella no regresaba. Ya era de noche, el cielo estaba oscuro, y la hora se tornaba inadecuada para seguir rondando por las calles ese día. No lo pensé más. Tomé las llaves de mi automóvil, y al instante subí al mismo, y comencé a dirigirme hacía algún lado… donde pudiera encontrarla. Busque por los primeros lugares de la ciudad donde tal vez podría estar, pero no estaba. Luego seguí por la zona céntrica, donde había muchas personas, pero sé que no sería difícil distinguir a ella. Estuve cerca de una hora buscando allí, hasta que me dirigí hacia una plaza que estaba un poco más alejada de toda gente, y finalmente la vi sentada sobre un largo banco. Estaba sola. No había nadie más. Estacione el auto frente a la plaza, e inmediatamente me baje, y comencé a caminar hacia ella. Al contemplarla más de cerca, noté que había estado llorando. Podía ver sus ojos cristalizados, sus mejillas enrojecidas, y la expresión afligida en su rostro. Pero cambio un poco al verme, le robe una pequeña sonrisa que luego se esfumo nuevamente.

-¿Qué haces aquí? – Pregunto confundida.

-Vine a hacerte compañía. – Respondí. Ella volvió a sonreír y atreves de un gesto me invito a sentarme a su lado.

-¿Cómo me encontraste? – Cuestiono con curiosidad.

-Te busque por todos lados. Por toda la ciudad. – Revele. - ¿Estás bien? Sabes que a mi puedes decirme la verdad. – Exprese preocupado y otorgándole confianza.

-No, no estoy bien. – Contesto algo encortada por su llanto que otra vez regresaban a sus ojos. En ese momento la atraje aún más hacia a mí, y acaricie su rostro con cariño, quitándole algunas lágrimas que se mantenían allí.

-No te pongas mal… - La alenté. - ¿Quieres decirme que sucedió? – Insistí.

-Creo que es algo estúpido... Pero igual voy a contarte. – Dijo decidida a hablar. – Nunca te hable de él, de Lucas. Es mi ex novio. Mi padre y su padre son grandes amigos, por lo tanto lo adoran. Y mi papá lo envió aquí para que me ayudara con mi carrera, y lo que menos quería era verlo.- Contó entre suspiros de agotamiento.

-Pero… ¿Ya te encontraste con él? – Indague. Juro que por un momento pensé que ella seguía sintiendo cosas por él, pero luego esos pensamientos cambiaron totalmente.

-Sí. Fui a mi habitación hace unas horas… discutimos. Me quiso besar y bueno… yo moví mi cara e intente separarme de él. Y luego me fui porque me dio asco, no quiero verlo más. – Explico disgustada. – Tengo miedo de que todo aquí se termine por su culpa. – Acoto antes de dejarme hablar. Ahora comprendía perfectamente lo que había sucedido. No conocía a su ex novio, pero me molestaba demasiado lo que había hecho. Ella solo me miro con los ojos húmedos, suplicando su mirada que por favor la sostuviera entre mis brazos, que lo único que necesitaba en ese momento era un simple abrazo reconfortante. Y así lo hice. La rodee con fuerzas, consolándola entre mis brazos, brindándole un refugio donde podía sentirse mejor.

-Te aseguro que esta vez las cosas van a ser mejores. – Prometí decidido a hacer cargo de que nadie arruinara sus planes. Cuando nos separamos ella me miró fijamente a los ojos.

-Tú siempre haces todo mejor. – Pronuncio y luego me regalo con dulzura una hermosa sonrisa que cambio todo. En ese instante me di cuenta que desde el principio siempre la había mirado con otros ojos. Que era mucho más que una simple amiga, o una gran artista. Esa chica valía mucho más que eso para mí, la mujer que ese momento tenía frente a mí, no tenía precio. No pensé un segundo más en lo que haría. Y sin previo aviso me acerque a ella con entusiasmo y finalmente la bese. Lo hice suavemente, pero con pasión. Recorrí cada centímetro de sus labios saboreando el exquisito sabor de los mismos. No podía detenerme, no quería y no podía hacerlo porque ella había correspondido a mis actos y seguía aun apegada hacia a mí por aquel beso. Luego, al separarnos la abrace otra vez y la bese cálidamente en la frente. Eso hizo aun el momento más dulce y tierno. Hubo una fuerza que nos unió, algo que nos dio la ilusión de vivir el momento. Solo quería abrazarla, consolarla, estar con ella, probar sus labios, simplemente, hacerla feliz.

-¿Estás mejor ahora? – Pregunte con entusiasmo.

-Mucho mejor. – Contesto con seguridad y volvió a sonreír.

-Hagamos algo mejor… vamos a mi casa, cenamos, vemos unas películas, hablamos un poco… ¿Quieres? – Propuse contento.

-Me encanta la idea. – Acepto. Entonces me levante antes que ella y la tome delicadamente de la mano, incitándola a que me acompañe. Ella se puso de pie y me siguió. Al llegar al auto primero abrí su puerta invitándola a subir, y luego me amparé sobre el asiento del conductor y maneje hasta mi casa. En el camino solo íbamos charlando y escuchando un poco de música. En mi hogar esperamos a que la comida estuviese lista, y luego cenamos juntos.

-Está muy rico. – Me halago.

-Gracias. Todo lo que se sobre cocina lo aprendí de Joe. – Conté.

-Lo hiciste muy bien. – Expreso nuevamente con seguridad. Luego de cenar traje un poco de helado, y más tarde nos sentamos en el sofá a ver las dos películas. Sinceramente no le prestamos demasiada atención, realmente solo vimos una de ellas. Y luego estuvimos hablando entre besos. No sé en qué momento cerramos los ojos y nos quedamos dormidos sobre el sillón. Desperté en la madrugada, exactamente como a las tres. Sé veía tan linda durmiendo… no quería despertarla. Entonces la cargue suavemente en mis brazos y la lleve hasta mi cama, donde me acosté sutilmente a su lado, cubriéndonos a los dos una frazada. Luego solo me dormí con tranquilidad, sabiendo que la tenía a mi lado, y principalmente… que estaba bien.

Narra Evelyn:

Abrí los ojos y lo primero que observe fue la imagen de Nicholas durmiendo y abrazándome afectuosamente con ternura. Realmente, no hay nada mejor que eso. De un día para el otro pensé que las cosas en mi vida volverían a tornarse como antes, pero después de todo, las cosas cambiaron para bien, ahora sé que todo será diferente con él a mi lado. Finalmente llego a mi vida lo que necesitaba… un gran chico como él. Ahora me siento más seguro, mucho más feliz, y esencialmente ¡Con ganas de cumplir todas y cada una de mis metas!

Luego de unos minutos de que yo desperté, el también abrió los ojos. Sonrió complacido al verme que seguía allí, a su lado.

-¿Cómo dormiste? – Pregunto acariciándome el cabello.

-Muy bien… contigo mucho mejor. – Respondí. Sin decir más nada se levantó de la cama y fue en dirección a la cocina. Dijo que prepararía el desayuno. El cual lo tomamos rápidamente porque yo debía regresar al colegio. Pero antes de poder atravesar la puerta de salida Nicholas me detuvo.

-Evelyn yo… bueno, creo que dimos un gran paso hoy. – Expreso nervioso. – Y solo… yo quería preguntarte algo. – Menciono mirándome a los ojos.

-Lo que quieras. – Pronuncie segura sospechando ilusionada la pretensión de Nick.

-Yo quiero que tú y yo seamos más que amigos. – Aclaro. – Pero, tú sabes, no quiero poner en peligro tu vida. – Explico y luego se acercó y tomo mi mano con delicadeza.

-Yo no me siento en peligro contigo. – Dije sincera. – Realmente tu eres la única persona que me ha hecho sentir feliz después de mucho tiempo. – Confesé.

-Entonces ¿Tú estarías dispuesta a ser mi novia? – Pregunto respondiendo a mis insaciables ansias de escuchar esas palabras. Cerré los ojos por un momento y solo sonreí con felicidad.

-Estoy dispuesta a eso y más. – Respondí en cortas palabras y solo me acerque para besar sus labios irresistibles que no hacían más que pedir a gritos ser unidos con los míos. – Ya debo irme. – Dije despegándome de él.

-Nos vemos en un rato, linda. – Exclamo robándome otro beso. – Cuídate. – Agrego.

Sinceramente era todo muy extraño lo que estaba ocurriendo. De repente las cosas se daban vuelta. Cuando creí estar cayendo otra vez, algo me detuvo y me hizo regresar a ponerme de pie. Tengo un nuevo motivo para ser feliz y sonreír a cada mañana, él es un chico maravilloso, exactamente lo que necesito. Lo tiene todo.

[¡Hola chicas! Gracias otra vez por los lindos comentarios que me dejaron, me alegra mucho leerlos, y más ahora que no la estoy pasando muy bien en mi vida personal. También conteste las nuevas preguntas que me dejaron, aquí están:

“¿Nick siempre será el interés romántico de Evi? – Anónimo”

♦ Si, Nick siempre será el único amor “verdadero” para ella, aunque seguramente habrá alguno que quiera conquistarla.

“¿Que hizo ese tal "Lucas" en tu vida? ¿Cuantos años tenes? – Denu – Valdez. ”

♦ Ese tal “Lucas” es mi ex novio, que en pocas palabras me mintió, me ilusiono, y me hizo sufrir. Hace muy poco me entere un montón de cosas que me dolieron demasiado, y una forma de “descargarme” es reflejando en un personaje de mi novela, lo que él era o fue conmigo, aunque un poco más exagerado. Y Tengo dieciséis años.

“¿Lucas y Carl tienen algo que ver con las personas que buscan a Nick? - @prisci_eveelyn”

♦ Lucas solo es el ex novio de Evelyn, y Carl un nuevo asistente del colegio, realmente no puedo contestar esta pregunta, porque poco a poco se van a dar cuenta de las cosas.

“¿Cuantos capítulos va a haber? ¿Habrá segunda temporada o algo por el estilo? – Air”

♦ Sinceramente todavía no pensé mucho en eso, aunque seguramente habrá 50 o 60 capítulos, y tal vez, depende de como se den las cosas, puede que haya una segunda temporada (aunque no creo).

► “¿Habrá tres chicos interesados por Evelyn? ¿Maya va a ser una chica mala? - @MyDjDangerJJ”

♦ Probablemente sean tres, pero no todos estarán interesados en su “amor”, si no que buscaran algo más de ella. Y Maya si será una chica mala, ya que se enfrentará con Evelyn varias veces, y hará hasta lo imposible para conseguir lo que desea.

Muy bien, acá están las preguntas que me dejaron. Y saben que si quieren hacerme otras preguntas, solamente me las dejan en un comentario, y yo en mi próximo post las respondo ¡A TODAS! Las quiero mucho ♥]

14 de noviembre de 2011

Capítulo 14: No quiero ver tu rostro otra vez.


Narra Evelyn:

Esa tarde la directora me cito para hablar en su oficina. Tenía algunos temas pendientes que tratar conmigo. Así que inmediatamente me encamine hacia allí, y toque la puerta unas tres veces hasta que alguien abrió. Era su asistente, Carl. El me sonrió al verme, y me dio autorización para ingresar al despacho, indicándome que me sentara en la silla frente al escritorio de la señora Milevich, que al verme se aproximó un poco más hacia a mí para platicar con comodidad.

-Seguramente quiere saber qué es lo que sucede. – Expreso con certeza.

-Sí, así es. – Respondí breve.

-Bien… empezare por decirte que todos los profesores concuerdan que has estado distraída en tus últimas clases. – Explico. - ¿Qué piensas con respecto a eso? – Preguntó atenta.

-No creo que sea tan así… digo, hace poco tiempo llegue aquí, y bueno, me estoy adaptando, estoy conociendo cómo funcionan las cosas. – Me defendí. Aunque esas no eran las verdaderas razones por las cuales mi cabeza estaba en cualquier lado.

-Espero que puedas concentrarte un poco más. Eres una de las mejores alumnas, pues, nos sorprendiste a todos con tu propia canción. Y queremos que más personas conozcan tu talento es por eso que trajimos una nueva propuesta para ti. – Indico. Al oír esas frases comencé a interesarme más en las palabras de la directora. Esta vez parecía algo realmente importante.

-¿De verdad? Quiero saber de qué se trata. – Pedí con interés.

-Tienes seis meses para preparar al menos cinco canciones para lanzar de a poco al mundo. Primero lanzaremos solo una, y si logra ser exitosa, haremos lo mismo otra vez, y si eso obtiene buenos resultados, la disquera estará interesada en lanzar tu propio CD. – Revelo. Yo solo la mire un poco asombrada por lo que estaba diciendo, y la incite a que siguiera contándome más. – Pero no eres la única, otra de nuestras alumnas, Maya Andersch, también forma parte de esto. Y sinceramente, es como una competencia. La que tenga más éxito, será la próxima en lanzar un CD. – Finalizo su explicación. - ¿De verdad estás interesada? – Cuestiono.

-Sí. ¡Muy interesada! Me entusiasma mucho todo esto, comenzare a prepararme desde hoy. – Exprese con un gran entusiasmo e ilusionada por la propuesta.

-Evelyn, espera. Hablamos con su padre sobre alguna persona que pueda apoyarte, y ayudarte a transitar el camino, y a sacarte un poco de presión. Dijo que Lucas Royers podrá hacerse cargo de eso. Ya está decidido. -

-¡No! – Me negué. - ¿Cómo puedo hacer para cambiar ese? – Indagué. No iba a permitir que justamente el manejase parte de mi vida.

-No lo sé… tal vez debe hablar con Lucas. Pues su padre dijo que no podrá comunicarse por dos meses. – Revelo. – Pero… ¿Por qué se niega tanto a esto? – Cuestiono un poco confundida por mis actitudes.

-Porque cualquier persona podría ser mejor para mí, que él. Con eso le digo todo. – Exclame un poco enojada. Pero la directora no respondió. Solo bajo la mirada emitiendo un gesto sin importancia. Me di cuenta que ese ya era mi problema, ella no podría hacerse cargo de solucionar esto. Verlo a Lucas nuevamente, era abrir otra vez las heridas que ya estaban cerradas, era revivir los horribles momentos que intentaba borrarlos de mi mente todo el tiempo. Me hizo sufrir demasiado, traspasó los límites. Con eso simplifico toda nuestra historia. Realmente me deprimía la idea de que en pocas horas estaría en New York, porque sé que querría verme, remediar las cosas, o simplemente fingir que todo estaba bien. Yo vine aquí con el objetivo de encontrar una nueva vida. Pero si traigo a ese tipo de personas de mi pasado, no creo que sea posible cumplir con mis metas.

Luego de salir de aquel despacho, me dirigí a mi habitación a ordenar un poco mis ideas. No me quedaba otra que esperar que Lucas llegara, para hablar con él e intentar que entendiera de una vez que lo nuestro ya había terminado. Mientras miraba un poco de televisión, me dormí. Desperté dos horas después cuando sentí que golpeaban la puerta de mi cuarto. Me levante rápido, acomode ágilmente un poco el cabello, y me dirigí a abrir la entrada. Era quien me imaginaba. Un muchacho alto, cabello colorado, ojos saltones color celeste, y actitud brusca que me hacía detestarlo aún más.

-Hola. – Dijo con una estúpida sonrisa en su rostro. Yo suspire fastidiada y luego pronuncie otro cortante “Hola”.

-¿Puedo pasar? – Preguntó. Asentí dándole el permiso de ingresar a mi apartamento, aunque no quería tenerlo allí. - ¿Qué sucede que estás así conmigo? – Cuestiono nuevamente por mi indiferente actitud.

-Lucas, voy a ser clara. – Pronuncie con seguridad. – Yo sinceramente no quiero más nada contigo. Hace tiempo que lo nuestro se terminó, y no comprendo porque no puedes entenderlo. – Me desquite. El me observo algo confundido y se largó a reír como un idiota. – ¿De qué te ríes? – Indague con ingenuidad.

-Vamos, no seas tan dura. – Exigió.

-No estoy sien dura. Estoy diciendo lo que siento ahora mismo. – Me defendí.

-No lo creo. – Dijo. – Sé que me amas. – Expreso inciertamente.

-Estas equivocado, Lucas. – Insistí. – Veté de aquí. – Dije echándolo de allí. En ese instante salimos al pasillo anterior a la entrada de mi cuarto.

-Si te beso ahora mismo voy a cambiar lo que sientes. – Pronuncio creyendo que así serían las cosas. Y antes de que yo pudiera decir algo me acorralo bruscamente intentando besarme, corrí mi rostro como pude para que no lo hiciera mientras apretaba fuertemente sus brazos e intentaba empujarlo.

-¡Me das asco! – Grite con total repugnancia hacia él. Y con lágrimas en los ojos salí corriendo hacia afuera. Antes de que pudiera salir del colegio la directora que justamente me cruzo allí intento frenarme pero la esquive rápidamente abandonando la institución. En ese momento mis ojos ya estaban llenos de lágrimas, mi corazón estaba acelerado y tenía una horrible sensación en el pecho. Pero solo seguí corriendo por las calles, sin destino alguno.

Narra Nick:

Aunque al principio había viajado a solo para recoger algunas cosas, decidí quedarme allí. No tenía ganas de viajar y regresar a New Jersey, solo quería descansar. Además se me ocurrió invitar a Evelyn a cenar y luego mirar unas películas en mi casa, así que salí a comprar ingredientes para preparar algo delicioso, y alquilar dos películas. Las dos de terror. No sé porque, pero eran las mejores para mirar con chicas. Nos podíamos reír y asustarnos a la vez. Luego de unas horas la comida ya estaba preparada, solo faltaba ponerla en el horno. Se acercaba la hora de cenar y llame a Evelyn a su celular. Lo intente más de tres veces pero nadie contestaba. Entonces decidí ir a buscarla, el colegio solo estaba a pocos metros de mi casa, no me costaba ir hasta allí. Al llegar a la habitación correspondiente golpee varias veces y tampoco nadie atendió. Me preocupo un poco no encontrarla a esa hora, así que jale la manija de la puerta y… ¡Estaba abierta! La busque en su cuarto y nada… ella no estaba allí. Como si presintiera algo un mal presentimiento comenzó a apoderarse de mí. No tenía más remedio, debía encontrarla de alguna manera. Velozmente fui hacia donde se hallaba la directora y le pregunte por Evelyn.

-No, no está aquí. La vi hoy, salió algo… rara de aquí hace unas horas. – Contó.

-¿Rara? ¿Qué quiere decir con eso? – Pregunte intranquilo.

-Creo que discutió con alguien… estaba acelerada. Llevaba los ojos llorosos. – Revelo. No entendía nada. No podía imaginarme que era lo que había ocurrido. ¿Dónde fue? No tenía idea por dónde empezar a buscarla. Pero igualmente estaba decidido a hacerlo. Nadie iba a detenerme hasta verla otra vez, hasta averiguar qué había sucedido.

[¡Hola! Acá les dejo el capítulo 14. Se nota que las cosas ya comienzan a tomar forma, y un rumbo especifico. Como les dije, iba a responder las preguntas que me dejaran, así que... acá están las preguntas y las respuestas:

"¿Qué es lo que le propuso Jason a Nick sobre Evelyn? - @prisci_eveelyn"

Lo que Jason le insinuó o le intento proponer a Nick, fue que ofreciera a Evelyn como una nueva artista, ya que es muy talentosa y podría reponer todo el dinero que Nick les hizo perder.

“¿La vida de la protagonista está inspirada en vos? - @1DJonasLovato”

Sé puede decir que solo una parte, en realidad es una versión “mejorada” de mi misma, me baso en algunos sentimientos que sentí, actitudes mías, o mis propias maneras de reaccionar. Algunos personajes como “Lucas” también están basados en personas que formaron parte de mi vida, pero con ciertos cambios.

“¿Cuándo se van a besar? (Está pregunta fue hecha por varias chicas)”

Lo único que puedo decir es que ese momento está muuuuuuuy cerca, ya casi está por llegar.

Listo, esas fueron las tres preguntas. Si ahora tienen otras, no hay problema, pueden dejármelas y yo las respondo en mi siguiente post. Como siempre, GRACIAS POR LEER, y por SUS COMENTARIOS. Significa MUCHO para mí. ¡Las quiero!]

12 de noviembre de 2011

Capítulo 13: Perdido en los problemas.


Narra Evelyn:

Me encontraba llorando desconsoladamente como una idiota frente a Nicholas. Al principio solo me abrazo con fuerzas… pero luego la expresión en su rostro cambio drásticamente cuando le mencione lo que sucedió, sobre aquella amenaza. Instantáneamente me miro demasiado nervioso.

-Oh, no, no puede ser.- Dijo. Yo solo lo contemple confundida.

-¿Qué pasa Nick? ¿Sabes algo que yo no sé? – Cuestiono.

-Sé tantas cosas… pero si te calmas, nos sentamos aquí tranquilos y te cuento como son las cosas. – Propuso. Yo acepte con suma curiosidad. Quería saber de una vez por todas que era eso que tanto escondía Nicholas.

Al comienzo noté que no sabía cómo empezar a revelarme la gran verdad. Pero luego sintió más confianza, y comenzó a hablarme sobre todo con más comodidad. Entabló la conversación hablando de su manager, Jason, el cual hace un año atrás firmo un contrato con una disquera que le ofrecía mucho dinero, y le garantizaba éxito. Pero como condición le pusieron que Nick debía hacer todo lo que ellos quisieran, lanzando al público una imagen totalmente falsa sobre él, pero supuestamente “Los Richardson” (dueños de la disquera) así sería más fácil atraer al público, “seducirlo”. Poco tiempo después Nicholas se entera de todo, y obviamente se niega a ser así. Pero eligió cerrar la boca, y hacer las cosas a su manera. Cuando llega la hora de hacer público todo su trabajo, el devela sus propias creaciones, desechando las de la empresa anterior. Lo cual ocasiono una gran pérdida de dinero para los Richardson, además destrozar cientos de acuerdos firmados con diferentes canales de televisión y otras fuentes importantes.

-Yo nunca pensé que ellos fueran tan peligrosos. – Pronuncio Nick. – Intente negociar con ellos millones de veces, pero no hay caso. Son mafiosos y quieren vengarse de mí a su manera. – Siguió contando. No podía hacer más que oírlo asombrada y a la vez paralizada por todo lo que me estaba contando.

-¿Pero no crees que solo quieren asustarte? – Pregunté.

-No lo creo. ¿Recuerdas cuando pasamos todo el día juntos y terminaste en el hospital por fiebre? – Cuestiono. Yo asentí afirmando mi respuesta. – Bueno, eso lo hicieron ellos. Al parecer te inyectaron algo. Y realmente yo me sentí muy culpable. No quiero ponerte en peligro, por eso me aleje de ti. Perdón si te lástima, de verdad lo siento. – Se disculpó con ternura. Lo observe y noté sus ojos cristalizados. Sé que todo esto le afectaba demasiado, era un chico muy sensible. Mis ojos volvieron a inundarse de lágrimas al ver a Nicholas en ese estado. No hice más que abrazarlo otra vez con todas mis fuerzas.

-No importa Nick… ahora entiendo todo. Te ahora yo soy la que te pide perdón. No quiero ser otro problema para ti. – Exprese abatida en un sentimiento extraño.

-Es que tú no eres un problema para mí. – Aclaro con seguridad. – Ellos son el problema, tu no. – Remarco. – Odio tener que estar lejos de ti. – Se quejó.

-Y yo no quiero estar lejos de ti. – Confesé. Realmente aunque estaba asustada por toda la situación, sentía que al lado de Nick estaría mucho mejor que de otra manera. Con él las cosas serían diferentes. Cuando pronuncie esas últimas palabras, Nick me sonrió con esperanza. Fue un hermoso gesto de su parte, pues me hizo sentir que le agradaba mi compañía. –Entonces… ¿podremos seguir pasando tiempo juntos? – Pregunté reanimada.

-Claro que sí. – Respondió el acariciando suavemente mi rostro que todavía tenía algunas lágrimas que caían lentamente. Por un momento percibí su respiración a pocos centímetros de mí, y sus labios a pocos pasos de reposar sobre los míos…

-¡Ringggggg! – Sonó el timbre del apartamento. Nick se alejó de mí apresuradamente, y se dirigió a ver quién estaba allí. Cuando abrió la puerta observe entrar a un tipo que seguramente tenía más de cuarenta y cinco años, de estatura media, un poco calvo y gordo. Eso sí, estaba muy bien vestido.

-Evelyn, él es mi manager, Jason. – El señor extendió su mano para saludarme, y yo le correspondí el educado gesto.

-¿Tienes un tiempo para hablar con tranquilidad? – Pregunto dirigiéndose a Nick, que le respondió que sí. Entonces noté que debía irme para dejarlos platicar con calma y sin incomodar a nadie.

-Nick, después podemos seguir ¿sí? Creo que debo regresar ya. – Dije despidiéndome de él, pero antes me detuvo. – Espera, yo te acompaño. – Indico.

Dejo unos minutos al manager en su casa, y me acompaño hacia la puerta de mi habitación, que estaba dentro del colegio.

-Cualquier cosa que necesites me llamas ¿sí? ¿Seguro estás bien? - Insistió.

-Sí, ahora estoy mucho mejor. – Conteste segura. El solo sonrió tranquilo, y acto seguido me proporciono un suave beso en la mejilla despidiéndose de mí. Dejándome con el corazón en la mano, que esta vez los latidos eran más veloces que lo normal. Ahora mis dudas estaban resueltas, pero tenía el conocimiento de que Nick estaba en peligro, todo el tiempo.

Narra Nick:

Debo admitir que me sentí mucho más aliviado al revelarle esas verdades a Evelyn. Aunque todavía había algo que seguía callando, y era el fuerte sentimiento que sentía por ella. Realmente me costaba mucho más tener que confesarle eso. Lo que me causa más miedo, es que la lastimen. Simplemente por eso quería alejarme de ella… pero es imposible. Tengo que quedarme aquí. No puedo verla así, sola, triste.

Mientras tanto nos sentamos con Jason a charlar sobre los últimos temas. Dijo que otra vez estaba intentando desviarlos del camino, que hacía todo lo posible para que dejaran de molestarme. Además me comunico que esta vez tenía una propuesta nueva para hacer, y acepte a que me contara de qué se trataba…

-Para mí la solución es que le consigas un nuevo artista que pueda hacerles ganar mucho dinero. - Exclamo.

-Emm… ¿Qué quieres decir con eso? – Pregunté un poco confundido.

-Esta chica… la que acaba de irse. Evelyn. Tú me has hablado muy bien de su talento, además es linda, y pensé que tal vez… - Comenzó a explicarme pero enseguida lo detuve. Ni loco aceptaba esa idea.

-Ni lo digas. – Lo interrumpí. – Ella está fuera de esto. No podemos meter a más gente en nuestro desastre ¿entendido? – Lo regañe un poco enojado.

-Bueno, no era necesario que te enojes de esa manera. Solo propuse eso. Piensa algo mejor tú, si es que puedes. – Expreso con ironía. Al instante clave mi mirada amenazante sobre él. Odiaba ese tipo de actitudes.

-¿Quieres ayudarme de verdad, o no? Te recuerdo que por ti estoy metido en todo este desastre. – Exprese sin poder conciliar la tranquilidad que me caracterizaba. Me estaba situando furioso.

-Intento ayudarte. Pero si no aceptas nada… - Se defendió como pudo. Creo que no hablamos más de diez minutos hasta que decidió irse. Sentí que renuncio a ayudarme con todos los problemas que se aproximaban. Ya no tenía interés en mí. Él se cansó de todo eso. Y francamente, ellos quieren matarme a mí, no a él. Así que no le preocupa mucho la situación. Lo único que hice fue sentarme sobre mi cama a pensar un poco. La situación comenzaba a marearme, a hacerme sentir perdido. Miles sin dudas sin respuestas, más de un problema sin posibles soluciones. Era estresante pensar que mi propia familia, mi chica, mis amigos, estaban en riesgo por mi culpa. No podía sacrificar a ellos por mis complicaciones. Si algo llegase a pasarles, no me lo perdonaría jamás.

[¡Hola! Como ven, acá las dejo con el capítulo 13. Quería agradecerles como siempre, por todos los comentarios, y sus lindas respuestas. Ustedes me inspiran a seguir escribiendo. Además, quiero decirles que hoy pueden DEJAR CUALQUIER PREGUNTA, en su comentario. Y yo cuando suba el próximo capítulo las respondo a todas. Pueden ser de lo que sea, de cualquier duda que tengan. Gracias & espero que les guste el capítulo de hoy. LAS QUIERO ♥]


9 de noviembre de 2011

Capítulo 12: Solo... tengo miedo.


Narra Evelyn:

Ese día amanecí como siempre, y repetí la rutina de todos los días. Hasta el atardecer, cuando regrese a la habitación que compartía con mi mejor amiga, y me anuncio que se iría dos meses a Las Vegas. Me sorprendió oír eso. Nunca pensé que ella quería irse de New York. Aunque todavía seguíamos un poco peleadas por la discusión anterior, le pregunte cuales eran los motivos para irse. Me dijo que una de sus otras amigas la había invitado a pasar unos meses allí, y como no quería perder la oportunidad de conocer nuevos lugares, acepto. Con esas palabras noté que no le importaba en absoluto sus estudios, que solo quería “disfrutar” la vida alocadamente. Realmente no la comprendía porque ella nunca había sido así, creo que fue cambiando con el tiempo, o tal vez este un poco perdida y no sabe lo que quiere. Obviamente no discutí, ni reproche nada. Opte por dejarla ir, si de verdad era mi amiga y me valoraba regresaría, o comenzaría a extrañarme, al igual que yo a ella.

Diez días después de la partida de Julieta…

Realmente me sentía solitaria allí. Nick no estaba. Julieta se había marchado por un tiempo, y bueno, las otras personas solo eran simples conocidos. Con Carl hablaba todos los días pero no era lo mismo. No entablábamos una gran confianza, no lo sé, era un poco extraño. Aunque la noche que me invito a cenar salí con él, solo porque no tenía algo mejor que hacer. La mañana después de esa salida me desperté porque mi celular comenzó a sonar insistentemente. Atendí rápido. Pensé que era algo urgente, pero era mi padre.

-Hola. – Dije sin ánimos.

-Hola ¿Cómo estás? – Pregunto mi padre.

-Bien. – Respondí lo más cortante posible.

-Hija, me enteré que Julieta se fue por dos meses. Sus padres me lo dijeron. Así que supuse que te sentirías sola allí y… - Empezó a contar pero lo interrumpí.

-¿Y qué? ¿Qué vas a hacer ahora? Nunca te importa, no quieras fingir que ahora te preocupas por mí. – Exprese enojada.

-Ya estoy cansado de oír eso… quieras o no me estoy preocupando por ti. Ya hice algo para que no te sientas sola. – Contesto con tranquilidad.

-¿Qué hiciste? – Pregunte con intriga. Estaba segura que no era algo muy bueno, pues él no me conoce demasiado cómo piensa.

-Convencí a Lucas de que vaya a verte. Irá allí en tres días. – Revelo entusiasmado.

-¡¿Qué?! ¿Ves que no sabes lo que quiero? Estás loco. Te dije más de mil veces que no quiero saber más nada con ese idiota. – Exclame furiosa por la horrible noticia. Mi padre no sé qué tiene en su cabeza. No entiendo porque no puede comprenderme, debería aceptar que ya no quiero ver a ese chico. En mi cabeza no hacía más que maldecir sus estúpidas decisiones. Realmente estaba furiosa, enojada. Y todo se tornó peor al día siguiente…

Estaba oscureciendo y yo estaba regresando al colegio. Había salido a comprar ropa. Y como la tienda no estaba tan lejos, decidí ir y volver caminando. Para hacer más corto el camino, transite un callejón un poco oscuro, pero realmente no me causaba miedo. Hasta que sentí pasos detrás de mí. Alguien detrás de mí me sostuvo con fuerzas y a la vez tapo mi boca impidiéndome gritar u omitir algún sonido. Me alarme mucho. El miedo se apodero de mi cuerpo en tan solo segundos. El hombre que me estaba presionando con fuerzas acerco su boca a mi oído para susurrarme unas palabras…

-Dile a tu estúpido novio que deje de esconderse si no quiere verte morir. – Susurro a mi oído. Creo que mi corazón se paralizo al escuchar esas palabras. Intente asentir con mi cabeza para que aquel intruso note que había entendido sus palabras. Antes de dejarme ir, me dijo que corriera sin mirar atrás y así lo hice, con mucha velocidad, escapando de las garras de aquel sujeto desconocido. Estaba muy asustada, mi respiración se había acelerado, no podía pensar en nada más. Cuando llegue a mi habitación me encerré bajo llave, y comencé a llorar desconsoladamente, a causa del temor, de la horrible sensación de sentirse tan sola, del estúpido sentimiento que siempre estuvo presente en mi al tener un padre que nunca puede comprenderme ni ayudarme en nada. Mi mundo estaba cayendo… pues por el momento así lo sentía.

Narra Nick:

La última novedad que tuve de Evelyn fue cuando me enteré que su mejor amiga Julieta se iba del colegio por dos meses. Desde esa vez pasaron once días, hasta que regrese a New York a buscar un par de cosas a mi departamento. Guarde el auto en el garaje e ingrese a mí lo que había sido mi pequeña casa por un tiempo. Minutos después de llegar, alguien toco el timbre de mi casa. Al ver a los lejos, me di cuenta que se trataba de Evelyn. Al verla allí no tuve más opción que recibirla, pero pensé en tratarla con “disgusto”, fingiendo ya no querer hablar con ella.

-¿Qué haces aquí? – Pregunté.

-Solo quería saber cómo estabas. – Respondió algo sorprendida por mi comportamiento.

-Estoy bien. Solo vine unos minutos aquí, justo estaba por irme. – Mentí. Ella me observo con decepción.

-Ah. Entonces mejor me voy. – Dijo desilusionada. No sé porque pero sentí que ella no estaba del todo bien, que me estaba ocultando algo, y quería decírmelo. Entonces cuando dio media vuelta para salir de mi casa la detuve tomándola suavemente del brazo.

-Espera… ¿Tú estás bien? – Pregunté con preocupación.

-Mira Nick, sé que no querías verme. Sé que intentas esquivarme, pero paso algo y estoy sola aquí. Y eres lo único que tengo. – Expreso con la voz débil .Y acto seguido se cubrió el rostro con sus dos manos porque comenzó a llorar sin consuelo. Me comencé a sentir muy mal al verla de esa manera, tuve la necesidad de reaccionar ante la situación, y abrazarla cálidamente entre mis brazos.

-Evi ¿Puedes calmarte? – Pregunté. – Dime que pasa, estás segura aquí. – Dije intentando brindarle la confianza necesaria.

-Todo me pasa… - Expreso entre sollozos. – Mi mejor amiga me abandona, tú desapareces así de la nada, el idiota de mi ex novio estará aquí mañana, y unos tipos raros me amenazan con matarme. - Revelo angustiada. Supe que venía guardándose todos esos temas, y lo estaba descargando conmigo.

-¿Qué estás diciendo? ¿Quiénes te amenazaron con matarte? – Cuestione totalmente alarmado.

-No sé quiénes eran, no lo vi. Me agarraron y me dijeron algo como “Dile a tu novio que deje de esconderse si no quiere verte muerta”. – Pronuncio con temor, ya que percibí como su cuerpo temblaba. – No sé de qué rayos hablaban. - Dijo confundida. En ese instante no pude contestar nada. Me quede desconcertado por unos minutos, mientras ella me observaba sin comprender lo que estaba sucediendo. Definitivamente, era la hora de contarle toda la verdad.

6 de noviembre de 2011

Capítulo 11: Debo alejarme de ti.


Narra Nick:

Luego de todo lo que sucedió quede realmente preocupado. Seguramente tenían más pistas sobre mí. Inmediatamente fui a hablar con Jason. Tenía que confesarle lo que había sucedido.

-¿Qué haremos ahora? – Cuestione.

-No lo sé… seguir como estamos. – Indico. – Hasta que se me ocurra algo mejor. – Acoto estúpidamente. Y le dirigí una mirada casi fulminante.

-Voy a irme de ese colegio. – Dije con algo de seguridad.

-No… no puedes hacer eso. Será aun peor. – Intento convencerme.

-Lo peor es poner en riesgo la vida de alguien que no tiene nada que ver con esto. – Exprese enojado.

-¿De qué rayos hablas? – Pregunto algo confundido.

-Que si sigo viendo a esa chica la seguiré poniendo en peligro y no quiero eso. – Pronuncie cuidando de ella.

-Está bien… maneja esto como tú quieras. Si prefieres quedarte todo el día encerrado en tu casa, quédate. – Exclamo desinteresado. Pero yo le deje en claro que no volvería a ese colegio. La decisión ya estaba tomada y no iba a cambiarla. Antes de sentirme más atrapado por sus encantos debía dejar de ver a Evelyn. Pues solamente la estaba poniendo en peligro, exponiendo su vida, podía ocurrirle cualquier cosa si estaba conmigo. Realmente me dolía tener que hacerlo, pero era lo mejor.

Cinco días después…

Ya hacía casi una semana que no la veía. Y presentía que ella estaba preocupada por mí. Así que cuando me llamo por tercera vez aquel día, atendí mi teléfono. Y oí su voz…

-Nick ¡Al fin! – Exclamo algo aliviada. - ¿Todo está bien? – Preguntó.

-Sí. Estoy bien. No te preocupes por mí. – Respondí algo cortante.

-Sé qué te pasa algo… vamos, puedes decírmelo. – Expreso con certeza.

-Bueno, lo que pasa es que ya no pasaré más tiempo contigo. Tuve que dejar el colegio, y creo que no volveremos a vernos. – Dije lastimosamente.

-Pero Nick… podemos vernos en nuestro tiempo libre. – Quiso convencerme.

-Lo siento… pero no. Hay cosas que tú no entiendes. De verdad lo siento mucho. Pero déjame decirte que voy a estar apoyándote… debes seguir con tu carrera que recién comienza, tienes mucho por delatante. – La alenté con esperanza.

-Está bien. Como tú digas Nicholas. Y si… lo haré. – Contesto angustiada. Sabía que la había lastimado un poco con mis palabras, pero ese daño no tenía comparación con el que le podrían causarle los demás. Cuando hable con mis hermanos sobre lo que había ocurrido, quedamos en que lo mejor para ella era tenerme lejos a mí. Tenía un futuro por delante, y no quería ser el destructor de eso. Si algún día necesita de mi ayuda, yo estaré. Pero no puedo seguir teniendo esa relación de algo más que amistad, y mucho menos estar a su lado todo el tiempo. Es mi deber dejarla en “paz”.

Narra Evelyn:

Sinceramente era muy extraña la actitud de Nicholas, y aunque intentaba comprenderla no podía, y me confundía demasiado. Pero bueno… después de tanto pensar e intentar comprender me di cuenta que fui una estúpida al ilusionarme con él a mi lado. ¿Justo yo tenía a alguien tan maravilloso a mi lado? Eso es imposible, no soy afortunada, no tengo suerte en nada. Y cuando parece que lo bueno realmente aparece, me terminan dejando, abandonándome, o simplemente desapareciendo.

-Evi ¡tienes que relajarte un poco más! – Me reto mi amiga. – Estamos en New York ¿entiendes? Tienes que salir a fiestas, divertirte, volverte loca. – Aconsejo un poco imprudente.

-No lo sé… creo que tú ves las cosas de otra manera. – Dije. – Yo estoy aquí con otro propósito. – Preservé.

-¿Qué propósito? ¡Evelyn tienes apenas 16 años! ¡Disfruta un poco más la vida! – Volvió a regañar.

-Es que no entiendes… yo no vine aquí a emborracharme, a fumar, o simplemente a volverme loca y perderme en las noches. Yo vine a buscar mi futuro, a formarme y cumplir mi sueño. A mi salir de fiestas no va a servirme de nada por ahora. No es lo que quiero. – Increpé. – Si para ti y tu grupo de amigas disfrutar la vida significa salir de fiestas, está bien, me alegro por ustedes. Yo disfruto mi vida de otra manera, aunque no lo comprendas. – Corregí sus palabras intentando que comprendiera mi punto de vista.

-Está bien, como quieras. Pero cuando te deprimas porque no tienes a un chico a tu lado, no me busques para divertirte. ¿Ok? – Exclamo enojada.

-No me importa los novios ahora. Además ¿Quién dijo que solo puedo conocer chicos saliendo de fiestas? – Exprese con cierta razón.

-No me hagas reír.- Pronuncio. – El famoso Nick Jonas supuestamente estaba “contigo” y dime ¿Qué paso ahora? ¡Desapareció! – Volvió a reprenderme furiosa.

-Tú no sabes… - Intente defender mi manera de ser pero finalmente quede en silencio. Ya no quería seguir con esta estúpida discusión. Odiaba pelear con mi mejor amiga, pero admito que en ciertas cosas tenía razón. Aunque o seguiría siendo así, y comportándome de esa manera. Sinceramente quiero llegar lejos, conseguir el lugar más alto posible en el mundo de la música. Pero eso debo lograrlo despacio, preparándome, estudiando lo necesario. En vez de salir de fiestas, prefiero quedarme componiendo canciones que tal vez, algún día lleguen a ser grandes éxitos. Igualmente no podía dejar de pensar en la discusión. Intentaba convencerme de que yo estaba bien, pero las últimas palabras de Julieta me dolieron y me hicieron sentir sola. Si ella no estaba para mí ¿Quién estaría? Mi padre apenas se preocupa por mí, mi madre me abandono y jamás volví a verla, mi ex novio es un maldito, y Nicholas simplemente… se fue.

Narra Nick:

Por el momento había dejado mi departamento en New York totalmente solo. Regrese por unas semanas a la casa de mis padres, en New Jersey. Joe ese día fue a visitarnos, además necesitaba hablar con alguien, y él era la persona indicada, pues era como mi mejor amigo. Con él podía expresarme de todas maneras. Y confesé lo mucho que extrañaba a Evelyn. Sentía que quería volver a verla, regresar y buscarla otra vez. Pero después de lo que sucedió, no podía permitírmelo.

-No entiendo… de verdad hacía mucho tiempo que no te notaba tan aferrada a una chica. – Dijo mi hermano mayor.

-Sí, es que con ella paso algo especial. Es como si la conociera desde hace mucho tiempo. – Exprese con sinceridad.

-¿La besaste? ¿Pasaron los límites? – Pregunto mi hermano cambiando repentinamente de tema. Al principio me reí tenuemente.

-Joseph ¡Ni si quiera nos besamos! – Revelé.

-No te entiendo. ¿No dices que eran como novios? – Cuestiono Joe un poco confundido.

-Algo así. Pero una relación para mí no se trata de eso. Nosotros teníamos o tenemos una conexión especial. Es difícil de explicar. – Confesé un poco tímido. – Por eso me duele alejarme de ella. Pero es lo mejor. – Exprese.

Tal vez por ahora debía mantenerme lejos de ella. Pero quien sabe… quizás en unos años cuando todo sea diferente, cuando mis problemas estén solucionados, podremos tener una relación, un noviazgo. Y compartir lo que sentimos el uno por el otro…

2 de noviembre de 2011

Capítulo 10: El peligro... cada día más cerca.


Narra Nick:

Mi corazón latía a mil por hora. Temía que alguien nos estuviera observando y volviera a atacar. Pero sobre todo necesitaba encontrar a alguien para que nos sacara de allí. Principalmente porque Evelyn estaba volando en fiebre. Realmente no podía saber que sucedía con ella, porque se encontraba de esa manera. Me acerque a ella y la cubrí con otra campera que encontré en el equipaje. Seguía temblando.

-Voy a irme un segundo ¿Esta bien? Debo buscar ayuda. – Indique. – Solo necesito que te quedes aquí ¿me escuchas? – Pregunté.

-Si… - Musito con debilidad. No quería alejarme, pero la única manera de buscar ayuda. Me acerque a la ruta que estaba a unos pocos metros de aquel lugar, y afortunadamente pude detener a el primer auto que paso por allí.

-¡Por favor! ¿Puedes ayudarme? – Pedí alterado.

-Sí. Mi nombre es Carl. ¿Qué necesitas? – Pregunto el joven que conducía el auto. En realidad, solo él estaba en ese coche. Le explique rápidamente la situación, y me ayudo de inmediato. Se acercó hacía donde estaba mi auto y cargue a Evelyn hacia el automóvil de Carl. El rápidamente condujo hacia el primer hospital cercano. Bajamos del vehículo, e ingresamos al lugar. Al instante los médicos la atendieron. Mientras tanto yo la esperaba afuera, junto a Carl.

-Necesito pedirte un último favor. – Dije.

-Sí, lo que sea. – Contesto.

-Por favor, no le digas a nadie que me viste, que estuviste conmigo. Nada. ¿Puede ser? – Pedí gentilmente.

-No te preocupes. Nadie sabrá sobre esto. – Aseguro aquel muchacho. Antes de irse me presto su teléfono celular, y pude pedir ayuda para que fueran a arreglar mi auto estancado. Luego de eso, espere cerca de media hora, hasta que uno de los médicos llego con la intensión de explicarme lo que estaba sucediendo.

-Afortunadamente pudimos bajar la fiebre. Ahora ella está estable. – Dijo- Y me sentí realmente aliviado. – Pero al parecer, la fiebre se produjo por una especie de droga, que se inyecta en cualquier parte del cuerpo y produce una alta temperatura. – Notifico. Y fue en ese momento que confirme mi hipótesis. No me dañaron a mí, pero si a ella. Solo porque estaba conmigo.

-Realmente es un alivio. – Dije. – Pero… ¿puedo pedirle un favor? No le diga a ella que la fiebre fue porque le inyectaron una droga, no quiero asustarla. – Pedí

-Como usted pida. – Respondió el medico educadamente.

Luego de unos veinte minutos al fin pude verla. Ya estaba despierta y estable pero su cuerpo aún continuaba algo débil y adolorido. Pero igualmente, ella sonrió al verme.

-¿Qué me ocurrió? – Cuestiono confundida.

-No lo sé… bueno en realidad nos dormimos y despertaste volando de fiebre. – Conté. - ¿Cómo te sientes ahora? – Pregunté.

-Mejor. – Afirmo con seguridad. Luego me pidió que por favor la llevara de regreso a New York. Así que solo esperamos un poco a que trajeran mi auto arreglado, y luego nos fuimos directamente a New York. Intente fingir que todo estaba completamente bien, pero por dentro me encontraba totalmente alterado y muy preocupado por lo que había sucedido. Ahora seguramente estaban más cerca y poseían más facilidad de hallarme.

Narra Evelyn:

Viajamos una hora y media aproximadamente hasta llegar a New York. Todavía me sentía algo debilitada y no lograba comprender que lo que había causado la fiebre. Pero tal vez fue algún insecto, no lo sé. Al llegar al colegio Nick tomo mi equipaje y me acompaño hasta mi habitación. En aquel momento Julieta no estaba allí. Recuerdo que lo vi apagando la luz de mi habitación… mis ojos se cerraban lentamente mientras el cansancio y el sueño de apoderaban de mi cuerpo. Me desperté al día siguiente, cuando comenzó a amanecer. Vi a un lado y mi mejor amiga estaba durmiendo complacidamente en su cama. Me levanté despacio, no quería interrumpir su sueño. Fui hacia la pequeña mesa que se hallaba en la entrada del cuarto, y encontré un pequeño papel.

“Evi: Realmente te agradezco el corto pero hermoso tiempo que pasamos juntos. No importa lo que pase, tú tienes que saber que siempre serás importante para mí… te quiero mucho”

Ese mensaje me pareció muy tierno y lindo de su parte. Pero había algo que no lograba comprender… era una actitud muy extraña de su parte. No entendía ciertas palabras.

-¡Ya estás aquí! – Grito mi mejor amiga interrumpiendo mis pensamientos.

-Si… regrese ayer, cuando casi estaba oscureciendo. Pase un hermoso día. No te imaginas ¡todo lo que debo contarte! – Anuncie entusiasmada. Julieta sonrió aún más ansiosa por oír mis historias. Preparamos un delicioso desayuno y nos sentamos a charlas con tranquilidad, relatándole todo con detalles.

Luego de eso comencé mi día normalmente, empezando con las clases de piano. Allí éramos aproximadamente quince alumnos. El profesor Campbell llego, y lo primero que hizo fue presentarnos a su nuevo asistente.

-Alumnos, él es Carl Stewart. Mi nuevo asistente. Pueden pedirle lo que necesiten, ayuda en lo que sea. Siempre y cuando tenga que ver con esto. – Indico. El muchacho que al parecer no tenía más de veinticinco años nos saludó a todos con simpatía. Después de esa breve presentación las clases continuaron con normalidad. Pero al salir, el muchacho nuevo me detuvo.

-Sabes… creo que te conozco de algún lado ¿Cómo te llamas? – Pregunto Carl.

-Soy Evelyn. En realidad no lo sé… creo que jamás te vi. – Dije confundida.

-Sí, no sé si tú me viste. Pero yo a ti sí. Ayude a tu amigo Nick, a llevarte al hospital ayer por la tarde. – Explico. Y ahí recordé lo que había sucedido.

-Oh, perdón por no recordarte. Pero tengo el deber de agradecerte… muchas gracias. – Exprese totalmente agradecida por su gesto.

-¿Estás mejor? – Cuestiono nuevamente preguntando por mi estado.

-Si… así como me vez esto. Mucho mejor que ayer, supongo. – Respondí. Platicamos unos segundos más y realmente parecía alguien agradable. Por la noche intente comunicarme con Nicholas. Lo llame más de dos veces pero no contesto. No comprendía lo que estaba ocurriendo. Tal vez Nick necesitaba un respiro, así que decidí esperar a que el me buscara, mientras me dedicaba a mis cosas.